El PP maniobra para renovar ya el Constitucional sin retirar su escollo
Trillo mantiene a L¨®pez y cree que solucionar¨¢ la crisis con Rubalcaba en 15 d¨ªas
No es la primera vez que PSOE y PP intentan renovar el Tribunal Constitucional. Es la s¨¦ptima. Y no es la primera vez que prometen que esta es la buena. Por eso, el escepticismo en los pasillos del Congreso era ayer total. Pero la presi¨®n tambi¨¦n es mayor que otras veces, por la dimisi¨®n -no aceptada- de los tres miembros del tribunal (un vicepresidente y dos magistrados) que cumplieron mandato hace m¨¢s de seis meses.
El escollo parece seguir en el mismo punto que ha bloqueado otros intentos de negociaci¨®n: el nombre de Enrique L¨®pez, un juez de la Audiencia Nacional con mucho perfil pol¨ªtico que se convirti¨® en un ariete contra el PSOE cuando fue portavoz del Poder Judicial. El PP no parece de momento dispuesto a retirar ese nombre. "No aceptamos vetos ni condiciones previas", sentenci¨® ayer Federico Trillo. Y el PSOE tampoco parece dispuesto a aceptarlo. Pero la negociaci¨®n se ha puesto en marcha y, de nuevo, con un final incierto.
El escepticismo es total, pero la presi¨®n para el pacto es m¨¢s fuerte que nunca
Duras cr¨ªticas a los partidos de las cuatro asociaciones judiciales
Trillo va a mantener a L¨®pez, con quien el PP ha establecido un compromiso muy firme. En ese caso la ¨²nica salida ser¨ªa que el Gobierno aceptara a este candidato. Los populares insisten en que los problemas de L¨®pez, esto es, que no hab¨ªa cumplido los 15 a?os de ejercicio de la profesi¨®n, ya est¨¢n resueltos (el pasado diciembre cumpli¨® ese requisito). Pero el conflicto con L¨®pez no era t¨¦cnico, sino pol¨ªtico: el PSOE no quiere asumir que vaya al Constitucional alguien a quien ve como un agente pol¨ªtico del PP -donde se le trata como un dirigente m¨¢s, con posibilidades de entrar en pol¨ªtica si ganan los populares- y sin el suficiente bagaje jur¨ªdico.
Menos probable parece la otra soluci¨®n; esto es, que el PP aceptara retirarlo. En cualquier caso, ambos partidos, despu¨¦s del ¨®rdago de los tres jueces, han puesto al mando de las negociaciones a dos de las personas con m¨¢s poder en sus formaciones y habituales interlocutores en las negociaciones PSOE-PP.
Por un lado, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, vicepresidente y ministro del Interior. Por otro, el propio Trillo, el hombre del PP en el mundo de la justicia, que ha controlado durante los ¨²ltimos 20 a?os decenas de nombramientos y operaciones pol¨ªticas en el Poder Judicial.
La negociaci¨®n que antes llevaban los portavoces, Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa y Jos¨¦ Antonio Alonso, ha cambiado as¨ª de interlocutores. La primera, que ayer insisti¨® en la "sincera voluntad de acuerdo del PP", queda desplazada, y el segundo se recupera de una fuerte cefalea, por la que ha estado varios d¨ªas en un hospital. Rubalcaba y Trillo hablaron el lunes, despu¨¦s de que estallara la crisis en el Constitucional. Antes, seg¨²n fuentes del PP, Mariano Rajoy le hab¨ªa dado la orden a Trillo de que llamara al vicepresidente para intentar un acuerdo. El entorno del l¨ªder insiste en que quiere un pacto, pero ¨¦l siempre deja en manos de Trillo la negociaci¨®n y hasta ahora no ha fructificado, de manera que buena parte del PP piensa que el ex ministro de Defensa prefiere dejar pasar el tiempo hasta las elecciones para poder negociar mejor con una nueva mayor¨ªa.
Trillo lo niega. Y asegura que su voluntad de acuerdo es firme. Eso s¨ª, sin renunciar a L¨®pez. Por eso llam¨® a Rubalcaba, aunque la conversaci¨®n no entr¨® en el nivel de negociaci¨®n, sino de toma de contacto, seg¨²n fuentes de los dos partidos. Se han citado estos d¨ªas. El presidente del Congreso, Jos¨¦ Bono, tambi¨¦n tom¨® cartas en el asunto y puso un plazo m¨¢ximo: hasta el 30 de junio. El PP recuerda que, aunque parec¨ªa imposible, ambos grupos pactaron -con tres a?os de retraso- la renovaci¨®n de los cuatro jueces que corresponden al Senado. Eso lleg¨® despu¨¦s de una conversaci¨®n entre Rajoy y Zapatero. Claro que el PP acept¨® retirar a L¨®pez. Lo sac¨® del Senado para colocarlo en la cuota del Congreso. Y ah¨ª sigue.
Pero mientras se producen contactos en privado y ambos partidos admiten que la presi¨®n es tan grande que el pacto es posible -aunque el escepticismo es total-, sus portavoces jugaron ayer una partida de p¨®quer en la que todo parec¨ªa encaminado a dos objetivos: presionar al rival para que acepte sus condiciones y tratar de no quedar ante la opini¨®n p¨²blica como los responsables de la ruptura. Rubalcaba dijo: "Dos no pactan si uno no quiere". Francisco Caama?o culp¨® al PP por mantener a L¨®pez: "La estrategia del PP ha sido: o lo que yo quiero o la nada". Ram¨®n J¨¢uregui se?al¨® que el PP espera "otra mayor¨ªa" para renovar, mientras Eduardo Madina insist¨ªa en que est¨¢ "en la mano del PP" resolver el conflicto.
Mientras, los grupos peque?os, en especial PNV, IU y ERC, animaban a PSOE y PP a ponerse de acuerdo y el mundo judicial aumentaba la presi¨®n. Los portavoces de cuatro asociaciones profesionales -APM, Jueces para la Democracia, Francisco de Vitoria y Foro Judicial Independiente- exigieron la renovaci¨®n con duras cr¨ªticas a todos los pol¨ªticos.
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