Por una pol¨ªtica socialdem¨®crata
El PSOE aplica una pol¨ªtica lejana a sus principios. Se impone un giro que incluya propuestas para regenerar la democracia, como la reforma electoral, e iniciativas econ¨®micas como una reforma fiscal y una banca p¨²blica
La severa derrota cosechada por el PSOE en las elecciones municipales y auton¨®micas ha puesto a los socialistas espa?oles en una fr¨¢gil situaci¨®n pol¨ªtica que afecta a toda la izquierda, ya que es la organizaci¨®n con cuyas propuestas y programas se han identificado tradicionalmente los sectores m¨¢s progresistas de nuestra sociedad. Estos resultados ponen claramente de manifiesto que los votantes de izquierda han decidido castigar al Gobierno de la naci¨®n por la crisis econ¨®mica y al Partido Socialista, por su pol¨ªtica alejada de los principios de la socialdemocracia evolucionada.
El error del socialismo ha sido refugiarse a veces en principios claramente opuestos a los socialistas, como el nacionalismo ego¨ªsta o ciertos supuestos del liberalismo manchesteriano, entre otros, abandonando los criterios program¨¢ticos de la izquierda democr¨¢tica, que hab¨ªa logrado integrar a la sociedad espa?ola en una convivencia respetuosa y solidaria. Convivencia, en la que los principios de igualdad de oportunidades y respeto a los derechos humanos y sociales hab¨ªan creado las condiciones id¨®neas para la movilidad vertical y la promoci¨®n de los mejores en torno a la modernizaci¨®n de Espa?a.
Nuestra democracia se ha deteriorado. Los pol¨ªticos se han alejado de la ciudadan¨ªa
Los ajustes los exigen los culpables de la crisis y los sufre la gente en su nivel de vida y sus derechos
La actual crisis econ¨®mica es consecuencia de los excesos de los sistemas financieros internacionales ocasionados por su desregulaci¨®n, presentada como presupuesto para avanzar econ¨®micamente. Esta situaci¨®n ha sido aprovechada por los sectores financieros para imponer sus criterios y actuar en beneficio propio. Debido a la debilidad de los poderes p¨²blicos, estos sectores, lejos de reconocer sus fallos y las consecuencias que tienen, nos imponen unas recetas, las suyas, que nos abocan a una nueva crisis m¨¢s aguda y dolorosa, de no remediarlo los leg¨ªtimos representantes de los ciudadanos.
Como los socialdem¨®cratas hemos afirmado tradicionalmente, los mercados han demostrado una vez m¨¢s que son incapaces de regularse por s¨ª mismos. La falta de una adecuada intervenci¨®n de los poderes p¨²blicos ha agudizado la insolidaridad y ha generado situaciones de extrema injusticia, que ponen en peligro la paz social, tan costosamente conseguida.
La crisis econ¨®mica originada por los abusos del sistema financiero ha agravado la crisis pol¨ªtica. El sistema democr¨¢tico espa?ol ha experimentado en esta ¨²ltima d¨¦cada un notable deterioro cuyas causas son, entre otras, la desnaturalizaci¨®n de los mecanismos de representaci¨®n, el autismo de los partidos pol¨ªticos, el alejamiento de los dirigentes democr¨¢ticos de la sociedad y los sucesivos esc¨¢ndalos de corrupci¨®n. Estos comportamientos y abusos, adem¨¢s de corroer la propia esencia del poder representativo, generan el des¨¢nimo en los ciudadanos, favorecen la p¨¦rdida de los valores b¨¢sicos de la convivencia y fermentan la expansi¨®n del nihilismo pol¨ªtico.
Si no se act¨²a en¨¦rgicamente contra esas deficiencias, el sistema democr¨¢tico corre el riesgo de degenerar, m¨¢xime si los sectores m¨¢s retr¨®grados, al socaire de la debilidad mostrada por el poder pol¨ªtico frente al financiero, contin¨²an intentando el desmantelamiento del Estado del bienestar, clave de b¨®veda de la civilizaci¨®n europea. Con cuatro millones de parados -el 40%, j¨®venes-, se corre el riesgo de que reaparezcan el conflicto y el enfrentamiento social, con las tr¨¢gicas consecuencias que hist¨®ricamente han tenido en Europa.
Ante la gravedad de la crisis, que ha supuesto uno de los fracasos m¨¢s contundentes del liberalismo econ¨®mico m¨¢s ac¨¦rrimo, resulta parad¨®jico que sean precisamente sus responsables los que orienten las medidas que tienen que tomar los Gobiernos. Es un sarcasmo que quienes han fomentado inversiones temerarias o han alentado un consumo irresponsable culpen ahora a los ciudadanos por vivir por encima de sus posibilidades y reclamen medidas de ajuste que limitan gravemente los avances sociales alcanzados.
Es cierto que el Gobierno, pese a sus fallos, se ha visto obligado a tomar medidas impopulares pero absolutamente necesarias para sortear las consecuencias a¨²n m¨¢s graves que la crisis habr¨ªa tenido. Estas medidas no han sido apoyadas por el Partido Popular, que, al contrario, las ha criticado irresponsablemente por un pu?ado de votos. La realidad nos demostrar¨¢, si desgraciadamente ganan las pr¨®ximas elecciones, que su pol¨ªtica consiste en limitar los derechos sociales logrados por los espa?oles.
A fin de que los ciudadanos espa?oles puedan recuperar su estabilidad econ¨®mica y su nivel de vida, es necesario articular propuestas basadas en:
- La reafirmaci¨®n responsable de un Estado del bienestar que garantice la soluci¨®n de las necesidades b¨¢sicas de una sociedad avanzada como la espa?ola, porque aquel no solo genera actividad econ¨®mica y riqueza, sino que adem¨¢s aporta paz social, requisito indispensable para consolidar el desarrollo social y econ¨®mico.
La educaci¨®n, la sanidad y los servicios sociales son parte imprescindible de la inversi¨®n productiva en las sociedades avanzadas, y no un gasto in¨²til como afirman sectores de la derecha.
- La recuperaci¨®n urgente por parte del Estado del sector financiero b¨¢sico que permita afrontar directamente las necesidades crediticias de los sectores local, agrario e hipotecario, sin recurrir necesariamente a la intermediaci¨®n de la banca privada.
- La reorientaci¨®n del gasto auton¨®mico hacia fines productivos que beneficien a los ciudadanos y no a intereses partidistas o de grupos. Es urgente la reasignaci¨®n del gasto p¨²blico de manera solidaria entre las distintas Comunidades Aut¨®nomas que integran Espa?a y dentro de cada una de ellas, creando adem¨¢s mecanismos que refuercen la transparencia en todas las instituciones locales, auton¨®micas y estatales.
- El respeto a las instituciones y a sus representantes, esencial para el desarrollo de un Estado democr¨¢tico de derecho, en el bien entendido de que el principio de legalidad, y por tanto el sometimiento a las leyes, es exigible especialmente a quienes nos representan. Consecuentemente, es preciso el endurecimiento de las penas para aquellos representantes que utilizan su poder de manera torticera para enriquecerse. Igualmente es necesaria la adopci¨®n de ciertas medidas de austeridad que no suponen un gran ahorro, pero tienen un significado moral en la vida p¨²blica.
- La reforma del sistema tributario para que sea verdaderamente justo como se proclama en el art¨ªculo 31 de la Constituci¨®n, y el refuerzo de los mecanismos de lucha contra el fraude y la econom¨ªa sumergida.
- La recuperaci¨®n y el fomento de los valores en torno a los que se fragu¨® la conciencia c¨ªvica y solidaria que distingue a las sociedades europeas avanzadas. Es imprescindible que los espa?oles volvamos a confiar en nuestras instituciones y nos impliquemos en los asuntos p¨²blicos.
- La urgente reforma de la ley electoral, de manera que facilite una m¨¢s justa representaci¨®n en las instituciones, una mayor democracia interna en el proceso de elaboraci¨®n de las listas, la participaci¨®n de los mejores, y una cercan¨ªa entre representantes y representados de modo que estos ¨²ltimos se hagan o¨ªr directamente. Abogamos por un sistema electoral similar al alem¨¢n, en el que se combinan criterios mayoritarios y proporcionales.
Estimamos que corresponde, en este momento:
- Un proceso electoral adecuado a la delicada situaci¨®n econ¨®mica, evitando incertidumbres que alienten la voracidad especuladora de los poderes financieros internacionales y el encarecimiento de la deuda.
- Una Conferencia espec¨ªfica -finalizado el proceso electoral- que elabore una nueva orientaci¨®n del PSOE para facilitar una aut¨¦ntica participaci¨®n democr¨¢tica de los militantes y nuevos cauces para los simpatizantes. Urge la adaptaci¨®n de la estructura de nuestro partido a los cambios en las formas de movilizaci¨®n de los ciudadanos, para escuchar y responder a sus demandas y expectativas.
* Firman este art¨ªculo Pedro Bofill, que ha sido miembro de la Comisi¨®n Ejecutiva del PSOE, diputado, eurodiputado y delegado del Gobierno; Francisco Cruz de Castro, pintor, ex gobernador civil y ex director general; B¨¢rbara D¨¹hrkop, que ha sido miembro de la Comisi¨®n Ejecutiva del PSE-PSOE y eurodiputada; Leopoldo Torres Boursault, que ha sido vicepresidente del Congreso de los Diputados y fiscal general del Estado; Ana Miranda de Lage, que ha sido miembro de la Comisi¨®n Ejecutiva del PSOE, senadora y eurodiputada, y Fernando Sanz, que ha sido senador.
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