Al gato y al rat¨®n en el Parlamento
Algunos diputados se refugiaron en una comisar¨ªa
Ser diputado del Parlamento catal¨¢n era ayer dif¨ªcil. Acostumbrados al abucheo, la actitud que tomaron los indignados super¨® todas las expectativas: los representantes de los ciudadanos tuvieron que jugar al gato y al rat¨®n con los manifestantes y algunos pasaron situaciones complicadas.
Josep Maria Llop, de Converg¨¨ncia i Uni¨®, lo pas¨® muy mal. Al primer diputado ciego de la c¨¢mara catalana los indignados intentaron robarle la perra gu¨ªa. "Han intentado coger a la perra. La han agarrado de la correa", cont¨® Llop. "Es muy peligroso. Yo puedo perder la autonom¨ªa personal y la perra puede desequilibrarse con la tensi¨®n y dejar de ser ¨²til", lament¨®.
Anabel Marcos, diputada novel de CiU, tambi¨¦n pas¨® miedo. Lleg¨® a la zona con dos diputadas m¨¢s y r¨¢pidamente se vio rodeada de indignados. Sus dos compa?eras lograron escabullirse, pero a ella le arrojaron un cubo de agua. Lo peor vino luego, cuando un manifestante la agarr¨® por el brazo y la oblig¨® a quedarse quieta para ser fotografiada durante dos minutos. "Yo solo quiero ir a trabajar", clam¨® la diputada, que finalmente pudo zafarse y llegar hasta una patrulla de la Guardia Urbana, que la acompa?¨® en coche hasta la C¨¢mara.
No tuvieron mejor suerte los diputados Gerard Figueras (CiU) y Alfons L¨®pez Tena (Solidaritat). A ambos les empujaron y les robaron: una bolsa a Figueras, enseres personales a Tena. Joan Boada (Iniciativa) tuvo tambi¨¦n muchos problemas para entrar. Cruz¨® el cord¨®n policial con sus compa?eros de filas, pero se qued¨® rezagado y a merced de los indignados m¨¢s violentos. Fue zarandeado, golpeado y mojado, hasta que una patrulla de los Mossos d'Esquadra pudo rescatarlo. Montserrat Tura (PSC) fue de las pocas que entr¨® a pie por la entrada habilitada por la polic¨ªa. Pag¨® su precio: lleg¨® al Parlament con una cruz pintada en la chaqueta.
El pleno empez¨® con 15 minutos de retraso y con menos de la mitad de los diputados de la c¨¢mara. El resto tuvieron que aguardar casi una hora en una comisar¨ªa cercana. Finalmente, los diputados fueron trasladados al Parlamento en furgonetas policiales de los Mossos.
Del mismo modo tuvieron que abandonar los parlamentarios el recinto por la tarde: en veh¨ªculos oficiales y escoltados por los agentes, para evitar ser agredidos por los manifestantes.
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