El ADN de la tragedia argentina
La batalla judicial sobre el origen de los hijos adoptivos de la due?a de Clar¨ªn agita a todo el pa¨ªs
Debi¨® ser un tema tratado con discreci¨®n, pero se convirti¨® en una aut¨¦ntica batalla, un pulso entre el matrimonio Kirchner y el grupo medi¨¢tico Clar¨ªn, que se ha librado en los tribunales, pero tambi¨¦n, pr¨¢cticamente, en la calle. La identidad de los dos hijos adoptivos de una de las mujeres m¨¢s ricas de Argentina, Ernestina Noble, ha sido, durante a?os, objeto de todo tipo de peleas, por un c¨²mulo de circunstancias terribles.
Primero, Marcela y Felipe Noble pueden ser, quiz¨¢s, dos de los cerca de 500 beb¨¦s que nacieron en cautividad, en cualquiera de los chupaderos a los que fueron llevadas sus madres embarazadas para que parieran, antes de ser asesinadas por la dictadura militar. Dos ni?os dados en adopci¨®n ilegalmente, cuyas abuelas biol¨®gicas quieren recuperar. Segundo, su madre adoptiva no es solo una mujer rica, sino la due?a del mayor conglomerado de medios de comunicaci¨®n de Argentina, enfrentado ferozmente con el Gobierno y odiado por algunos sectores sociales.
En cuatro semanas se sabr¨¢ si los Noble provienen de padres desaparecidos
Las Abuelas de Mayo llevan m¨¢s de diez a?os reclamando las pruebas biol¨®gicas
Ernestina Noble, de 86 a?os, asegura que la identidad de sus hijos se ha convertido en una herramienta m¨¢s dentro de esa batalla. Las Abuelas de Plaza de Mayo, que iniciaron sus gestiones hace diez a?os, aseguran que la ins¨®lita notoriedad alcanzada por este caso es culpa de los abogados de Clar¨ªn, empe?ados en poner obst¨¢culo tras obst¨¢culo.
Por fin, el viernes pasado, Marcela y Felipe, que tienen ahora 36 a?os, decidieron acatar la sentencia de la Sala de Casaci¨®n, que les obligaba a entregar muestras de ADN y a cotejarlas con el Banco Nacional de Datos Gen¨¦ticos (BNDG). Serios, refugiados, como siempre, detr¨¢s de unas gafas oscuras, sin pronunciar palabra, los dos hermanos, ella rubia, ¨¦l, moreno, entraron en el Hospital Durand, donde esperaron nueve horas, rodeados de docenas de peritos y abogados de todas las partes, a que se cumplieran los tr¨¢mites de la extracci¨®n de sangre y toma de muestras de saliva, pelo y c¨¦lulas dactilares.
Por lo menos, en esta ocasi¨®n, la toma de muestras fue un acto m¨¦dico neutral, menos impactante que lo ocurrido en mayo de 2010, cuando una s¨®rdida persecuci¨®n acab¨® con polic¨ªas y agentes judiciales en el domicilio de los Nobles, obligando a Felipe y a Marcela a quitarse prendas ¨ªntimas delante de desconocidos. Las muestras resultaron "contaminadas", seg¨²n los expertos del BNDG, y no sirvieron para nada.
En tres o cuatro semanas se sabr¨¢ si los Noble son hijos de desaparecidos, tal y como sospechan las Abuelas de Plaza de Mayo, o si sus datos no concuerdan y todo ha sido una pesadilla, dentro de una guerra, que les alcanz¨® de pleno. En los ¨²ltimos d¨ªas, portavoces del Gobierno han bajado el tono. Estela de Carlotto, presidenta de las Abuelas, que ha mantenido siempre una actitud respetuosa con los dos j¨®venes, record¨® que nunca dijo que Marcela y Felipe fueran hijos de desaparecidos, sino que "pod¨ªan ser". "Salga lo que salga", explic¨® en P¨¢gina 12, "es la respuesta que esperamos desde hace tant¨ªsimos a?os. Y si no son, hay una responsabilidad terrible de aquellos que hicieron sufrir a estas dos personas durante tantos a?os". Carlotto parec¨ªa referirse a la propia Ernestina.
No es la primera vez que personas que se cree que pueden ser hijos de desaparecidos se niegan a someterse a pruebas gen¨¦ticas. Suelen ser hombres o mujeres que mantienen una buena relaci¨®n con sus padres adoptivos y temen que ellos sean acusados de un delito de "apropiaci¨®n", castigado severamente. En muchos casos, la angustiosa situaci¨®n se resuelve con discreci¨®n y satisfactoriamente para las Abuelas: el nieto queda identificado (se ha conseguido en 102 casos) y se establece una nueva relaci¨®n con la familia biol¨®gica. Pero hay tambi¨¦n casos en los que las muestras no concuerdan y todo acaba con una mezcla de amargura y alivio.
Conocer la propia identidad es un derecho, pero no una obligaci¨®n, salvo en Argentina. Nadie pensar¨ªa en otro pa¨ªs en obligar a un joven adoptado a someterse a pruebas de ADN, para satisfacer a familiares biol¨®gicos, abuelas o t¨ªos que reclaman su derecho a restablecer el contacto. La situaci¨®n es distinta en Argentina porque, por medio, se puede haber cometido un grave delito. Los beb¨¦s dados ilegalmente en adopci¨®n se convirtieron as¨ª, de victimas, en pruebas de un crimen.
Ernestina Herrera de Noble tiene una apariencia fr¨¢gil, pero algunas biograf¨ªas aseguran que, en su juventud, esta porte?a lleg¨® a bailar flamenco de manera profesional. En cualquier caso, un d¨ªa conoci¨® a Roberto Noble, fundador del diario Clar¨ªn, y se convirti¨® en su secretaria y luego, en su esposa. Noble muri¨® en 1969 y la dej¨® al frente de un incipiente imperio que se desarrollar¨ªa enormemente a?os m¨¢s tarde, bajo la presidencia de Ernestina y del consejero delegado H¨¦ctor Magnetto, el hombre fuerte de Clar¨ªn. El grupo, del que Goldman Sachs posee actualmente un 18%, permite a la viuda de Noble ser considerada como una de las primeras fortunas de Argentina, con m¨¢s de l.000 millones de d¨®lares.
La pareja no tuvo hijos y Ernestina, seg¨²n relat¨®, adopt¨® "cuando ya era grande (mayor) y estaba sola". Hac¨ªa poco que los militares hab¨ªan dado el golpe de Estado y la represi¨®n hac¨ªa estragos entre los j¨®venes militantes de organizaciones de izquierda. Los responsables de Clar¨ªn manten¨ªan un lamentable silencio sobre las brutalidades de la dictadura, como la inmensa mayor¨ªa de las publicaciones argentinas de la ¨¦poca, algo sobre lo que nunca han hecho la menor autocr¨ªtica.
Cuando lleg¨® la democracia, las Abuelas de Plaza de Mayo iniciaron sus investigaciones. Los abogados de Noble aseguraron que no exist¨ªan indicios de que los hijos de La Se?ora, como se la denomina a¨²n en Clar¨ªn, fuera hijos de desaparecidos. Pero en 2003 un juez orden¨® la detenci¨®n de Ernestina, que permaneci¨® varios d¨ªas en prisi¨®n. Aunque el juez fue apartado del cargo por excederse en sus funciones, la experiencia para esta mujer, que entonces ten¨ªa 77 a?os, debi¨® ser traum¨¢tica y Marcela y Felipe aseguraron que nunca consentir¨ªan una nueva detenci¨®n. Los abogados fueron alargando el caso en el tiempo. Hasta que un d¨ªa la ruptura de las relaciones entre Magnetto y Clar¨ªn y el presidente Kirchner, hasta entonces satisfactorias, desat¨® las furias.
El poderoso Clar¨ªn pas¨® a ser un objetivo prioritario en la lucha por el poder y el ataque fue por tierra, mar y aire: nueva ley de Medios para impedir la concentraci¨®n empresarial, supresi¨®n de licencias y de un acuerdo para retransmitir partidos de f¨²tbol "de pago", doscientos inspectores fiscales en un solo d¨ªa... y la menci¨®n permanente a los "hijos apropiados de Clar¨ªn".
Finalmente, cuando ya solo quedaba un recurso ante la Corte Suprema, los abogados aceptaron la extracci¨®n de pruebas. Quiz¨¢s haya sido el desgaste que ha sufrido el grupo; quiz¨¢s la seguridad de que las pruebas no van a mostrar concordancias o, tal vez, el indudable sufrimiento que vienen padeciendo los dos discretos hermanos. Dicen que Felipe, un hombre sensible que no termin¨® sus estudios y trabaja calladamente como artista pl¨¢stico, reci¨¦n casado, llor¨® de impotencia cuando le obligaron a entregar prendas ¨ªntimas. Marcela, que ha vivido algunas temporadas en Espa?a y que trabaja en la parte empresarial de Clar¨ªn, se mantuvo aparentemente serena, aunque en una ocasi¨®n se quej¨® con amargura del uso que medio pa¨ªs estaba haciendo de su historia personal.
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