Luces de Italia
A todo Napole¨®n le llega su Waterpolo. Il Cavaliere debe estar meditando sobre la vigencia del sabio desliz popular. En un informe sobre Italia, en The Economist, todav¨ªa se preguntan si Berlusconi es el s¨ªntoma o la causa. Tiene cara de ser las dos cosas y muchas m¨¢s. De met¨¢fora, de sin¨¦cdoque, de aliteraci¨®n, de elipsis e incluso de sinalefa. Es una caracter¨ªstica de la Era de la Incertidumbre. A los jerarcas, en general, se les ha puesto un rostro bic¨¦falo de casualidad y causalidad, esa mezcla de asombro y mosqueo ante una realidad ind¨®cil. Lo hemos visto estos d¨ªas en Espa?a. Esa rara unanimidad para intentar satanizar la protesta de los indignados con el estigma de kale borroka, confundiendo adrede el todo pac¨ªfico con un grupo aislado de huevones. Hab¨ªa un cierto regusto en la acusaci¨®n: ?Por fin los pillamos! Pero en ninguna c¨¢mara de representaci¨®n se han debatido las demandas que ata?en muy directamente a esta democracia anquilosada: limitaci¨®n de mandatos, listas abiertas, financiaci¨®n de partidos, blindaje a la corrupci¨®n y una aut¨¦ntica ley de transparencia p¨²blica. En el ¨¢gora griego, el heraldo que abr¨ªa la asamblea preguntaba: "?Qui¨¦n quiere tomar la palabra por la ciudad?". Aqu¨ª, la iniciativa legislativa popular ha sido siempre amputada. Tampoco nosotros queremos nucleares, pero se nos imponen. En medio de la penumbra europea, los referendos en Italia tienen el efecto de la reaparici¨®n de las luci¨¦rnagas. En un art¨ªculo premonitorio, a principios de los setenta, Pasolini denunci¨® "la desaparici¨®n de las luci¨¦rnagas". La contaminaci¨®n estaba acabando con ellas y eso ten¨ªa tambi¨¦n un significado pol¨ªtico. A prop¨®sito de fauna, en Espa?a ha aumentando mucho la presencia del jabal¨ª. Unos campesinos me explican que el ¨²nico m¨¦todo efectivo para ahuyentarlo de los campos de ma¨ªz es la colocaci¨®n por la noche de aparatos de radio a todo volumen y a la hora de las tertulias. ?De qu¨¦ huir¨¢n los jabal¨ªes?
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