Cameron se ve forzado a rebajar la ambici¨®n de su reforma sanitaria
Un informe de 46 expertos advierte al Ejecutivo contra las prisas privatizadoras
El primer ministro brit¨¢nico, David Cameron, recibi¨® ayer un varapalo cuando el medio centenar de expertos a los que se vio forzado a pedir su dictamen opinan que su reforma sanitaria ha de ser m¨¢s lenta, m¨¢s diluida y abrirse a proveedores privados como mera herramienta para mejorar la atenci¨®n al paciente y no como fin en s¨ª mismo. La reforma no ha descarrilado, pero ha quedado pol¨ªticamente tocada.
El Gobierno dar¨¢ hoy su respuesta a las recomendaciones del llamado NHS Forum, un grupo de 46 expertos a los que Cameron tuvo que recurrir hace dos meses, cuando la oleada de cr¨ªticas no ya pol¨ªticas y medi¨¢ticas, sino profesionales y ciudadanas, estuvo a punto de hacer embarrancar el proyecto de ley inicial. Cameron podr¨¢ decir que el principio fundamental de la reforma, introducir m¨¢s competencia en la sanidad p¨²blica, est¨¢ salvaguardado. Pero la realidad es que queda muy disminuido.
El Ejecutivo brit¨¢nico ha dado ya marcha atr¨¢s en varias iniciativas
El primer ministro ofrece imagen de flexible, pero tambi¨¦n de d¨¦bil
El primer ministro va a dar la imagen de que, una vez, est¨¢ dando marcha atr¨¢s. Eso se puede interpretar como una virtud: es flexible, no dogm¨¢tico. Pero tambi¨¦n como una se?al de debilidad (se deja influir por la opini¨®n p¨²blica y los medios tanto o m¨¢s que Tony Blair), incompetencia (las cosas se hacen mal de entrada y hay que rectificar) o biso?ez pol¨ªtica (el mundo se ve¨ªa de una forma desde la oposici¨®n y de otra desde el Gobierno).
Cameron ha dado marcha atr¨¢s con m¨¢s o menos profundidad en varios temas de calado. Lleg¨® al Gobierno pregonando las relaciones bilaterales y la no intervenci¨®n en asuntos militares y est¨¢ enfrascado ya en una guerra en Libia. En uno de los temas pol¨ªticamente m¨¢s corrosivos para los liberales-dem¨®cratas, el aumento de las tasas universitarias, ahora se da cuenta de que tendr¨¢ que reducir el n¨²mero de universitarios para poder costear la reforma, lo que esta vez da?ar¨¢ directamente a los conservadores.
La reforma judicial est¨¢ en el aire despu¨¦s de forzar al ministro de Justicia, Kenneth Clarke, a renunciar a sus planes de reducir a la mitad las condenas de quienes se declaren culpables.
Ha tenido que recortar la ambici¨®n de la reforma del Estado de bienestar al renunciar a sus planes de recortar las ayudas a la vivienda a quienes lleven m¨¢s de un a?o cobrando el paro. Ha renunciado tambi¨¦n a privatizar los bosques. Y se avecinan marchas atr¨¢s en los recortes en el gasto de Defensa, la elecci¨®n directa de los comisarios de polic¨ªa, la descentralizaci¨®n de los permisos de obras residenciales, la reforma de las pensiones, las llamadas escuelas libres o la erradicaci¨®n por ley del d¨¦ficit p¨²blico.
Pero pocos asuntos son tan delicados como la reforma sanitaria. Por el impacto pol¨ªtico del traspi¨¦ y porque es un factor de tensi¨®n en el seno de la coalici¨®n, en la que los liberales necesitan desesperadamente proyectarse como moderadores de los sectores conservadores m¨¢s duros. Lo cual enerva a esos.
Pero es importante, sobre todo, porque afecta a la gente. El Gobierno quer¨ªa que la reforma se aplicara de inmediato, alarmado por los planes iniciales. Por ejemplo, esperaba que muchos centros de asistencia primaria fueran gestionados desde 2013 por los m¨¦dicos de cabecera, lo que ha provocado la fuga antes de tiempo de los gestores profesionales que creen que van a perder su empleo.
El informe recomienda que la reforma se aplique paso a paso. Proponen que no solo los m¨¦dicos de cabecera, sino los especialistas y las enfermeras se incorporen como gestores, lo que algunos ven como un riesgo a¨²n mayor de conflictos de intereses. Aceptan que hay que introducir mayor competencia en la sanidad p¨²blica y sobre todo abrir el abanico de proveedores, pero estiman que se ha de hacer de forma equilibrada y que se ha de abandonar el objetivo de que introducir mayor competencia sea en s¨ª mismo un objetivo. Y, punto crucial, se oponen a crear una autoridad reguladora para promover esa competencia.
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