La fiscal¨ªa act¨²a contra la "guerrilla urbana"
Las maniobras de los Mossos d'Esquadra para despistar a los violentos no funcionaron. Durante el cerco al Parlamento, los alborotadores tuvieron informaci¨®n, en tiempo real, de los movimientos de la polic¨ªa. De modo que se anticiparon. ?C¨®mo lo hicieron? Con astucia y tecnolog¨ªa: sintonizaron la frecuencia radiof¨®nica de los polic¨ªas y, gracias a esa informaci¨®n privilegiada, fueron un paso por delante de ellos.
La an¨¦cdota retrata uno de los rasgos de los grupos radicales que, en los ¨²ltimos a?os y de forma peri¨®dica, han dejado en Barcelona estampas de lucha callejera: el uso de la tecnolog¨ªa para alcanzar sus objetivos. La "sofisticaci¨®n" y disciplina de esos sectores minoritarios -"est¨¢n casi tan bien organizados como nosotros", admiten fuentes policiales- a menudo pone en un brete a la polic¨ªa.
"Antes, los violentos tiraban la piedra y escond¨ªan la mano. Ahora, tiran la piedra, se sientan en el suelo y levantan las manos", sintetiz¨® ayer el consejero de Interior, Felip Puig. A su juicio, esa supuesta "resistencia pac¨ªfica" esconde una maniobra torticera para dificultar la intervenci¨®n de la polic¨ªa.
Puig acus¨® a los violentos de constituir una "guerrilla urbana" con "ganas feroces" de desatar "una batalla campal". No es una idea nueva. Desde hace unos a?os, la polic¨ªa tiene constancia de la existencia, en Barcelona, de un grupo muy heterog¨¦neo formado por entre 200 y 300 personas que se dedica a reventar manifestaciones y a provocar incidentes con la polic¨ªa.
No se trata, ni de lejos, de un grupo organizado con l¨ªderes claros. M¨¢s bien es una amalgama de personas -j¨®venes, en su mayor¨ªa- que se unen ante un acontecimiento masivo con el prop¨®sito de chocar contra las l¨ªneas de antidisturbios. El grueso de esos alborotadores est¨¢ formado por miembros de grupos antisistema radicales que s¨ª justifican el recurso a la violencia.
Los Mossos detuvieron por los incidentes a siete personas, una de ellas menor de edad. Ayer identificaron a otras 10 y tratan de reunir pruebas para estudiar si se les puede atribuir el delito de impedir con violencia la entrada de los diputados al Parlamento, que est¨¢ castigado con penas de 8 a 12 a?os de c¨¢rcel. La fiscal¨ªa ha abierto diligencias para aplicarles la ley, y la C¨¢mara estudia tambi¨¦n acciones legales contra los violentos.
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