Mi vida dentro de una mochila
Llegaron a la sesi¨®n de fotos tal como son. Con la ropa y los objetos con los que se gustan, con los que quieren presentarse al mundo. Nacho, deportista semiprofesional, modelo ocasional y con fama de lig¨®n, muestra orgulloso su colecci¨®n de revistas FHM y GQ y su arsenal de cremas y perfumes. No le importa que le llamen metrosexual. A In¨¦s, estudiante de Psicolog¨ªa que lleva en el bolso un libro del neur¨®logo Oliver Sacks junto a un espray antivioladores, le repatea que la llamen pija. Cristina abomina del exhibicionismo de las redes sociales, carga con la plancha del pelo all¨¢ donde va y lleva muy a gala su feminidad. Son seis chicos y seis chicas diversos, cada uno de su padre y de su madre. Acaban de estrenar la mayor¨ªa de edad. Y quieren que les conozcamos. Por eso nos cuentan su vida y nos abren su mochila.
"Cuando uno vive ser gay de forma natural no hay sitio para que le hagan da?o"
"Habr¨ªa que cambiar a los pol¨ªticos. Y el orden social. El capitalismo est¨¢ obsoleto"
"Muchos solo repiten lo que oyen en casa. Si no sabes, mejor no opines"
Veinte a?os despu¨¦s, la brecha digital separa mucho m¨¢s a padres e hijos que la ideol¨®gica
Les divierte que les peinen y maquillen. Algunos, incluso, se sienten c¨®modos ante las c¨¢maras, y casi todos, ante la grabadora. Han crecido documentando su vida online y viendo los medios. Salir en ellos no les impone especialmente. Dieciocho a?os en el mundo han sido suficientes para plantearse algunas preguntas y darse a s¨ª mismos las respuestas: "Llevo toda la vida esperando llegar a esta edad, ?y para qu¨¦? ?Para poder beber legalmente? Pues ya me contar¨¢s". "Barajo la idea de vivir mantenido por una pareja. Con este panorama, es hasta sensato". "Nos movemos por modas. Es inevitable, aunque sea inconsciente". "No tengo ninguna prisa por irme de casa. No por comod¨®n, sino porque a mis padres les gustar¨ªa que estuviera con ellos mucho tiempo. Y, qu¨¦ co?o, a m¨ª tambi¨¦n me gusta estar con ellos". "El problema es que hemos estado sobreprotegidos, sedados y faltos de est¨ªmulos. Lo que ha ocurrido en la Puerta del Sol ha sido un revulsivo".
Precisamente, una lecci¨®n del Movimiento 15-M ha sido descubrir que la juventud espa?ola no estaba tan aletargada como muchos lamentaban. O como simplifica In¨¦s, que por fin ha despertado. Sin m¨¢s. La mayor¨ªa de los aqu¨ª entrevistados lo apoyaron, y un tercio de ellos hasta pernoctaron en alguna de sus acampadas durante varias noches. El individualismo, el exhibicionismo o la afiliaci¨®n ciega a todo lo tecnol¨®gico quiz¨¢ fueran la m¨²sica, pero hoy resulta m¨¢s evidente que no son la letra. La postal en blanco y negro que represent¨® la anquilosada jornada electoral del 22 de mayo hizo que les colocaran el foco encima. Hoy, los j¨®venes protagonizan una nueva fotograf¨ªa borrosa y pixelada, pero de colores saturados y electrizantes.
?Qu¨¦ inquieta a los espa?oles que hoy estrenan la mayor¨ªa de edad? La extinci¨®n de la patria potestad ejercida por los padres, la plena responsabilidad de sus actos, la capacidad jur¨ªdica de obrar o el derecho a votar (o a ser votado) no angustian particularmente a Andr¨¦s, un estudiante gallego de Comunicaci¨®n Audiovisual que lleva novelas nihilistas en la mochila como s¨ªntoma de su "natural pesimismo". "Tengo 18 y no quiero imaginar mi futuro. Me da miedo verme en la calle, sin techo. Lo veo negro porque seguir¨¦ con mi idealismo de querer vivir de lo que me gusta, me dar¨¦ de bruces con la realidad y me morir¨¦ de hambre".
Con una tasa de paro juvenil superior al 40%, unos estudios devaluados que pierden la relevancia que tuvieron en el pasado, y con una sociedad que escruta cada decisi¨®n que toman en b¨²squeda del error, decidir qu¨¦ hacer con su vida e integrarse plenamente como adultos en la sociedad es el mayor reto al que se enfrentan en la Espa?a actual. Lo cree Lorenzo Navarrete, decano del Colegio de Soci¨®logos de Madrid, que pone el foco en el exceso de proteccionismo y pedagogismo. "No les hemos dado lo que era realmente necesario: cosas que hacer cuando no est¨¢n en clase. Algo que modelos educativos m¨¢s avanzados como Francia, los pa¨ªses n¨®rdicos o EE UU s¨ª han pactado con colegios, museos o fundaciones. Instituciones que en Espa?a han olvidado que tambi¨¦n son agentes de socializaci¨®n. Ese vac¨ªo tambi¨¦n lo cubre un fen¨®meno como el botell¨®n, que funciona. Vivimos en una sociedad sorda que acuerda con los hijos que salgan de marcha para que los padres tambi¨¦n puedan hacerlo".
Aitor ayuda a pagar el alquiler de casa con lo que gana de relaciones p¨²blicas en una discoteca, y acostumbra a llevar fotocopias de su historial laboral en la mochila. "Mi generaci¨®n est¨¢ un poco jodida: no hay curro, y la mayor¨ªa ni estudian. Cuando voy a repartir curr¨ªculos para trabajar en vacaciones en Zara o H & M, como mucho me encuentro con cuatro como yo, as¨ª que no s¨¦ si pasan, pero en apariencia...". El t¨®pico de juventud indolente y vaga -y su m¨¢xima expresi¨®n, los nini, jovenes que ni estudian ni trabajan- y su amplia difusi¨®n en los medios de comunicaci¨®n tiene un efecto desmoralizante bumer¨¢n. Un estudio de este a?o del Instituto de la Juventud (Injuve) desmonta el clich¨¦: en la actualidad, de los 7.550.163 j¨®venes entre 16 y 19 a?os, solo 80.358 estar¨ªan en esa situaci¨®n de desorientaci¨®n (56.352 menos que 15 meses antes).
La postura de rebeld¨ªa, de oposici¨®n aparentemente injustificada al sistema, que se presupone, en mayor o menor grado, a la juventud suele esconder un deseo de autoafirmaci¨®n, la necesidad de forjar una personalidad a partir de los elementos que encuentran a su alcance. Los padres de Marina, que se autoproclama friki, la creen demasiado mayor para hacer cosplay, disfrazarse de personajes manga. Nuria es ecologista, activista antitaurina y habitual en centros sociales autogestionados, y comprende que a sus padres no les guste su imagen, "pero tambi¨¦n creo que ahora son ellos quienes tienen que tratar de entenderme". "Si en la vida de adulto la profesi¨®n te define socialmente, al adolescente le definir¨¢ su estilo de vida", resume Pilar Cisneros Britto, profesora de Sociolog¨ªa de la Universidad Complutense de Madrid.
Con todo, los j¨®venes entre 15 y 24 a?os se llevan "considerablemente mejor" con sus padres que en anteriores generaciones. El modelo democr¨¢tico de familia est¨¢ m¨¢s extendido, el autoritario se ha estancado y el permisivo ha retrocedido "levemente". Lo defiende el informe J¨®venes espa?oles 2010, de la Fundaci¨®n Santa Mar¨ªa, con encuestas realizadas a 3.513 chicos y chicas. De unas relaciones asim¨¦tricas pasamos a otras m¨¢s horizontales. Andr¨¦s admite que la comunicaci¨®n con sus padres no es todo lo buena que podr¨ªa ser, pero considera que la culpa es solo suya: "Soy muy reservado. Tengo unos padres que no los merezco". Si Sara no habla de chicos con su padre es porque ¨¦l la ve "como su princesa". Cristina charla sobre todo, pero nunca con su familia al completo, prefiere hacerlo por separado. A Nuria le gusta discutir sus ideales con su hermana, que estudia Pol¨ªticas y los cuestiona continuamente.
"Hoy, las cuestiones familiares se negocian entre los miembros de la familia desde una posici¨®n mucho m¨¢s constructiva, pues no solamente se ha modificado el papel de las mujeres (esposas, hijas y hermanas), sino que tambi¨¦n se han racionalizado los nexos hasta convertir la familia en una unidad de intereses consensuados y no obligatorios", se?ala Lorenzo Navarrete.
La pol¨ªtica es otro rasgo que acerca gradualmente a padres e hijos, a quienes 20 a?os despu¨¦s separa much¨ªsimo m¨¢s la brecha digital que la ideol¨®gica tradicional. Marina y ?lvaro, de distinto signo, comulgan con lo que votan en casa, aunque se consideran menos radicales que sus padres. In¨¦s conecta m¨¢s con su madre, y Juan Manuel se declara en un lugar intermedio. En todo caso, las discusiones acaloradas de anta?o se transforman cada vez m¨¢s en debates integradores.
La desafecci¨®n hacia los pol¨ªticos es, sin embargo, aplastante. La misma encuesta de la Fundaci¨®n Santa Mar¨ªa muestra que los j¨®venes en Espa?a creen que los cargos p¨²blicos buscan antes sus propios intereses o los de su partido que el bien de los ciudadanos (71%), y anteponen los intereses de las multinacionales, los bancos y los grandes grupos de presi¨®n a los intereses de los ciudadanos (66,7%). Solo un 1% de los consultados consideran que s¨ª tienen en cuenta sus ideas e inquietudes. Entre los 12 que participan en este reportaje no hubo ni uno.
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