Una cuesti¨®n de bote
Los restadores dominan el torneo desde 2001 porque la pelota se eleva m¨¢s que antes
"?Qu¨¦ hacemos, Carlos?", pregunta Nicol¨¢s Almagro al juez de silla mientras cae la lluvia. "?Qu¨¦ hago, Carlos?", podr¨ªa decirle el estadounidense John Isner, su rival, mientras ve su poderoso servicio neutralizado y recibe el agua y las sucesivas suspensiones como una bendici¨®n que no evitar¨¢ finalmente su derrota (7-6, 7-6, 6-7 y 6-3). Ese partido, cruce entre un restador y un sacador, mide los cambios de Wimbledon, que ya no es el para¨ªso de los saques.
Hoy, en la tercera ronda, se enfrentan el estadounidense Andy Roddick y Feliciano L¨®pez, los que m¨¢s aces suman de los tenistas que siguen vivos en Londres (45 y 44, respectivamente). Hoy, el luxemburgu¨¦s Muller (42) mide a Rafael Nadal. Los tres tienen un argumento poderoso, pero ya no definitivo. El saque gana partidos en Wimbledon, pero el resto decide el t¨ªtulo.
En la final anterior al cambio de c¨¦sped hubo 38 'aces'. En la siguiente, siete
"En estos tiempos", explica el serbio Novak Djokovic, "la hierba es m¨¢s lenta de lo que sol¨ªa serlo. Lo que hace un poco m¨¢s f¨¢cil el resto, sin embargo, es que la pelota bota m¨¢s alta".
Desde que Wimbledon cambi¨® de hierba, en 2001, no ha conocido a un sacador capaz de ganar el t¨ªtulo. Lleyton Hewitt, un contraatacador, lo logr¨® en 2002 y al borde de la retirada, ya con 30 a?os, estir¨® ayer hasta la quinta manga su duelo ante el sueco Soderling, el n¨²mero cinco (6-7, 3-6, 7-5, 6-4 y 6-4). Desde el triunfo del australiano y hasta 2007, Londres fue el jard¨ªn del suizo Roger Federer, que tambi¨¦n gan¨® el t¨ªtulo en 2009 sin tener un saque supers¨®nico. En 2008 y 2010, Nadal, el emperador del ritmo, se alz¨® con la corona. En la ¨²ltima final antes de que se plantara el nuevo c¨¦sped, el croata Ivanisevic y el australiano Rafter sumaron 38 aces. Al a?o siguiente, Hewitt y el argentino Nalbandian se repartieron solo siete.
"Yo era un chico cuyo deporte favorito era el tenis, pero ve¨ªa seg¨²n qu¨¦ partidos y era criminal", resume Nadal; "ve¨ªa un Sampras-Ivanisevic en Wimbledon y apreciaba lo que hac¨ªan, pero no lo disfrutaba". ?Y ahora? "Para subir a la red, lo primordial es llegar a la red. Es una cuesti¨®n de velocidad, de lo r¨¢pido que te llega la pelota en el resto. Y hoy, muchas veces, el que saca no llega a la red", explica.
Las pelotas del siglo XXI son m¨¢s pesadas. Los cordajes, mejores. Las raquetas tienen cabezas m¨¢s grandes, lo que aumenta la superficie de impacto. La preparaci¨®n f¨ªsica, adem¨¢s, produce tenistas m¨¢s ¨¢giles, m¨¢s fuertes y el¨¦ctricos. Todo eso permite saques m¨¢s veloces. Todo eso, tambi¨¦n, les lleva a neutralizar servicios que antes habr¨ªan sido imposibles. Nadal, el campe¨®n, ense?a hoy el camino.
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