Para salvar el euro
La estabilidad pol¨ªtica y econ¨®mica europea depende de un pacto urgente sobre Grecia
La indecisi¨®n europea y el agudo enfrentamiento entre Alemania, por una parte, y el Banco Central Europeo (BCE) y la Comisi¨®n Europea, por otra, est¨¢n poniendo en peligro la estabilidad financiera de la eurozona y, como un efecto secundario grave, la solvencia de otros pa¨ªses europeos, como es el caso de Espa?a, que se enfrentan a un nuevo episodio de crisis de deuda.
Los inversores viven en una situaci¨®n de extremo nerviosismo. Las Bolsas continentales estaban ayer en n¨²meros rojos mientras la prima de riesgo espa?ola lleg¨® a rebasar los 280 puntos b¨¢sicos, aunque luego retrocediera hasta justo por debajo de esa marca. Un nivel, en cualquier caso, que una econom¨ªa no puede aguantar a medio plazo si quiere tener expectativas de recuperaci¨®n y salvaguardar la credibilidad de sus finanzas p¨²blicas.
Hoy, no solo para Espa?a, sino para los inversores y las instituciones pol¨ªticas europeas, al borde del caos, casi todo el problema se resume en un nombre: Grecia.
Frente a la grave situaci¨®n de una econom¨ªa del euro situada al borde del impago, cuya deuda no puede ser reestructurada (es decir, sometida a quitas obligadas) y cuya ¨²nica opci¨®n de rescate es la inyecci¨®n de m¨¢s ayudas, las instituciones europeas ofrecen una disputa visceral sobre el modo del rescate y, de nuevo, una tendencia preocupante a olvidarse de los problemas que provoca cualquier retraso en la toma de decisiones urgentes. La pol¨ªtica interna se desangra en una protesta continua contra los recortes sociales y ni siquiera el nuevo Gobierno que intenta formar Yorgos Papandreu conseguir¨¢ sofocar el incendio social. En primer lugar, porque hay una sublevaci¨®n en su partido, el PASOK y, despu¨¦s, porque la oposici¨®n y una parte importante de la ciudadan¨ªa reclaman su dimisi¨®n.
Los mercados asisten at¨®nitos al enfrentamiento entre instituciones europeas. Los da?os colaterales de su incapacidad para articular soluciones r¨¢pidas a las crisis de supervivencia van desde el crecimiento exponencial de las dudas sobre las posibilidades de ¨¦xito en los rescates de Portugal e Irlanda, hasta el encarecimiento de la financiaci¨®n de las econom¨ªas perif¨¦ricas (incluida la espa?ola) e, incluso, la hip¨®tesis de que el presidente del Gobierno espa?ol se vea obligado a convocar elecciones debido a un empeoramiento sin precedentes de la prima de riesgo espa?ola. El riesgo existe. La continuidad del Gobierno pende de un hilo muy delgado: la estabilidad parlamentaria hasta final de legislatura, imprescindible para aprobar unos Presupuestos que deber¨¢n contraer m¨¢s el gasto, en cifras que pueden ir m¨¢s all¨¢ de la l¨ªnea de lo soportable. A su vez, esa estabilidad parlamentaria depende de la calma de los mercados. Ning¨²n partido respaldar¨¢ al Gobierno con un diferencial de deuda desbocado. Espa?a puede encontrarse en julio con una situaci¨®n endiablada, con elecciones anticipadas impuestas por la crisis financiera y con la urgencia de aprobar un Presupuesto dolorosamente restrictivo, si no se resuelve con rapidez el cataclismo griego.
Tampoco hay que ocultar que, adem¨¢s del problema griego, sobre la deuda espa?ola pesan otras causas de inestabilidad. La deuda de las comunidades aut¨®nomas y Ayuntamientos inquieta a los acreedores del Reino de Espa?a debido a la suposici¨®n de que es m¨¢s elevada de lo que se reconoce oficialmente y la sospecha de que acabar¨¢ siendo subsumida en la deuda del Estado. Es muy probable que el exceso de la deuda perif¨¦rica no sea una amenaza para la solvencia espa?ola; pero en cualquier caso tiene que conocerse y explicarse. Se ha repetido hasta la saciedad, pero es necesario insistir en ello: el Gobierno y la oposici¨®n tienen que acordar el cumplimiento estricto de las obligaciones de d¨¦ficit de las comunidades aut¨®nomas. Es el modo m¨¢s sencillo de convencer a los inversores.
El otro factor que condiciona la solvencia espa?ola es la reforma del sistema financiero. La recapitalizaci¨®n de las cajas de ahorro se est¨¢ postergando demasiado. Aunque el plazo para concluir esa recapitalizaci¨®n termina en septiembre, existen temores de que al final de ese proceso (que tropieza con la sequ¨ªa de capitales en los mercados) sea necesario proceder a nuevas fusiones. Todav¨ªa las empresas solventes espa?olas carecen de cr¨¦dito normalizado. Sin un flujo de pr¨¦stamos suficiente para afrontar nuevos proyectos, la recuperaci¨®n econ¨®mica puede retrasarse hasta 2015.
Los pr¨®ximos d¨ªas son cruciales. Francia, Alemania, el BCE y la Comisi¨®n est¨¢n obligados a pactar una soluci¨®n r¨¢pida para Grecia. No caben nuevas dilaciones ni reticencias. La supervivencia del euro depende en gran parte de ese acuerdo.
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