"La violencia sexual es una t¨¢ctica m¨¢s en las guerras"
De siempre, en casa de Patricia Sellers (Filadelfia, EE UU, 1954) mantener una conversaci¨®n interesante y un discurso inteligente era una regla b¨¢sica para sentarse a cenar. Se nota. Jurista experta en violencia sexual y cr¨ªmenes de g¨¦nero en los conflictos armados, Sellers es capaz de conversar sin descuidar el tartar de aguacate y gambas con aj¨ª que tanto le ha seducido de la carta. "De pol¨ªtica, de derechos civiles. Se hablaba de todo", cuenta. Esas charlas, y la ¨¦poca en la que creci¨®, inmersa en el movimiento de lucha por los derechos de los afroamericanos en EE UU, la marcaron. "Mi h¨¦roe era Thurgood Marshall, primer juez negro del Supremo [en 1967]. ?Imagina!", r¨ªe. Algo que, unido a su pasi¨®n por los programas de televisi¨®n sobre juicios, le revelaron su profesi¨®n: "Abogada de oficio. Jam¨¢s quise ser otra cosa".
La abogada testifica en Espa?a en la causa por el genocidio de Guatemala
Lo logr¨®. Tras varios a?os ejerciendo en Filadelfia y de viajar por Am¨¦rica Latina con organizaciones de derechos humanos, se mud¨® a Brasil, donde a trav¨¦s de casos de violaciones a mujeres y torturas, sobre todo afrobrasile?as, se especializ¨® en temas penales de g¨¦nero. "Y de all¨ª a Bruselas. Qu¨¦ cambio...", dice. Su experiencia la llev¨® a involucrarse en la creaci¨®n del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia, en La Haya. "Era Europa, 1994, pero aun as¨ª hubo tanta violencia sexual contra las mujeres en esa guerra que la gente tom¨® conciencia. Y empezamos a investigar para que esos cr¨ªmenes fueran juzgados y no quedaran ocultos", explica.
Lo hizo en los Balcanes, en Ruanda y en otros pa¨ªses. "Hay violencia sexual y cr¨ªmenes de g¨¦nero en todos los conflictos. No solo contra las mujeres, tambi¨¦n contra ni?os y hombres. Son delitos que se cometen igualmente en ¨¦poca de paz, pero en la guerra se agudizan; se convierten en una t¨¢ctica para desestabilizar a la poblaci¨®n y destruir al otro. Atacar la sexualidad es atacar algo muy interno y personal, pero tambi¨¦n al sentido comunitario, a ese pensamiento de 'nuestras mujeres' o 'nuestras madres", musita.
De modales suaves, r¨ªe cuando descubre qu¨¦ son las migas, guarnici¨®n del bacalao que ya ha desaparecido de su plato. "Comida de pastores... mmm. Pens¨¦ que eran papas", dice. Sellers ha llegado a Espa?a invitada por la organizaci¨®n de derechos Women's Link Worldwide para declarar como experta ante la Audiencia Nacional, que investiga el genocidio de Guatemala, entre 1960 y 1996. Intentan que esa querella recoja los cr¨ªmenes contra las mujeres mayas durante el conflicto. "Es dif¨ªcil ser consciente del mal que un ser humano puede hacer a otro", dice.
Pero las cosas han cambiado: "Ya la legislaci¨®n de guerra de 1907 defin¨ªa la violencia sexual como un delito, pero siempre quedaba oculto por otros que se consideraban m¨¢s graves. Ahora es distinto, todo el mundo sabe que la violencia sexual es un acto criminal, y que la guerra no es excusa. Antes se dec¨ªa 'qu¨¦ quieres, son cosas que pasan en la guerra'. Ahora se sigue haciendo, pero ning¨²n grupo presume de ello como t¨¢ctica de guerra. Al menos en voz alta. Porque no son solo cr¨ªmenes, son actos contra los m¨¢s vulnerables".
Sellers pone el acento en el reto pendiente: "Que los cr¨ªmenes del pasado no queden en el pasado. Hay que hacer justicia. Los delitos de guerra no prescriben, ni en la memoria de las v¨ªctimas o sus familias, ni sobre el papel. Las v¨ªctimas necesitan reparaci¨®n".
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