Rentas bajas y tributaci¨®n: clarificando el escenario
Tras d¨¦cadas sin una reforma tributaria a fondo, con parches por doquier, quiz¨¢ haga falta remendar otra vez con urgencia
![Una trabajadora en una local de hosteler¨ªa en Vilanova de Arousa (Galicia) prepara una bocadillo en enero de 2024.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/S3G6X6QFCNBFXJZI2HN5KNDO4Q.jpg?auth=2a81f2c313de8f48e79c923a906ac8291a6b88f608bcbe2b1d00dc8971b1bbc8&width=414)
La subida del salario m¨ªnimo profesional (SMI) ha abierto un interesante y necesario debate sobre la tributaci¨®n de las personas de rentas bajas. Creo que debemos aprovechar la ocasi¨®n para resolver tres asuntos.
El primero es la necesidad de generalizar la presentaci¨®n del impuesto sobre la renta de las personas f¨ªsicas (IRPF), aunque no toque pagar. En l¨ªnea con lo que se plantea en el libro blanco de la reforma tributaria, ser¨ªa un gran avance contar con una radiograf¨ªa completa de la situaci¨®n econ¨®mica de todos los hogares espa?oles. Esa es la manera de poder aplicar con precisi¨®n quir¨²rgica pol¨ªticas redistributivas; saber d¨®nde debemos centrar los esfuerzos y quien debe recibir las ayudas ante la pr¨®xima crisis que se presente, algo que no pudimos hacer bien ni en la pandemia ni en la crisis inflacionaria; ahorrarnos burocracia y un papeleo que acaba haciendo que parte de quienes m¨¢s lo necesitan se queden sin apoyo. Las posibilidades tecnol¨®gicas actuales nos permiten este cambio de enfoque.
El segundo tiene que ver con el umbral para tributar en el IRPF. En este punto, varias ideas. El IRPF no es el ¨²nico impuesto que pagamos. Las personas de rentas bajas pueden estar exentas de tributar por renta, pero pagan IVA e impuestos especiales sobre carburantes, alcohol o tabaco, tributan anualmente a sus ayuntamientos por su coche o su casa... Determinar cu¨¢l es la carga fiscal justa y razonable exige un an¨¢lisis de la carga fiscal global. Y podr¨ªa ser que un individuo que gane SMI ya est¨¦ contribuyendo lo que considerar¨ªamos justo.
La segunda idea es que el gobierno central ha optado por impulsar una subida extraordinaria del salario m¨ªnimo en los ¨²ltimos seis a?os, apostando adem¨¢s por que la subida bruta lo fuese tambi¨¦n neta, mediante un aumento sucesivo de las reducciones por obtenci¨®n de rendimientos de trabajo. Esto ha alterado sustancialmente los par¨¢metros del debate: en 2018 los trabajadores de menores salarios ten¨ªan una capacidad econ¨®mica muy inferior a la que tienen hoy. Y no podemos olvidar que los trabajadores aut¨®nomos empiezan a tributar en el IRPF a partir de un umbral de renta m¨¢s bajo que los asalariados. Sin duda, toca reflexionar colectivamente sobre estas cuestiones, pertrechados con buenos an¨¢lisis de incidencia impositiva.
El tercero es un vector t¨¦cnico de cierta complejidad para el no experto y que genera unos resultados sorprendentes y negativos. En esencia, la f¨®rmula con la que se ha ido ajustando el impuesto a las subidas el SMI es muy eficaz, pero hace que los trabajadores que se sit¨²an justo por encima del SMI se enfrenten a tipos marginales similares a quienes ganan 100.000 euros al a?o y muy superiores al que paga un trabajador que gane 25.000 euros al a?o. Por ejemplo, pasar de 17.000 a 18.000 euros de salario bruto, se traduce apenas en 500 euros de salario neto adicional, una vez se tiene en cuenta tambi¨¦n el incremento de la cuota que el trabajador debe pagar a la seguridad social. Esto es un incentivo claro a la econom¨ªa sumergida. Urge corregirlo, como se advert¨ªa tambi¨¦n en el libro blanco de la reforma tributaria.
Llevamos d¨¦cadas sin una reforma tributaria a fondo, con parches por doquier. Es inevitable que acaben apareciendo problemas. Quiz¨¢ ahora haga falta remendar otra vez con urgencia. Pero ello no deber¨ªa ser excusa para sentarse ya y afrontar el trasfondo de esos problemas.
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