El sue?o de la marea azul
Francisco Camps sue?a con una marea azul que inunde la ampliada Uni¨®n Europea y que barra a los pocos gobiernos socialistas que sobreviven a la grave crisis econ¨®mica. Lo verbaliz¨® ayer, en un discurso hilvanado sobre el mismo patr¨®n que hace cuatro a?os. Si en 2007, en palabras del presidente, est¨¢bamos ante "un nuevo ciclo sociol¨®gico" hoy los valencianos afrontan "una nueva etapa".
Si hace cuatro a?os, para el presidente de la Generalitat los valencianos estaban "del Gobierno de Zapatero hasta la coronilla", hoy "el Gobierno de Zapatero est¨¢ completamente acabado". Y probablemente, el reelegido presidente no vaya desencaminado, pero tambi¨¦n es cierto que el triunfalismo que despleg¨® ayer es una sombra del que exhibi¨® hace cuatro a?os.
No es para menos. Las condiciones personales, pol¨ªticas y econ¨®micas que tendr¨¢ que afrontar Camps son muy duras y su discurso ha variado muy poco en cuatro a?os para afrontar un contexto radicalmente diferente.
Por delante tiene varias circunstancias extraordinarias. El pr¨®ximo martes, Camps tendr¨¢ que nombrar un Gobierno cuya misi¨®n fundamental ser¨¢ aplicar la tijera y hacerlo con disimulo hasta que se celebren las pr¨®ximas elecciones generales. En fuentes del propio Partido Popular se especul¨® ayer con la posibilidad de que las consejer¨ªas se reduzcan de 13 a ocho, lo que, de confirmarse, da idea del hachazo que Camps tiene que dar al gasto p¨²blico.
Una vez nombrado el Consell es probable que el Tribunal Superior de Justicia vaya adoptando decisiones nada favorables para Camps, imputado a ra¨ªz del caso G¨¹rtel, y buena parte de su entorno pol¨ªtico m¨¢s pr¨®ximo, salpicado por los esc¨¢ndalos de la trama corrupta que dirig¨ªa Francisco Correa y los negocios bajo sospecha del constructor Enrique Ortiz en el caso Brugal.
Pero donde realmente tendr¨¢ que reacomodarse Camps ser¨¢ en la escena pol¨ªtica estatal. Si hace cuatro a?os era un bar¨®n con un peso indiscutible en G¨¦nova, y estaba dispuesto a asumir liderazgos territoriales en Espa?a, hoy Camps ha quedado sumergido en la marea azul. Y puede que acabe despertando del sue?o por sus compa?eros de viaje.
En Baleares, el presidente Jos¨¦ Ram¨®n Bauz¨¤, ha limpiado sus listas de corruptos. En Arag¨®n, la presidenta Luisa Fernanda Rud¨ª dif¨ªcilmente acceder¨¢ a que se saque agua del Ebro. En Castilla-La Mancha, la nueva presidenta de la regi¨®n y secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, ya evidenci¨® su deseo de derogar el trasvase del Tajo al Segura.
En Catalu?a, una dirigente como Alicia S¨¢nchez-Camacho se ha convertido en la interlocutora del PP con el presidente convergente Artur Mas, hipot¨¦tico socio de gobierno en Espa?a. Y mientras, Mariano Rajoy afronta la proximidad de unas elecciones generales, mientras se pone de perfil ante los esc¨¢ndalos de los populares valencianos.
Aunque, al menos en Murcia, sigue Ram¨®n Luis Valc¨¢rcel, con quien el presidente valenciano comparte pol¨ªticas y amistad para lograr sus objetivos.
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