Vuelve la pinza
IU de Extremadura otorga el Gobierno de la comunidad al PP y desplaza a los socialistas
Izquierda Unida de Extremadura ha optado por dar una respuesta visceral -lo que le ped¨ªa el cuerpo a una mayor¨ªa de sus bases locales-, y no pol¨ªtica -lo que exig¨ªa la l¨ªnea program¨¢tica de una formaci¨®n con implantaci¨®n nacional-, a sus problemas de entendimiento con los socialistas de esa comunidad aut¨®noma. Su decisi¨®n de abstenerse en la sesi¨®n de investidura del nuevo Gobierno aut¨®nomo otorga al Partido Popular la presidencia de la ¨²nica comunidad que pod¨ªa seguir gobernando el PSOE tras las ¨²ltimas elecciones.
En la tesitura de no tener claro qu¨¦ camino tomar, IU de Extremadura cometi¨® el primer error y tir¨® por la calle de enmedio: debatir lo que proced¨ªa hacer entre sus bases. No resultaba f¨¢cil resolver el dilema planteado, uno de cuyos t¨¦rminos consist¨ªa en ampliar todav¨ªa m¨¢s el vasto poder pol¨ªtico local conseguido por el PP. La presencia del coordinador nacional, Cayo Lara, y su empe?o en que el dilema no fuera tal y que el debate se resolviera con el apoyo al PSOE, muestra la importancia que ten¨ªa para IU acertar en la decisi¨®n. El fracaso de Lara le coloca en una situaci¨®n dif¨ªcil. Su desautorizaci¨®n es patente. Adem¨¢s, la estructura federal de IU ha quedado cuarteada, pues una cuesti¨®n que afecta a todas las partes federadas ha sido decidida solamente por una de ellas.
Resultar¨¢ muy complicado convencer a IU y a sus votantes del resto de Espa?a de que la respuesta dada es la que mejor responde a la pr¨¢ctica pol¨ªtica del partido. Muchos interpretar¨¢n que permitir que el PP se haga con el Gobierno de Extremadura es una reedici¨®n de la pinza ensayada por Julio Anguita en 1993-96, desde la pretensi¨®n -basada en la petulante teor¨ªa del sorpasso- de convertir a IU en el referente principal de la izquierda, desplazando al PSOE. El resultado fue facilitar la llegada de Aznar al Gobierno. La pinza fabricada por IU de Extremadura es m¨¢s ramplona: parece motivada por el deseo de castigar a los socialistas extreme?os por su supuesta prepotencia y desplantes en 28 a?os de gobierno.
Esa reacci¨®n nada tiene que ver con la pol¨ªtica. Lo ha intentado explicar sin ¨¦xito Cayo Lara, mientras que el portavoz de IU en el Congreso, Gaspar Llamazares, la considera un error muy grave. Permitir que el PP gobierne en Extremadura no solo contradice lo prometido por IU en la campa?a electoral; tambi¨¦n la afirmaci¨®n de su coordinador en esa comunidad, Pedro Escobar, de no pactar ni con partidos ni con pol¨ªticas de derecha.
La abstenci¨®n facilitar¨¢ las dos cosas: que gobierne en Extremadura un partido de derecha y que se hagan pol¨ªticas de derecha, en la versi¨®n original del PP y no en la copia del PSOE, seg¨²n acusaci¨®n de IU. Lo sucedido ayer cabe interpretarlo como un peligroso repliegue de IU sobre s¨ª misma: a muchos militantes y votantes puede llevarles a cuestionar el sentido de la existencia de esa formaci¨®n.
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