Me falt¨® instinto asesino
Wimbledon. ?bamos con una mentalidad distinta de cualquier otro torneo. Era una cita tab¨². Llegar a los octavos de final era un milagro. Desde Manolo Santana, a los espa?oles nadie nos abri¨® el camino. No vimos a un compatriota que ganara y nos motivara. Falt¨® un l¨ªder. Todo eso escrib¨ª el otro d¨ªa. Pregunta. ?Por qu¨¦ no fui yo ese l¨ªder? Por mentalidad. Si de algo pequ¨¦ en Wimbledon fue de falta de instinto asesino, de conformismo. Mi fallo: Wimbledon nunca fue un gran objetivo para m¨ª, aunque mi mentalidad fue mejorando. Empec¨¦ a ir una semana antes a entrenarme, a alquilar una casa cerca, pero quiz¨¢s ya era un poco tarde. Perd¨ª mis mejores a?os.
A m¨ª Wimbledon nunca me gust¨®, sobre todo al principio. Era un pepino. No me gustaban nada las bolas bajas. Hac¨ªa saque-red casi siempre porque de fondo no me sent¨ªa c¨®modo: mi derecha no funcionaba como en cemento o en tierra. Aquel no era mi juego, y con ¨¦l me enfrent¨¦ a dos campeones y todo un s¨ªmbolo del torneo.
?Por qu¨¦ no fui yo ese l¨ªder espa?ol en Wimbledon? Por conformismo. Fue un problema de mentalidad
Goran Ivanisevic jug¨® contra m¨ª siendo invitado de la organizaci¨®n. Era 2001. Yo volv¨ªa a estar bien, tras superar una lesi¨®n de espalda. Fue la ¨²nica vez que me gan¨®. ?l, con desconfianza, fallaba mucho. Aquel d¨ªa, en cualquier caso, me ven¨ªan misiles por todos los lados. De fondo no era malo, se la jugaba mucho y met¨ªa presi¨®n subiendo a la red. Al perder 7-6(6), 3-6, 4-6, 4-6, viendo que su r¨¢nking era 125, pens¨¦: "?Joder! Si no le gano ahora..." Ya sabemos todos c¨®mo acab¨® la historia: se carg¨® a todos los especialistas y gan¨® al t¨ªtulo. Igual no estaba tan mal...
Lleyton Hewitt, campe¨®n en 2002, era totalmente distinto. ?l ha sido el contragolpeador por excelencia. Es muy r¨¢pido. Cuando m¨¢s fuerte le tiraba mejor me la devolv¨ªa. Era un front¨®n con mentalidad de hierro. Entonces, en 2004, entr¨¦ sin mucho car¨¢cter ganador. Me di cuenta demasiado tarde de que pod¨ªa vencer: tras perder los dos primeros sets, le llev¨¦ al tie-break en el cuarto. Crey¨¦ndomelo m¨¢s hubiera podido pasar a cuartos de final.
A Tim Henman tambi¨¦n le tuve que haber ganado. ?Perd¨ª 11-13 en el quinto set! Ah¨ª, en 2007, en mi ¨²ltimo Wimbledon, el p¨²blico me descubri¨® un poco m¨¢s, justo en mi ¨²ltimo partido. Hice saque-red con los dos saques. Un partidazo contra Henman y con sus mismas armas, las del jugador de hierba por excelencia: ¨¦l era cl¨¢sico, elegante, sin un gran golpe de fondo, pero s¨®lido, con uno de los mejores cortados que vi en toda mi carrera y con un sentido del juego en la red brutal. Hac¨ªa resto-red con tu segundo saque y saque-red con el suyo. ?Todo un agobio!
Conclusi¨®n. Con una mentalidad distinta podr¨ªa haber hecho m¨¢s en un torneo como Wimbledon. Hoy no pienso demasiado en ello. Disfruto de lo conseguido y lo ganado, no de lo que pod¨ªa haber hecho en otras circunstancias. Si haces eso, te vuelves loco.
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