Nunca acabar
Hoy mi¨¦rcoles termina la miniserie dedicada a la vida de Isabel Pantoja. El g¨¦nero, tan querido por nuestros programadores, del biopic, contracci¨®n de biograf¨ªa y picture, suele ser tan profundo como la conversaci¨®n de un ascensor y tan riguroso como la valoraci¨®n sobre un ¨¢rbitro tras ver perder a tu equipo de penalti. Pero quiz¨¢ el caso particular de Isabel Pantoja ha encerrado una injusticia que no podemos dejar pasar por alto.
Isabel Pantoja no se merece una miniserie de dos episodios. Si las televisiones fueran justas, a la Pantoja tendr¨ªan que dedicarle un serial que durara d¨¦cadas. Para compensar todo lo que la Pantoja ha dado a las televisiones de este pa¨ªs har¨ªa falta que se construyera un monumento audiovisual de cap¨ªtulos y cap¨ªtulos. ?O ya se ha hecho? La racaner¨ªa de embutir en dos episodios tanta vida, tanta pasi¨®n, tanto altibajo no puede provocar m¨¢s que una sensaci¨®n de precipitaci¨®n, algo as¨ª como reducir el oc¨¦ano Atl¨¢ntico a una palangana de agua con sal.
Por m¨¢s que al terminar la ficci¨®n la cadena haya recurrido a la realidad, con programas informativos de complemento, el espectador espa?ol sabe que solo colocarle un canal de 24 horas har¨ªa justicia a la relevancia que los medios han concedido a su persona, alz¨¢ndola como el ser humano m¨¢s importante de la Espa?a del cambio de siglo. Ha regalado m¨²sica, duelo y balances contables de enorme emoci¨®n en una oda a la disfuncionalidad. En la ficci¨®n, el "momento ascensor" donde se conocieron el torero Paquirri y la joven tonadillera apenas ocupa un par de minutos. La madre de ella, Ana, elevada a personaje m¨ªtico sabiamente por la serie, es testigo feliz de ese di¨¢logo maravilloso y brillante que arranca la pasi¨®n entre ambos: "Gracias", dice ella al bajarse del ascensor. "Las que t¨² tienes", contesta ¨¦l.
Este retrato recurre a la intimidad pero no para mostrarla depil¨¢ndose ni en la ducha, sino en escenarios m¨¢s asequibles para la producci¨®n. Reducir la pantojidad a una miniserie de dos episodios es como meter en un tuit La Odisea. Informaci¨®n, debate, reporterismo, cr¨®nica, adivinaci¨®n, juicio, ficci¨®n y autoficci¨®n, todo eso durante a?os y a?os, a¨²n nos acompa?ar¨¢ en este cuento de nunca acabar retransmitido por casi todas las frecuencias de nuestro televisor.
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