Ignasi Salvat i Ferrer, jesuita defensor de la justicia social

Entre las catarsis producidas en la Iglesia cat¨®lica por el concilio Vaticano II (Roma, 1962-1965), la de los jesuitas ocupa un lugar destacado, con el prep¨®sito general Pedro Arrupe a la cabeza. A punto estuvieron de pagarlo caro cuando Juan Pablo II y su te¨®logo de cabecera, el cardenal Joseph Ratzinger (hoy Benedicto XVI) pusieron freno a las reformas. La primera v¨ªctima fue el propio Arrupe, obligado a renunciar al cargo por el papa polaco. Pese a todo, los jesuitas, en su mayor¨ªa, continuaron el camino marcado por el m¨ªtico prep¨®sito vasco. Ignasi Salvat i Ferrer, que falleci¨® ayer en Barcelona a los 80 a?os, fue uno de esos pioneros.

Profesor de Moral y Derecho Can¨®nico y miembro del Tribunal Eclesi¨¢stico, Salvat fue provincial de los jesuitas de Catalu?a y presidente de la Conferencia de provinciales de Europa. Pero ser¨¢ recordado, sobre todo, como el fundador del centro de estudios Cristianismo y Justicia. Tambi¨¦n fue vicepresidente de la fundaci¨®n ESADE, miembro del Instituto Borja de Bio¨¦tica y de la Universidad Internacional por la Paz.

Tuvo una gran presencia en los medios de comunicaci¨®n

El prestigio social de Salvat tambi¨¦n se labr¨® en instituciones de la iglesia y la sociedad catalanas, compaginando su actividad acad¨¦mica y pastoral con apariciones constantes en los medios de comunicaci¨®n, incluso cuando era requerido para hablar de cuestiones pol¨¦micas. En ese sentido, se le ha considerado un hombre de frontera y de di¨¢logo. Sin embargo, cuid¨® con sabidur¨ªa que sus posicionamientos de gran apertura no le alejasen de la fidelidad al mensaje evang¨¦lico y atenci¨®n preferente a las personas que sufren.

Salvat i Ferrer naci¨® en 1931 en Barcelona y estudi¨® el bachillerato con los jesuitas de Sarri¨¢. En 1965, ya jesuita, lo env¨ªan a Roma para doctorarse en Derecho Can¨®nico en la Pontificia Universidad Gregoriana. Eran los tiempos del Vaticano II, que le marcan profundamente. En 1969 regresa a Catalu?a. Durante la dictadura franquista estuvo comprometido con la causa obrera, especialmente desde la parroquia de Terrassa.

Entre 1978 y 1984 ocupa el cargo de superior provincial de la Compa?¨ªa de Jes¨²s, es decir, m¨¢ximo responsable de los jesuitas de Catalu?a, con Arrupe como referente. "Es la persona que ha construido mi historia", sol¨ªa decir del jesuita vasco. De ah¨ª su compromiso en "defensa de la fe y promoci¨®n de la justicia", como semilla de una teolog¨ªa que en muchos pa¨ªses se conoce como "de liberaci¨®n". Siguiendo esa l¨ªnea, Salvat impulsa en 1981 el centro Cristianismo y Justicia, con el objetivo de "reflexionar sobre la fe cristiana desde la pr¨¢ctica de la justicia". Nunca dej¨® de colaborar en el centro. Tambi¨¦n presidi¨® durante quince a?os la Fundaci¨®n Llu¨ªs Espinal, impartiendo seminarios y cursos, adem¨¢s de cinef¨®rums sobre pel¨ªculas de contenido social, donde combinaba su compromiso por la justicia con una de sus pasiones: el cine.

Public¨® numerosos libros, como Servir en misi¨®n universal (Mensajero y Sal Terrae, 2002) y La cultura del di¨¢logo, un reto para el mundo de hoy (Cristianisme i Just¨ªcia, 2002).