Gallard¨®n pide refinanciar la deuda para evitar un plan de ajuste brutal
El Ayuntamiento solicita un cambio legal al Gobierno para cuadrar sus cuentas.- Aprueba un plan para reducir su deuda y pagar a proveedores
Si el Ayuntamiento de Madrid fuera un avi¨®n, los ciudadanos podr¨ªan estar seguros de que tanto el piloto como el jefe de los mec¨¢nicos est¨¢n haciendo todo lo posible para enderezar el morro. Ahora bien, quiz¨¢ no les tranquilice saber lo que gritan cada vez m¨¢s alto: ?Alas, alas, necesitamos un par de alas!
La situaci¨®n financiera de la ciudad es azul oscura casi negra. El alcalde, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, justifica el esfuerzo econ¨®mico realizado en los ¨²ltimos a?os para sufragar el soterramiento de la M-30, la construcci¨®n de Madrid R¨ªo o el traslado de la sede municipal al Palacio de Cibeles, engalanado para la ocasi¨®n. Asegura que podr¨ªa no haberse gastado el dinero, pero entonces los madrile?os tampoco estar¨ªan disfrutando de sus beneficios. No le falta raz¨®n, como tampoco a la oposici¨®n cuando critica que se invirtiera m¨¢s de lo que se pod¨ªa pagar (y quiz¨¢ no siempre en infraestructuras necesarias o convenientes), disparando la deuda hasta los 6.453 millones al cierre de 2010.
El plan B municipal implica un ajuste brutal que afectar¨ªa adem¨¢s a gasto social
En cualquier caso, esa deuda est¨¢ ah¨ª, inmisericorde al cruce de opiniones, y hay que pagarla. Y no es el ¨²nico problema: en 2010 el Ayuntamiento gast¨® m¨¢s de lo que ingres¨®, es decir, tuvo d¨¦ficit, en concreto 754 millones (un 0,6% del producto interior bruto de la ciudad). No es una cifra exorbitante, como sucede con la deuda, pero s¨ª supera los l¨ªmites exigidos por el Estado.
As¨ª, se ha visto obligado a elaborar un plan de saneamiento y un plan econ¨®mico-financiero, lo que en esencia consiste en explicar al Gobierno central c¨®mo se pretende hacer frente a todas estas estrecheces, y obtener, claro, su visto bueno.
El concejal de Hacienda, Juan Bravo, ha hecho sus deberes, y le cuadran las cuentas. Los n¨²meros, que en general lo aguantan casi todo, le permiten asegurar que 2011 se cerrar¨¢ con d¨¦ficit (521 millones), s¨ª, pero para 2012 los n¨²meros rojos habr¨¢n dejado paso a un super¨¢vit de 325 millones. Respecto a la deuda, prev¨¦ haberla reducido en 1.351 millones para 2015, es decir, un 30%, hasta los 4.740 millones. Para ese a?o tambi¨¦n espera haber devuelto los 1.105 millones de deuda extraordinaria que concert¨® en 2009 (tras pedir permiso sin ¨¦xito al Gobierno para alargar el plazo de pago). Y promete adem¨¢s ponerse al d¨ªa en el pago a proveedores, que ahora se realiza con hasta nueve meses de retraso.
Magia parece, magia no es, pero s¨ª tiene truco. En parte requiere de un fort¨ªsimo recorte de gastos y una lectura optimista de los ingresos previstos (sobre todo, largo me lo fi¨¢is, a partir de 2013). Pero adem¨¢s, y ese es el principal problema, precisa de ese par de alas que desesperado reclama al piloto Gallard¨®n y su mec¨¢nico Bravo para elevar el morro del aparato.
Las alas son un cambio legislativo y un pl¨¢cet ejecutivo para poder darle una patada a la deuda que le toca pagar y que caiga varios a?os m¨¢s adelante en el calendario. Y el ¨²nico que puede permit¨ªrselo es el Gobierno central (socialista, para m¨¢s se?as), que hasta ahora se ha mostrado inflexible en ese sentido.
El Ayuntamiento ha realizado todas sus cuentas desde el supuesto de que, antes de que termine el a?o, se modificar¨¢ la Ley de Haciendas Locales para "flexibilizar el r¨¦gimen de endeudamiento previsto, de forma que se permita la refinanciaci¨®n de los vencimientos de cada ejercicio". En rom¨¢n paladino: en 2012 tiene que pagar 577 millones a los inversores o entidades financieras que le han prestado el dinero para la M-30 o Madrid R¨ªo, por ejemplo. Y lo que quiere es negociar con ellos para aplazar parte de ese pago, o conseguir dinero en otro sitio para abonar la deuda, dinero que tendr¨¢ que devolver m¨¢s adelante pero no ya. En 2013 lo mismo pero con 580 millones. En 2014 lo mismo pero con 578. Y as¨ª hasta 2022 (aunque a partir de 2016 las cantidades caen a la mitad).
Gallard¨®n ya intent¨® sin ¨¦xito a finales de 2010 que el Gobierno le permitiera refinanciar la deuda. Incluso se reuni¨® con Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero en La Moncloa. Buscaba adem¨¢s que esos n¨²meros rojos a final de a?o por haber gastado m¨¢s de lo ingresado se fundieran con la deuda. Eso le habr¨ªa permitido ponerse al d¨ªa con los proveedores, aunque hubiera disparado la deuda prevista en 2015 hasta los 5.960 millones (frente a los 4.721 millones del plan actual).
El Ejecutivo se neg¨® por temor a que fuera percibido como un incumplimiento de sus compromisos internacionales, es decir, a que el resto de pa¨ªses y los mercados consideraran que el d¨¦ficit espa?ol podr¨ªa desbocarse por culpa de los ayuntamientos. Gallard¨®n adujo que no es el caso: de la deuda espa?ola, solo el 6,3% era municipal, frente al 77% del Estado y el 13% de las autonom¨ªas, que s¨ª tienen permiso ambos para refinanciarla.
?Qu¨¦ suceder¨¢ si el Ayuntamiento tampoco convence en esta ocasi¨®n al Gobierno? El plan A requiere de un importante recorte de gasto que permita equilibrar progresivamente el remanente de tesorer¨ªa (es decir, el arca con dinero para pagar gastos mensuales) e ir reduciendo tambi¨¦n la deuda, en parte amortiz¨¢ndola (es decir, pag¨¢ndola a toca teja), en parte refinanci¨¢ndola (aplaz¨¢ndola).
El plan B, en cambio, amenaza con ser brutal. El Ayuntamiento ya ha recortado casi al m¨¢ximo sus gastos para hacer frente al pago de deuda. El plan A implica llevar al l¨ªmite esa poda, y a¨²n as¨ª requiere para salir adelante que se puedan refinanciar los pagos. Si el Gobierno central no lo permite, habr¨¢ que meter la tijera en zonas m¨¢s sensibles. Se producir¨ªa un deterioro "progresivo y acelerado" del pago a los proveedores: es decir, se aplazar¨ªa hasta la ignominia. Y se restringir¨ªan el resto de partidas, incluido el sacrosanto gasto social, ante la "situaci¨®n dram¨¢tica de asfixia de liquidez".
En resumen: el avi¨®n tiene gasolina (Madrid genera mucho dinero), pero necesita que el Gobierno central le permita alas nuevas para hacer frente al exceso de equipaje que ha metido el alcalde, o pronto habr¨¢ que rifar a qui¨¦n se tira por la borda. Y en ese sorteo, por desgracia, suele tocarle siempre a los mismos.
La Administraci¨®n adelgaza pero poco
El Gobierno municipal aprob¨® ayer tambi¨¦n un ligero ajuste en su estructura administrativa que permitir¨¢ ahorrar 9,04 millones de euros, la mitad este mismo a?o. "Son medidas de austeridad que hay que tomar, pero no suponen ni el 1% del presupuesto de gastos", asegur¨® el concejal de Hacienda, Juan Bravo.
Algunas ya se conoc¨ªan, como la eliminaci¨®n de una de las nueve ¨¢reas de Gobierno (Obras y Espacios P¨²blicos), el recorte de asesores de los grupos municipales, y la reducci¨®n de los coches oficiales y los escoltas.
Adem¨¢s, se suprimen 17 cargos directivos de los 123 existentes, aunque se suman dos nuevos para la oficina de colaboraci¨®n p¨²blico-privado y para la oficina de la presidencia del Pleno.
En cuanto a los organismos municipales, desaparece el Patronato de Turismo, absorbido por la empresa municipal Promoci¨®n de Madrid, que cambiar¨¢ de nombre y centralizar¨¢ la promoci¨®n de la ciudad.
Por ¨²ltimo, se suprimen 62 puestos de confianza. En el Ayuntamiento hay 175 asesores: tres en la Presidencia del Pleno, 122 en las ¨¢reas de Gobierno, 42 en los distritos y ocho en los organismos. Este recorte permite ahorrar por s¨ª solo cinco millones de euros.
Traves¨ªa del desierto
- El pr¨®ximo presupuesto municipal se beneficiar¨¢ de un incremento de ingresos de 127 millones por la revisi¨®n catastral. Y hasta ah¨ª el cap¨ªtulo de alegr¨ªas.
- Los gastos de personal seguir¨¢n cayendo al no cubrirse los puestos de funcionarios que se jubilen o cambien de destino. Eso y los recortes de sueldo son lo que, a juicio de CC OO, servir¨¢ para rebajar la deuda.
- Las inversiones se reducir¨¢n al m¨ªnimo necesario para que la ciudad no se descascarille, es decir, para conservar lo que ya existe y terminar las obras que est¨¢n en marcha. No se prev¨¦ ninguna nueva obra para 2012, solo de reposici¨®n. Pero lo peor no es eso: esa pol¨ªtica de gasto cero se mantendr¨¢ tambi¨¦n en los siguientes ejercicios, al menos hasta el a?o 2015.
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