El 'Air Cocaine' ten¨ªa jefe espa?ol
Un expolic¨ªa gallego es encarcelado en Mal¨ª por trasladar toneladas de coca¨ªna de Colombia al desierto del Sahel. La fiscal¨ªa cree que es uno de los cabecillas de la ruta africana de la droga
Estamos en Ramad¨¢n [mes de ayuno musulm¨¢n] y hemos degollado un cordero". Esa fue la respuesta que improvis¨® el expolic¨ªa espa?ol Miguel ?ngel Devesa cuando, el 22 de agosto pasado, unos polic¨ªas malienses le preguntaron por qu¨¦ hab¨ªa restos de sangre en ese almac¨¦n de un pol¨ªgono industrial de Bamako (Mal¨ª).
A los agentes les hab¨ªa llamado la atenci¨®n el sonoro golpe que Devesa, que conduc¨ªa un todoterreno, se dio con el port¨®n al salir del almac¨¦n y que no le disuadi¨® de seguir su camino. Le pararon y le pidieron que les dejase visitar el local, pero este se resisti¨®. Abdoulaye Sow, el comisario del tercer distrito de Bamako, se present¨® in situ y, al frente de sus hombres, franque¨® la puerta.
Aunque se sabe que el Boeing 727 calcinado era utilizado para transportar droga, se ignora porque se quem¨®
Hab¨ªa dado con la mayor red criminal de toda su carrera policial, aquella que logr¨® la proeza, seg¨²n UNODC (agencia de la ONU de lucha contra la droga), de enviar un Boeing atestado de coca¨ªna de Colombia al desierto de Mal¨ª para reexportarla a Europa. Su jefe era Devesa, un polic¨ªa gallego que se instal¨® en Mal¨ª tras ser expulsado del cuerpo y que acab¨® siendo uno de los cabecillas de la ruta africana del tr¨¢fico de drogas, a trav¨¦s de la cual se calcula que pasan anualmente entre 50 y 60 toneladas de estupefacientes.
Al entrar los agentes en la nave industrial de Bamako se percataron de las manchas de sangre del supuesto cordero. Dos compinches de Devesa, el venezolano Gustavo Valencia y el portugu¨¦s Souza Miranda, custodiaban el almac¨¦n. Un registro exhautisvo les permiti¨® encontrar el cuerpo de un hombre troceado con una sierra el¨¦ctrica y escondido bajo unos sacos de cemento. Su cabeza, que hab¨ªa sido seccionada, estaba en una bolsa de pl¨¢stico.
El muerto era Juan Carlos Garc¨ªa Soto, apodado Johnny, un colombiano que viajaba con un falso pasaporte ucraniano. Devesa argument¨® que el muerto hab¨ªa intentado disparar contra ¨¦l por una deuda y que Souza Miranda, su guardaespaldas, desenfund¨® m¨¢s r¨¢pido y le mat¨® de tres disparos. Despu¨¦s lo descuartizaron para hacer desaparecer el cuerpo.
El expolic¨ªa intent¨® llegar a un acuerdo con el comisario Sow y sus hombres. Les propuso, seg¨²n la prensa local, 14 millones de francos CFA (21.000 euros) por olvidarse del asunto, una cantidad ingente en Mal¨ª. No aceptaron. Les condujeron a comisar¨ªa y al d¨ªa siguiente ingresaron en la c¨¢rcel de Bamako-Coura construida para albergar a 400 reos, pero donde se hacinan 1.600.
Devesa, pontevedr¨¦s de 40 a?os, llevaba varios a?os en Mal¨ª. Su empresa Germain Export, SL, creada en 2007 en Torrej¨®n de Ardoz (Madrid) para "el comercio al pormenor de veh¨ªculos terrestres", hab¨ªa abierto una oficina en el edificio UATT de Bamako que tambi¨¦n alberga a la delegaci¨®n de la Uni¨®n Europea. Al margen de sus supuestos negocios hac¨ªa obras de caridad ayudando a una asociaci¨®n dedicada a la infancia. Era uno de los mecenas del club de f¨²tbol de Mopti, la ciudad de donde es originario el presidente de Mal¨ª Amadou Toumani Tour¨¦. Estaba muy bien relacionado con las autoridades del pa¨ªs.
Antes, de 1999 a 2003, hab¨ªa sido polic¨ªa de la escala b¨¢sica. Estuvo destinado en Madrid hasta que le fue abierto un expediente. Se le suspendi¨® del cuerpo por "traicionar la confianza de los ciudadanos con comportamientos gravemente atentatorios a los principios b¨¢sicos de integridad, dignidad y disciplina". Tiene antecedentes policiales por tr¨¢fico de drogas, explosivos y armas, y por falsificaci¨®n de documentos de identidad.
Pese a estos antecedentes la polic¨ªa maliense empez¨® a investigar el asunto como un mero homicidio sin mucha trascendencia hasta que irrumpi¨® el ministro del Interior marroqu¨ª Taieb Cherkaoui. Durante una visita a Bamako, en octubre, para asistir a la reuni¨®n del grupo de acci¨®n antiterrorista del G-8 (CTAG), que se ampli¨® a los pa¨ªses de la zona, hizo una revelaci¨®n p¨²blica.
Cherkaoui anunci¨® que 34 personas, entre ellas dos mujeres y tambi¨¦n un ciudadano espa?ol, han sido detenidas en Sal¨¦, la ciudad pegada a Rabat. Formaban parte de una red que, a trav¨¦s de las fronteras de Argelia y Mauritania, introdujo droga en Marruecos para reexportarla a Europa. Entre marzo y agosto de 2010 efectu¨® ocho env¨ªos por un total de 600 kilogramos. De los interrogatorios se dedujo que el jefe de la organizaci¨®n criminal es un espa?ol detenido en Mal¨ª por homicidio.
El ministro aprovech¨® para resaltar que existe "una aparente coordinaci¨®n y colaboraci¨®n" entre "traficantes de droga y Al Qaeda en el Magreb isl¨¢mico", una hip¨®tesis marroqu¨ª de la que dudan las polic¨ªas europeas y otros expertos europeos como el franc¨¦s Jean-Pierre Filiu, autor de Las nueve vidas de Al Qaeda (editorial Icaria). "Ya son malos de por s¨ª, y no hay que hacerles m¨¢s malos", recalca.
La polic¨ªa sospecha que la organizaci¨®n terrorista puede cobrar por permitir el paso de caravanas con droga, pero no cree que participe directamente en el tr¨¢fico de una sustancia que el islam considera pecaminosa. Devesa fue detenido el mismo d¨ªa en que fueron liberados los dos rehenes espa?oles, Roque Pascual y Albert Vilalta, cautivos de Al Qaeda en Mal¨ª durante nueve meses, pero aparentemente se trata de una mera casualidad.
El expolic¨ªa espa?ol fue interrogado de nuevo en Bamako de "manera poco amistosa", seg¨²n fuentes conocedoras de la investigaci¨®n, por los hombres de la Direcci¨®n General de Seguridad del Estado de Mal¨ª y acab¨® confesando "una cierta relaci¨®n" con la mayor operaci¨®n de tr¨¢fico de droga del Sahel africano: el llamado vuelo de Air Cocaine.
El 2 de noviembre de 2009 fue encontrado calcinado el fuselaje de un Boeing 727 en el municipio septentrional de Tarkint, un pueblo maliense de 4.500 habitantes pero de la extensi¨®n de la provincia de Badajoz, en el que no hay carreteras y que escapa a los radares de la aviaci¨®n civil. Su alcalde, Baba Ould Cheikh, es mediador desde 2003 en algunos de los secuestros de occidentales ca¨ªdos en mano de Al Qaeda.
Alexandre Schmidt, jefe de la oficina de Dakar de la UNODC, se?al¨® entonces que el aparato pod¨ªa haber transportado hasta 10 toneladas de coca¨ªna -el kilo vale en destino unos 33.500 euros- aunque fuentes policiales rebajan el cargamento a la mitad. "Los aviones aterrizan en pistas improvisadas para descargar su mercanc¨ªa, es decir, la droga, que se transporta en camiones del Sahel al norte de ?frica" y de ah¨ª rumbo a Europa, explic¨® Schmidt. La utilizaci¨®n de un aparato de estas dimensiones es una novedad en el tr¨¢fico de coca¨ªna de ?frica a Europa, que ascendi¨® en 2010 a unas 47 toneladas, resalt¨®.
Si el contenido del cargamento transportado por el Boeing estaba claro, a¨²n se sigue sin comprender por qu¨¦ fue pasto de las llamas. ?Lo quemaron porque su certificado de navegabilidad hab¨ªa expirado y era ya inservible o para eliminar cualquier rastro de la droga? Tambi¨¦n pudo sufrir un accidente al intentar despegar y arder.
El misterio se ensombrece a¨²n m¨¢s porque ni las autoridades de la aviaci¨®n civil de Mal¨ª ni la brigada de estupefacientes de la Polic¨ªa Judicial fueron autorizadas a investigar lo sucedido hasta tres semanas despu¨¦s del hallazgo de la carcasa calcinada. Solo la Seguridad del Estado, la rama m¨¢s poderosa de la polic¨ªa, pudo indagar in situ.
El presidente de Mal¨ª, Amadou Toumani Tour¨¦, reconoci¨® a posteriori que se hab¨ªa equivocado ocultando la informaci¨®n, seg¨²n se?alaba un cable de 2010 de la Embajada de Estados Unidos en Bamako revelado por WikiLeaks. Desde principios de ese a?o hubo otros cuatro aterrizajes en la zona, seg¨²n fuentes policiales, pero de aparatos m¨¢s peque?os.
Quiz¨¢ para atajar las habladur¨ªas sobre la protecci¨®n de la que gozan los narcos -el portugu¨¦s Souza Miranda ya se escap¨® de la c¨¢rcel- en Mal¨ª, el fiscal anticorrupci¨®n, Somb¨¦ Th¨¦ra, sorprendi¨® al aparecer, el 7 de junio, en televisi¨®n para anunciar que tres personas, "un espa?ol, un franc¨¦s y un maliense", hab¨ªan sido inculpados por tr¨¢fico de estupefacientes. Por primera vez un responsable maliense confirmaba as¨ª que el cargamento del Boeing era droga.
"Es un asunto grave del que deb¨ªa informar a la opini¨®n p¨²blica", se justifica Th¨¦ra al tel¨¦fono desde Bamako. El avi¨®n, prosigue, "despeg¨® de Panam¨¢ el 16 de octubre de 2009, aterriz¨® en Maracaibo (Venezuela) el mismo d¨ªa y de ah¨ª vol¨® a alg¨²n lugar de Colombia cercano a la frontera venezolana". En Maracaibo, sin embargo, el piloto deposit¨® un plan de vuelo hasta Bamako donde nunca aterriz¨®. Su rastro se pierde entre los dos continentes.
Una operaci¨®n de este calibre requiere muchas complicidades. A pesar de ello, solo hay una decena de inculpados, el capo espa?ol, un piloto franc¨¦s y un colaborador local. "No le puedo dar m¨¢s detalles", responde Th¨¦ra. "Ser¨ªa violar el secreto de la instrucci¨®n". Las sospechas, recogidas en informes policiales que obran en poder de gobiernos europeos, apuntan a la implicaci¨®n de los mandos de los servicios secretos malienses. -
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