S¨ª o s¨ª
En el fondo, todo es una conjura contra los griegos. Hace siglos que quer¨ªan vengarse de ellos. De los que inventaron la asamblea. ?Para qu¨¦? Como bien explica Marcel Detienne (Los griegos y nosotros), la asamblea del pueblo no era para intercambiar plumas por garras. Significaba querer reunirse para debatir asuntos comunes. Ahora, en Europa, no estamos para debates. Estamos en el tiempo del "S¨ª o s¨ª". F¨ªjense c¨®mo se repite en titulares y declaraciones. Hasta se ha contagiado al f¨²tbol (?o ha sido al rev¨¦s?): "Tenemos que tener la posesi¨®n del bal¨®n, s¨ª o s¨ª". Es la f¨®rmula ¨²nica, el men¨² obligado. El tr¨¢gala apod¨ªctico, en el que nada hay que demostrar, y que escuchamos en boca de un bur¨® de pol¨ªticos, portavoces empresariales y expertos papagayos, que parecen conformar un tribunal secreto e inapelable donde se deciden los recortes y penitencias, con sus exenciones y bulas. Bueno, hay una alternativa, la de nuestra franca derecha liberal: "No o no". En realidad, es la misma receta, un "?S¨ª, s¨ª, pero m¨¢s!", expresada con erotismo tan¨¢tico, ese entusiasmo catastr¨®fico, el orgasmo al borde de la asfixia, ya que la Providencia nos salvar¨¢ en el ¨²ltimo momento tanto de Zapatero, nuestro griego, como de la crisis. Y ya no habr¨¢ necesidad ni de recortes ni austeridades. Desde hace tiempo se habla del discurso oblicuo y el programa oculto de la derecha. Con mala intenci¨®n. No es mi caso. Acabo de ver en televisi¨®n la nueva imagen de la se?ora Cospedal, presidenta de Castilla-La Mancha, al frente de la procesi¨®n del Corpus Christi, ataviada con flamante mantilla espa?ola. La banda de la Academia Militar interpretaba el Himno, y la Benem¨¦rita, con tricornio, escoltaba la Custodia religiosa. Si el medio es el mensaje, el discurso ser¨¢ la mantilla. Y a efectos pr¨¢cticos, el modelo Montoro, copiado de Ford: "Pueden elegir el color, siempre que sea el negro".
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