El orgullo de ser de pueblo
Raquel C¨®rcoles (Reus, Tarragona; 24 a?os) y Marta Rabad¨¢n (Cocentaina, Alicante; 28 a?os) son de pueblo. Pero tambi¨¦n son modernas. Su encanto radica en esa aparente paradoja. "?T¨ªa, tienes que ayudarme, tengo que hacer un libro en tres meses!", le suplic¨® la primera a la segunda. C¨®rcoles acababa de ganar una beca del Carnet Jove. Le publicar¨ªan un tebeo. Si lo terminaba, claro. Las dos amigas se encerraron, fines de semana incluidos. Y naci¨® Soy de pueblo: manual para sobrevivir en la ciudad (Gl¨¦nat), la historia de La Moderna de Pueblo, una chica que cambia su aldea por Madrid. Un ¨¦xito. Se agot¨® en la ¨²ltima feria del c¨®mic de Barcelona. Y sus fans se multiplican en Facebook. "Tienen entre 25 y 30 a?os. ?Y no son todos modernos de pueblo!", aseguran.
Ellas no encajan en la categor¨ªa de paletas. Salen por la V¨ªa L¨¢ctea, leen la Go Mag y las rese?as de Pitchfork, visitan blogs como La Masa Pasa... Pero no siempre fue as¨ª. Una vez escucharon a los Backstreet Boys y a Mariah Carey. Y no se arrepienten de ello. Una rubia y otra morena, parecen las protagonistas de Ghost World (Daniel Clowes). "M¨¢s bien Ella Baila Sola", bromean. Comparecen con la misma camiseta. Como la de Jean Seberg en Al final de la escapada, que reza "International Herald Tribune". Prometen ayudar a los nuevos exiliados rurales."Si hubi¨¦ramos le¨ªdo el c¨®mic antes de venir a Madrid, nos hubiera ahorrado confusiones". Diseccionamos con su ayuda al moderno de pueblo.
Es de pueblo quien naci¨® en un lugar sin Corte Ingl¨¦s. Otros s¨ªntomas: conservar en cajas casetes grabadas de la radio. "Odiaba a los locutores que hablaban antes del final de la canci¨®n...", recuerda Rabad¨¢n. Entonces escuchaba a Onda Vaselina, Offspring, Sabina... "Yo le¨ªa la Superpop y la Ragazza", suelta C¨®rcoles. Y desempolva una an¨¦cdota: "Mi madre me tir¨® la Bravo antes de pasar la primera p¨¢gina... En la portada anunciaban 'C¨®mo satisfacer oralmente a tu novio...".
Le gusta un grupo que no deber¨ªa incluir en una lista de Spotify. Pero que al final a?ade. "A veces, los gustos de la moderna de pueblo coinciden con lo indie, otras no. Me gusta Shakira, y a Marta, Crep¨²sculo. Diferenciamos entre calidad y comercial. Pero nos gustan ambos. ?No podemos evitarlo!", razona C¨®rcoles. Rabad¨¢n a?ade: "Yo he sido choni, pija...".
Viste gafas sin graduar.
"Y Ray-Ban; calza Converse y Vans; lleva vintage, vestidos de Top-Shop, de H&M...". Otros imprescindibles: "El flequillo largo, el dise?ador Alex Trochut, el fot¨®grafo Gerard Estadella, las pelis dobladas y Megaupload, el nuevo Moooovierecord...".
Su Santa Trinidad es: la Pitch-fork, el Facebook y la 'Mondo Sonoro'. "Cuando viv¨ªa en Cocentaina no sab¨ªa qui¨¦nes eran Radiohead, The xx, Arcade Fire. Ahora estudio la Pitchfork en el iPhone a diario. Y decido qu¨¦ bajar", detalla Rabad¨¢n.
No sabe qui¨¦nes son los Smiths
y no le da corte admitirlo. Alguien dice el nombre de un grupo o de un director y al moderno de pueblo se le queda cara de p¨®quer. Pero no se le cae de verg¨¹enza. "No hace el rid¨ªculo soltando 'su ¨²ltima pel¨ªcula estaba muy bien...'. Los indies de ciudad son divos y esconden su ignorancia. El de pueblo, no".
No volver¨ªa nunca al pueblo, pero... "Reconoce que tiene ventajas. Como no distinguir entre una peli de Wes Anderson y
una de los Cohen; pero s¨ª entre un olmo y una
encina. No alargar la borrachera hasta que abra el metro. Tomar una cerveza en la calle sin que aparezcan 40 polis. Y ver si ha empezado la verbena desde el balc¨®n".
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