Por la cara
Entre las afirmaciones que se convirtieron en lugar com¨²n en estos ¨²ltimos a?os una de las m¨¢s curiosas es la que informaba de manera rotunda de que estas nuevas generaciones son las m¨¢s preparadas de la historia de nuestro pa¨ªs. Quien as¨ª se expresa suele granjearse la simpat¨ªa popular dado que tras semejante dato solo cabe la alegr¨ªa y el aplauso cerrado. Qu¨¦ poco ¨¦xito tiene, en cambio, quien matiza diciendo que frente a una ¨¦lite muy cultivada, que en ocasiones ha de marcharse al extranjero, hay tambi¨¦n un sector de la poblaci¨®n joven (el treinta y tantos por cien) que ha abandonado las aulas sin apenas terminar el graduado escolar. En mi opini¨®n, la condici¨®n b¨¢sica para que una sociedad cambie es no temer a las malas noticias: aquellas de las que somos inocentes, pero tambi¨¦n esas otras en las que compartimos una parte de responsabilidad. Solo el 6% de los nuevos universitarios se decanta por carreras de ciencias. ?Cu¨¢l es el motivo? ?La dificultad de la carrera en s¨ª? ?La idea de que en tu pa¨ªs no encontrar¨¢s trabajo? Puede ser una mezcla de ambas, porque tambi¨¦n se estudia Periodismo y las perspectivas laborales son a¨²n peores.
Menos mal que en pa¨ªs tan poco dado a los estudios cient¨ªficos de vez en cuando apostamos por la investigaci¨®n. Y lo hacemos a lo grande: casi un mill¨®n de euros de subvenci¨®n para aquella casa de B¨¦lmez de la Moraleda donde, para que lo sepan los m¨¢s peque?os, aparecieron unas caras por las paredes. Misterios sin resolver. Gran parte del dinero ha venido de los fondos europeos, y el resto de la diputaci¨®n de Ja¨¦n y el municipio. El museo abrir¨¢ sus puertas con el sugerente nombre de "centro de interpretaci¨®n de las caras de B¨¦lmez" y se espera que avive el turismo de la zona. En fin. La indignaci¨®n ha de mostrarse, ante todo, ante hechos concretos. Este es uno, por ejemplo.
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