El bloqueo del rescate griego da?a la deuda de los pa¨ªses perif¨¦ricos
La UE dejar¨¢ al menos hasta julio la decisi¨®n sobre una segunda ayuda - La rentabilidad del bono espa?ol alcanza el m¨¢ximo en una d¨¦cada
Europa vive instalada desde hace semanas en ese hueco en suspenso del 'todav¨ªa no'. La UE va asimilando que Grecia no es capaz de cumplir con sus compromisos, pero sigue demor¨¢ndose en la soluci¨®n del acertijo en que se ha convertido la crisis fiscal griega. El comisario europeo Olli Rehn anunci¨® ayer una nueva estrategia en dos fases: en primer lugar, activar el quinto tramo de la ayuda aprobada hace m¨¢s de un a?o, 18.000 millones m¨¢s a cambio de que Atenas apruebe un nuevo paquete de austeridad que ha puesto al Gobierno contra las cuerdas.
Ese acuerdo llegar¨¢ el domingo y da a Grecia munici¨®n hasta septiembre. Despu¨¦s har¨¢ falta mucho m¨¢s dinero para comprar tiempo: la segunda fase consiste en un nuevo plan de rescate de m¨¢s de 100.000 millones que finalmente Europa deja para m¨¢s adelante, al menos hasta el 11 de julio, a la vista de que no hay forma de alinear los intereses de Alemania con los del resto. Tambi¨¦n esta vez se trata de la ya tradicional f¨®rmula europea: ganar tiempo y agachar la cabeza a la espera de que las balas, que silban cada vez m¨¢s cerca, pasen de largo.
Rehn dise?a dos fases en la ayuda para evitar "un escenario siniestro"
Las tensiones sobre la deuda espa?ola se notaron tambi¨¦n en la italiana
Los mercados no suelen dejar pasar esas oportunidades. La crisis pol¨ªtica y social en Atenas presenta ya tintes dram¨¢ticos, con el Gobierno incapaz de controlar a su propio partido para sacar adelante el nuevo tijeretazo, que ha desatado la tensi¨®n social en las calles. El primer ministro Yorgos Papandreu busca sustituto para el ministro de Finanzas, y se someter¨¢ incluso a una moci¨®n de confianza en el Parlamento. Nada les gusta menos a los mercados que ese tipo de escenario. El castigo para Grecia no es ninguna novedad: los bonos a dos a?os pagan ya m¨¢s del 30% en intereses, una cifra que indica que ni un solo inversor cree que Grecia sea capaz de pagar. El problema es que la falta de acuerdo eleva la incertidumbre, y esta lleva al miedo. En t¨¦rminos financieros, eso se traduce como efecto contagio. Y ah¨ª Espa?a tiene las de perder.
El temido riesgo se concret¨® y golpe¨® ayer con virulencia. A primera hora de la ma?ana, la subasta del Tesoro no sali¨® mal: se coloc¨® menos deuda de la prevista, pero a la postre hubo demanda m¨¢s que de sobra, una cifra notable (m¨¢s de 2.800 millones de euros) y a unos intereses no muy superiores a los de la anterior operaci¨®n. Sin embargo, a media ma?ana la tensi¨®n subi¨® de tono y el bono a 10 a?os rompi¨® sus marcas desde 2000. Algo parecido sucedi¨® en Italia, que sin embargo est¨¢ m¨¢s al abrigo de los ataques y nota menos el contagio que Espa?a, cuya prima de riesgo vuelve a acercarse peligrosamente a m¨¢ximos hist¨®ricos.
Desde Bruselas ese panorama se explica con el arsenal de t¨®picos habitual: Espa?a es una l¨ªnea en la arena que los mercados no pueden traspasar, ha respondido mucho mejor en el ¨²ltimo a?o que otros pa¨ªses, las reformas dejan a la econom¨ªa espa?ola en el camino adecuado, esas cosas. Y sin embargo "nadie va a librar a Espa?a de romper la cota de los 300 puntos b¨¢sicos en la prima de riesgo (lo que supone pagar un 3% de intereses m¨¢s que Alemania), porque Europa se empe?a en negar la realidad. Y esas cifras lo hacen todo m¨¢s dif¨ªcil en Madrid", dijo en Bruselas Daniel Gros, economista del CEPS.
En la capital europea, y en toda Europa, los economistas son mucho m¨¢s duros que los l¨ªderes del continente, incapaces de llegar a acuerdos en momentos que vuelven a ser de m¨¢xima tensi¨®n. El siempre cauto Olli Rehn se mostr¨® "convencido" de que el pr¨®ximo domingo el Eurogrupo desatascar¨¢ el cr¨¦dito a Grecia a primeros de julio, y de que el segundo programa de socorro llegar¨¢ el 11 de julio. En Berl¨ªn, sin embargo, otras fuentes explicaron que quiz¨¢ haga falta m¨¢s tiempo para convencer a los inversores privados y a las agencias de calificaci¨®n del segundo rescate -que incluye una reestructuraci¨®n en principio voluntaria de la deuda helena-, por lo que ese acuerdo podr¨ªa retrasarse hasta septiembre. Distintas fuentes hablan de cifras que oscilan entre los 105.000 y los 120.000 millones de euros, a los que hay que sumar los 110.000 millones aprobados en mayo de 2010.
La Comisi¨®n defiende que separar las dos decisiones es una opci¨®n estrat¨¦gica de gran calado, al permitir a Atenas seguir respirando mientras se termina de dise?ar el nuevo plan de rescate. "Con este enfoque en dos fases, y de acuerdo con el FMI, podemos evitar un escenario siniestro", argument¨® Rehn.
La clave de ese segundo plan estar¨¢ en el papel que juegue el sector privado, que Alemania querr¨ªa ver convertido en participaci¨®n obligatoria. El Banco Central Europeo, la mayor¨ªa de los Gobiernos de la UE y hasta la presidencia del Consejo Europeo prefieren voluntariedad. "La cuesti¨®n es c¨®mo hacer que un banco haga lo que no quiere hacer. Y adem¨¢s evitar que su participaci¨®n parezca obligatoria", se?al¨® una alta fuente comunitaria. Las agencias de calificaci¨®n ya han dicho que interpretar¨ªan la imposici¨®n al sector privado como una suspensi¨®n de pagos, lo que podr¨ªa desencadenar una tormenta financiera.
Entre bambalinas hay un intenso debate "sobre qu¨¦ es voluntario y qu¨¦ no es voluntario; qu¨¦ es presi¨®n aceptable y qu¨¦ es presi¨®n inaceptable", seg¨²n fuentes europeas. Pero de momento cada uno hace la guerra por su cuenta: Alemania quiere reestructuraci¨®n obligatoria; Grecia ya ha dejado claro que lo que acuerden los socios europeos puede no acabar aplic¨¢ndose, e Irlanda se uni¨® ayer a ese coro de estridencias al anunciar que incluso los acreedores de la deuda m¨¢s segura pagar¨¢n parte de la factura. Esa combinaci¨®n, y en especial esa apostilla irlandesa, es todo lo contrario de lo que viene pidiendo el BCE: contenci¨®n para evitar que se dispare el contagio y la situaci¨®n acabe pareci¨¦ndose peligrosamente a lo que ocurr¨ªa en las semanas previas a la quiebra de Lehman Brothers.
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