Los toros, 'patrimoine culturel'
La Feria de Nimes simboliza el auge imparable de la afici¨®n a la fiesta en Francia, donde las corridas han sido declaradas patrimonio cultural
"?Hay chap¨®s! ?Hay chap¨®s!". El coliseo es un horno. No existe sombra que cobije a los 13.000 espectadores. Un sombrero de paja en Nimes alivia m¨¢s que el abanico. A las 11.30 en punto se inicia el pase¨ªllo. Los Chicuelos interpretan Toreador y el p¨²blico, puesto en pie, acompa?a con sus palmas el inicio de "la tauromaquia".
Un alguacilillo y una alguacililla preceden a Enrique Ponce, Javier Conde y Juan Bautista. Por la tarde lidiar¨¢n Curro D¨ªaz, Castella y Talavante. Y tambi¨¦n se llenar¨¢, como ayer y como ma?ana. "Hace 30 a?os Nimes ten¨ªa tres festejos taurinos en junio, hoy son 11; en septiembre uno, ahora siete", cuenta Sim¨®n Casas, el empresario de la plaza.
Recientemente el Ministerio de Cultura franc¨¦s declar¨® la tauromaquia "patrimonio cultural inmaterial". Siglo y medio despu¨¦s de que Eugenia de Montijo importara la fiesta, la temporada de Culturas taurinas -ambas palabras suelen ir juntas en este pa¨ªs- se extiende de abril a noviembre, de Mugron a Maubourguet, de Cazaubon a Orthez, de Hagetmau a C¨¦ret o de Fr¨¦jus a Le Grau du Roi. Medio centenar de plazas para espect¨¢culos landeses, festejos ecuestres, novilladas, becerradas, encierros y corridas como las de Arles o Bayona, pero sobre todo las de Nimes, capital taurina de Francia, y tambi¨¦n una de las principales plazas del mundo.
Nimes, donde la plaza es un teatro romano, es la capital de la lidia en Francia
Galer¨ªas de arte y librer¨ªas taurinas salpican los aleda?os del coso
"El p¨²blico de aqu¨ª es menos apasionado que el espa?ol", dice Simon Casas
Los ni?os menores de seis a?os acceden gratuitamente
El p¨²blico se enfervoriza con las banderillas de Bautista, que torea en casa, como ayer Mehdi Savalli, El matador musulm¨¢n, titul¨® The Observer el d¨ªa de su alternativa, pese a lo que dijera el diestro: "Como cerdo, no rezo, y beber¨ªa si no fuera por mi trabajo. No soy un matador musulm¨¢n, soy un matador franc¨¦s". Uno m¨¢s de las prol¨ªficas escuelas de Arles y Nimes. El 33% de toros de la feria fueron lidiados por franceses.
Bares, comercio, hoteles y feriantes exprimen la imagen del t¨®tem: azulejos, zapatillas, esculturas, cornamentas, banderillas, divisas... hasta las defensas del picador se ponen a la venta. En la antigua Rue des Patins, ahora calle Chamaco, el club 421 ha colocado un televisor para que su clientela vea las corridas. El reclamo funciona como un partido de f¨²tbol en Espa?a. Pero no es solo el comercio, el mundo del arte se vuelca con exposiciones protagonizadas por el toro. En los chiqueros del coliseo se declaman textos taurinos del premio literario Ernest Hemingway. La participaci¨®n se ha multiplicado por cinco en siete a?os. Llegan en ingl¨¦s, franc¨¦s y espa?ol, desde Australia, Cuba o Estados Unidos.
En La Boutique des Passion¨¦s no cabe m¨¢s gente. Pese a su nombre, no es un sexshop, sino una tienda con lo mejor de la literatura taurina, m¨²sica flamenca y v¨ªdeos de corridas, las pasiones de Catherine: "Llevo 20 a?os en Arles y durante la feria de Pentecost¨¦s tambi¨¦n me instalo aqu¨ª". Entre sus novedades, Nous n'irons plus ¨¤ Barcelone (No iremos m¨¢s a Barcelona), un ensayo de ecologistas, historiadores, y psic¨®logos rebatiendo a los animalistas, que no se ven por ning¨²n lado.
En el coliseo llama la atenci¨®n la cantidad de p¨²blico juvenil, mucho m¨¢s abundante que en Las Ventas o la Maestranza, aunque tiene su explicaci¨®n: los menores de 18 a?os pueden entrar por solo 10 euros. Entre festejo y festejo la gente se apunta a las comidas populares de mesa corrida, donde por 12 euros uno se mata a paellas. Los finos se recogen en el hotel Imperator. All¨ª Dorian, con sus siete a?itos, ocupa el patio central para torear por ver¨®nicas.
Los espectadores llevan mal los fallos de Ponce con el descabello, no les agrada el toro moribundo. "Claro que el p¨²blico de Nimes es diferente, como lo es el de Sevilla o Pamplona", explica Casas. "Los p¨²blicos reaccionan de forma distinta, aunque a todos les une un sentimiento comunitario de identidad. S¨ª es verdad que el franc¨¦s es m¨¢s cartesiano, menos apasionado, porque as¨ª es su ra¨ªz cultural".
"?M¨²sica!", grita uno del p¨²blico. "?A la discoteca!", contesta otro. La verdad es que los 30 m¨²sicos de Los Chicuelos se ganan el sueldo. "Yo me siento un poco core¨®grafo. Programo para alcanzar un cl¨ªmax, porque la tauromaquia tiene mucho de espect¨¢culo teatral", explica el empresario Casas. "Estoy d¨¢ndole vueltas a poner una orquesta sinf¨®nica".
Quiz¨¢s como premio al vestuario, el p¨²blico le da a Javier Conde una oreja, que lanza a unos ni?os, en lo que en Espa?a ser¨ªa un m¨²ltiple acto criminal. Para empezar, multa al torero por lanzarla y al empresario de la plaza por permitir la presencia de menores. En Francia los ni?os menores de seis a?os no solo no tienen prohibida la entrada, sino que acceden gratis. En Espa?a, la alguacililla Carole Balley tampoco podr¨ªa darle al matador una oreja sanguinolenta, solo una de cart¨®n piedra. Y si, por ¨²ltimo, la oreja fuera de verdad, el ni?o se la tendr¨ªa que haber devuelto a un inspector de sanidad o a un polic¨ªa, pero en el coso franc¨¦s, ?oh cielos! no se ve un polic¨ªa, ll¨¢mese municipal, auton¨®mico o nacional. "En los toros, Espa?a sigue bajo legislaci¨®n franquista. Estamos m¨¢s atrasados y adem¨¢s nos gusta complicarlo todo", brama el cr¨ªtico taurino Manolo Mol¨¦s.
Tampoco es aspecto menor que el mismo espect¨¢culo en Espa?a dependa del Ministerio del Interior y en Francia del de Cultura, que ha dado el primer paso para que la Unesco declare la tauromaquia patrimonio de la humanidad. "Yo creo que es el camino que seguir¨¢ Espa?a", opina Claude Sant Nicholas. Cr¨ªtico taurino de un lado y otro de la frontera, ve a la afici¨®n gala menos entendida, "pero m¨¢s involucrada culturalmente en la tauromaquia".
Juan Bautista ha conseguido las dos orejas y ya le sacan a hombros, ah¨ª es nada, por la Puerta de los C¨®nsules. Una banda de m¨²sica aguarda en el exterior de la plaza la salida del toreador para rendirle honores. En Nimes, una ciudad m¨¢s cercana a Par¨ªs que a Madrid, las corridas de toros son algo m¨¢s que corridas, son ceremonias.
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