Qu¨¦ pasa tras un 'gatillazo' burs¨¢til
El n¨²mero de cancelaciones de salidas a Bolsa en Europa se duplica en 2011
Hablar de nuestras virtudes se presta a la verborrea. Reconocer un fracaso se solventa con pocas palabras. Telef¨®nica iba a sacar a Bolsa el 51% del capital de su call center, Atento. El 13 de junio era la fecha prevista para el estreno. La operadora hab¨ªa registrado en la CNMV el folleto de colocaci¨®n. Un tocho de 218 p¨¢ginas para explicar las bondades de su filial. El pasado 10 de junio, sin embargo, en un escueto comunicado de una sola p¨¢gina informaba de su decisi¨®n de suspender la operaci¨®n "a la vista de la desfavorable situaci¨®n de los mercados". Atento no es un caso aislado. En Espa?a hay varios ejemplos en la ¨²ltima d¨¦cada de cancelaciones de una oferta p¨²blica de venta (OPV). Es una tendencia, adem¨¢s, que no se circunscribe solo al mercado local y que se ha acelerado en los ¨²ltimos meses con el regreso de las turbulencias a los mercados. De hecho, el n¨²mero de salidas a Bolsa frustradas en Europa en lo que va de a?o es de 19, un 111% m¨¢s que en el mismo periodo del a?o anterior, seg¨²n cifras de Bloomberg.
Tras un fiasco, pocas veces se vuelve a intentar. Grifols es la excepci¨®n
"Para minimizar el impacto de una suspensi¨®n lo que se suele hacer es no anunciar la salida a Bolsa hasta haber sondeado previamente el mercado y contar con cierto respaldo", explica Ignacio de la Torre, socio de Arcano. "Cuando se produce una cancelaci¨®n, lo normal es echar la culpa al mercado. Hay veces que es as¨ª, pero en otras ocasiones es que esa empresa no gusta con independencia de la valoraci¨®n, o se desconf¨ªa del equipo directivo...", a?ade. Si bien es cierto que hay una correlaci¨®n positiva entre estar en Bolsa y vender m¨¢s, esta ecuaci¨®n no se produce a la inversa. "Los clientes no van a dejar de comprar tus productos porque no puedas cotizar. Creo que el mayor impacto se produce en la moral de los gestores ya que el proceso de colocaci¨®n es muy largo e intenso", explica De la Torre.
La situaci¨®n coyuntural de los mercados, es decir, el grado de aversi¨®n al riesgo, condiciona el ¨¦xito de una salida a Bolsa. Tambi¨¦n influye la urgencia del vendedor por captar financiaci¨®n a cualquier precio o hacer l¨ªquida su participaci¨®n con independencia del descuento que se aplique a sus acciones. Un tercer factor que tambi¨¦n influye en el devenir de la operaci¨®n es la elecci¨®n del tempo. Uno de los axiomas burs¨¢tiles m¨¢s conocidos es aquel que recomienda a los inversores que el ¨²ltimo euro "lo gane otro". Este consejo viene a decir que hay que tomar distancia con las burbujas, separarse a tiempo de las tendencias. En las salidas a Bolsa hay modas. Un sector acapara el foco del mercado y muchos actores de ese negocio aprovechan la coyuntura para debutar en el parqu¨¦. Las condiciones econ¨®micas, o simplemente los gustos a veces caprichosos de los inversores, pueden variar de un d¨ªa para otro. Ser de los ¨²ltimos en subirse a ese carro puede echar al traste la OPV.
Las cajas son conscientes de que el dinero del mercado para este tipo de entidades es finito. Por eso entre Bankia y Banca C¨ªvica se ha abierto una carrera en toda regla por ser los primeros en probar suerte. Entre 2004 y 2007 Espa?a vivi¨® la burbuja del ladrillo y hubo un rosario de salidas a Bolsa de inmobiliarias (Fadesa,
Renta Corporaci¨®n, Parquesol, Astroc,
Riofisa, Realia...). En este contexto de euforia inici¨® Grupo Inmobiliario Trem¨®n los tr¨¢mites para cotizar. Corr¨ªa el oto?o de 2007 y la crisis econ¨®mica empezaba a dar sus primeros coletazos. Los inversores dieron la espalda al sector y Trem¨®n tuvo que guardar el proyecto en el caj¨®n. Otro tanto ha ocurrido en el sector de las energ¨ªas renovables. En 2007 hubo dos OPV (Solaria e Iberdrola Renovables). Dos a?os despu¨¦s del cambi¨® en el panorama econ¨®mico -y con ¨¦l la certidumbre regulatoria- y la voluminosa colocaci¨®n de Renovables -levant¨® m¨¢s de 4.000 millones, acaparando gran parte del dinero de los fondos de inversi¨®n expuesto a proyectos de energ¨ªas verdes- llev¨® a tres empresas (Renovalia Energy, Eolia y
T-Solar) a cancelar sus operaciones.
Sufrir un gatillazo burs¨¢til no es el fin del mundo. De hecho, las empresas suelen minimizar de puertas hacia fuera este contratiempo. "La compa?¨ªa ha continuado su plan de negocio y expansi¨®n internacional tal y como estaba previsto y con independencia de no haber salido a Bolsa", se?alan desde Renovalia. Aunque se intente aparentar normalidad, lo cierto es que la suspensi¨®n de una OPV suele suponer algunos cambios. "Cotizar era una de las opciones de financiaci¨®n de la empresa. El d¨ªa desp¨²es de cancelar el proyecto se empiezan a buscar v¨ªas alternativas. En nuestro caso recurrimos a los pr¨¦stamos bancarios y a la venta de algunos activos. La salida a Bolsa no est¨¢ sobre la mesa ahora mismo porque el plan de negocio est¨¢ totalmente financiado", argumentan fuentes pr¨®ximas a Eolia.
Juan Laso, consejero delegado de T-Solar, tambi¨¦n tiene una explicaci¨®n parecida: "Los objetivos de la compa?¨ªa contin¨²an siendo esencialmente los mismos. L¨®gicamente, hemos tenido que adecuar estas metas a los ritmos temporales que nuestra capacidad financiera permite". ?Volver¨¢n a intentarlo? "La puerta siempre est¨¢ abierta y estamos preparados para ello. Entendemos que las circunstancias de estabilidad que deben rodear una colocaci¨®n todav¨ªa no est¨¢n constituidas", se?ala Laso.
No se puede hablar de estigma, pero pocas son las empresas que tras fallar en su intento de saltar al parqu¨¦ vuelven a intentarlo con ¨¦xito. Una excepci¨®n es Grifols. En julio de 2004, cuando la empresa se denominaba Probitas Pharma, registr¨® el folleto de salida a Bolsa. El equipo gestor, junto con los bancos colocadores, valor¨® la empresa en una horquilla de entre 570 y 700 millones. D¨ªas antes del estreno decidieron posponer los planes. Dos a?os despu¨¦s, en abril de 2006, ya bajo la denominaci¨®n de Grifols, el grupo de hemoderivados catal¨¢n s¨ª recibi¨® la valoraci¨®n que cre¨ªa correcta del mercado (900 millones) y culmin¨® la salida a Bolsa. Desde entonces, las acciones suben un 200%.
La valoraci¨®n es clave para que una OPV tenga ¨¦xito. Ahora bien, entre lo que el vendedor considera malvender su compa?¨ªa y lo que el inversor entiende por descuento atractivo a veces hay una delgada l¨ªnea roja. Cuando Iberia sali¨® a Bolsa (2001) dio una banda inicial de precios para sus t¨ªtulos entre 1,71 euros y 2,14 euros. La presi¨®n del mercado le llev¨® a tasarlos finalmente un 30% por debajo (1,19 euros), pero no abort¨® la operaci¨®n. A comienzos de 2011, la fusi¨®n con British Airways valoraba las acciones en 3,35 euros. En cambio, Telef¨®nica sac¨® a Bolsa Terra (1999) al precio m¨¢s elevado de la banda inicial (11,81 euros) y la absorbi¨® poco despu¨¦s a 5,25 euros. Ya se sabe, a veces es de necios confundir valor y precio. -
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