Incentivando y obligando a ser eficientes
La eficiencia energ¨¦tica est¨¢ de moda y su bondad econ¨®mica parece indiscutible: mayor eficiencia permite utilizar menos energ¨ªa para obtener los mismos servicios energ¨¦ticos como iluminar, calentar o transportar. Es por ello que la eficiencia aparece a diario en los medios de comunicaci¨®n como panacea para mejorar la seguridad de suministro del pa¨ªs, reducir el d¨¦ficit exterior, aumentar la competitividad o generar empleo.
La mejora de la eficiencia y el ahorro energ¨¦tico tienen, adem¨¢s, el atractivo de ser el arma m¨¢s poderosa en la lucha contra el cambio clim¨¢tico. La Agencia Internacional de la Energ¨ªa estima que por esta v¨ªa el mundo podr¨ªa reducir 8 gigatoneladas al a?o de emisiones de CO2 (equivalente, aproximadamente, a 20 veces las emisiones totales de Espa?a en 2009). Es por ello que la UE, dentro de su famoso paquete verde para 2020, el famoso 20-20-20, incluy¨® el objetivo no vinculante de reducir en un 20% la demanda de energ¨ªa primaria respecto a proyecciones. Es por ello tambi¨¦n que la Comisi¨®n Europea, a petici¨®n del Consejo Europeo, ha presentado esta semana la directiva sobre Eficiencia Energ¨¦tica con importantes medidas en toda la cadena de suministro energ¨¦tico para alcanzar el 20% en 2020, una senda de la que la mayor¨ªa de los pa¨ªses de la UE estaban alej¨¢ndose.
Una forma de impulsar los servicios energ¨¦ticos son los concursos para edificios p¨²blicos
Otra v¨ªa es el dise?o de un mercado de certificados de eficiencia, o 'certificados blancos'
Centr¨¦monos en el consumo energ¨¦tico de los edificios, que, seg¨²n la Comisi¨®n Europea, representa el 40% del consumo energ¨¦tico de la UE y es el de mayor potencial de ahorro. En t¨¦rminos generales, las v¨ªas de mejora de la eficiencia y reducci¨®n del consumo energ¨¦tico en edificios son f¨¢ciles de identificar: entre otras, la mejora del aislamiento, iluminaci¨®n eficiente, arquitectura bioclim¨¢tica, bombas de calor o calderas, chimeneas y electrodom¨¦sticos de alto rendimiento. Sin embargo, no queda tan claro c¨®mo hacer que los agentes sociales (consumidores, empresas, instituciones) lleven a cabo acciones de ahorro y mejora de eficiencia. ?C¨®mo incentivar a los agentes a hacer algo que les saldr¨¢ muy a cuenta, ya sea a uno o a tres a?os vista? ?No deber¨ªan hacerlo motu proprio?
No necesariamente. Lo normal es que siempre haya algo m¨¢s urgente a realizar, o que, por mucho que hayan aumentado los precios del gas y de la electricidad, el ahorro esperado sea relativamente bajo en relaci¨®n con otras partidas del negocio. Tambi¨¦n est¨¢n las barreras t¨ªpicas en aquellos proyectos que implican obra: el tiempo y l¨ªo de hacer obras, costes de informaci¨®n y de transacci¨®n, o la dificultad de encontrar financiaci¨®n. Todas estas barreras pueden reducirse con un cambio de cultura: el consumidor de energ¨ªa debe pasar de comprar las m¨¢quinas, el mantenimiento y el suministro energ¨¦tico, a tener un solo contrato de externalizaci¨®n de servicios energ¨¦ticos con una empresa que gane capturando parte del ahorro del cliente, o centralizar estos servicios en una cooperativa de consumo.
Este cambio de cultura lleva a?os fragu¨¢ndose, pero las barreras a¨²n no han sido superadas. As¨ª lo reconoce el Plan de Eficiencia 2011 de la UE, que, aunque destaca las medidas tomadas por los Estados miembros, prev¨¦ establecer objetivos vinculantes -l¨¦ase obligatorios- de eficiencia a los Estados si en 2013 la senda de la UE hacia 2020 no fuese la adecuada para alcanzar el objetivo de mejora del 20%. Anticip¨¢ndose al futuro marco restrictivo que llegar¨¢ de Bruselas, el Gobierno espa?ol ha empezado a discutir un anteproyecto de ley de eficiencia energ¨¦tica, y varias comunidades aut¨®nomas empiezan a analizar nuevas v¨ªas de acci¨®n.
El Plan de Eficiencia 2011 tambi¨¦n se?ala los mercados de servicios energ¨¦ticos como una de las claves para conseguir una sustancial mejora de la eficiencia en los edificios de la UE. Para dar un impulso decidido a los servicios energ¨¦ticos se requieren pol¨ªticas que incentiven a las comercializadoras de energ¨ªa a reducir el consumo de sus clientes, o bien ayudar al desarrollo de empresas de servicios energ¨¦ticos. Una forma de impulsar el mercado de servicios es tirando de la demanda desde el sector p¨²blico, por ejemplo, con concursos de servicios energ¨¦ticos para edificios p¨²blicos (el Gobierno ha impulsado esta v¨ªa, pero la mayor¨ªa de los concursos est¨¢n retras¨¢ndose).
Otra v¨ªa es el dise?o de mercado de certificados de eficiencia, o certificados blancos. Ejemplos de estos mercados ya est¨¢n funcionando con ¨¦xito en pa¨ªses como Francia, Reino Unido, Italia o EE UU. El principio b¨¢sico de este mecanismo es que las acciones de eficiencia que puedan probar una reducci¨®n de consumo, respecto a una l¨ªnea de referencia, generen un certificado blanco por cada unidad de energ¨ªa ahorrada. El segundo principio b¨¢sico es que exista alguien dispuesto a pagar un precio por este certificado, financiando as¨ª el proyecto de eficiencia. La disposici¨®n a comprar los certificados puede ser voluntaria, algunas empresas pueden comprarlos para reforzar su imagen de sostenibilidad, o forzada: t¨ªpicamente mediante la obligaci¨®n directa a las empresas suministradoras de energ¨ªa a reducir el consumo de sus clientes o comprar certificados. Las primeras experiencias de estos mecanismos est¨¢n siendo mejores que lo esperado. En Italia, por ejemplo, el regulador estima que el mercado de certificados blancos durante el periodo 2005-2008 hizo reducir el consumo el¨¦ctrico residencial en torno al 2% anual, mientras que el consumo residencial crec¨ªa en los pa¨ªses vecinos.
Este tipo de pol¨ªticas p¨²blicas que buscan alcanzar objetivos beneficiosos para el conjunto de la sociedad mediante mecanismos de mercado -generando el mercado, en este caso- se han popularizado en los ¨²ltimos a?os, especialmente en ¨¢mbitos ligados al medio ambiente. No son pol¨ªticas f¨¢ciles de implementar, requieren una combinaci¨®n acertada de legislaci¨®n, regulaci¨®n y buena administraci¨®n, pero la experiencia dice que pueden ser muy poderosas cuando se aplican correctamente. Los mecanismos de mercado permiten que las reducciones de consumo se hagan ah¨ª donde es m¨¢s econ¨®mico realizarlas. Adem¨¢s, estos mecanismos impulsan el desarrollo de sectores de actividad que crean riqueza y empleo generando ahorros, que se venden m¨¢s tarde como activos comercializables. Si se puede cobrar por un certificado blanco, se crea un nuevo modelo de negocio basado en proyectos de ahorro. Tal vez sea por alguna extra?a raz¨®n psicol¨®gica, las personas valoramos m¨¢s cobrar dinero que ahorrar el mismo importe.
Las administraciones p¨²blicas deben desempe?ar un papel activo en la transici¨®n hacia una econom¨ªa m¨¢s eficiente. Deben dise?ar los incentivos y marcos necesarios para que se desarrollen empresas con ¨¢nimo de lucro que encuentren soluciones innovadoras para mejorar la eficiencia. Alineando los incentivos de los agentes econ¨®micos hacia el objetivo final de la eficiencia se genera un amplio sector econ¨®mico en torno al ahorro de energ¨ªa. Y debe recalcarse amplio porque, aparte de las rehabilitaciones de edificios -que tan buena prensa tienen por su potencial de movilizar mano de obra en el maltrecho sector de la construcci¨®n-, la imposici¨®n de objetivos obligatorios de eficiencia estimula, a su vez, la aparici¨®n de f¨®rmulas innovadoras para la reducci¨®n del consumo que alimentan a su vez otros sectores de actividad.
Un ejemplo sorprendente del poder que tiene el establecimiento de objetivos obligatorios de reducci¨®n del consumo energ¨¦tico es el ¨¦xito de la empresa Opower en EE UU. El producto estrella de esta empresa es un software que genera anexos a las facturas de gas y electricidad donde visualizar estad¨ªsticas de consumidores similares. La empresa afirma que establecer comparaciones de consumo espolea la sana rivalidad entre vecinos para ver qui¨¦n ahorra m¨¢s, afirmaci¨®n fundamentada a su vez en estudios de la nueva teor¨ªa econ¨®mica del comportamiento. Cambiando el patr¨®n de consumo de los clientes que reciben la factura con el anexo de an¨¢lisis estad¨ªstico se consiguen importantes reducciones de consumo con una inversi¨®n m¨ªnima: el software. Evidentemente, debe existir alguna motivaci¨®n para que las empresas suministradoras de energ¨ªa incluyan anexos de an¨¢lisis comparativo de consumo en sus facturas. Esa motivaci¨®n es que operan en un mercado dise?ado para que el negocio sea ofrecer mejor servicio energ¨¦tico, no m¨¢s cantidad de energ¨ªa.
Eric Su?ol es director de Energ¨ªa en el Instituto Cerd¨¤.
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