El rey de la ruleta rusa
Nadal, el mejor de los desempates en lo que va de a?o, derrota a un brillante Del Potro
Bajo el bochorno del verano ingl¨¦s, un pulso de voluntades. Cerebro contra cerebro, Rafael Nadal se enfrenta al argentino Juan Mart¨ªn del Potro en un duelo lleno de resbalones, dolores, muecas y tiros. La batalla va dejando su sello en los tenistas. Queman los peloteos. Marcan los intercambios a los rivales con heridas que dejan cicatrices. El espa?ol se duele del pie izquierdo, que ser¨¢ sometido hoy a pruebas m¨¦dicas. El argentino, de la cadera. Nada de eso les frena. Dan igual los gritos y las protestas. No importan los riesgos, las tremendas carreras, esos golpes que retumban como si llevaran dentro a los ej¨¦rcitos de Atila. Pasan las horas y todo sigue en equilibrio. El juez de la contienda son dos desempates que Nadal gana (7-6, 3-6, 7-6 y 6-4) antes de cruzarse ma?ana en los cuartos de final con el estadounidense Mardy Fish.
El espa?ol sufre dolores en un pie y hoy lo someter¨¢ a pruebas m¨¦dicas
"Ha sido muy duro", dijo Nadal tras 3h 52m de un tremendo partido que le vio parado en cuclillas, incapacitado casi para defenderse con su derecha cruzada, dolorido a cada apoyo. "Me sent¨ª muy mal. Con el 6-5 del primer set, fue terrible. Cre¨ª que me hab¨ªa roto el pie. Me entraron ganas de llorar de dolor. No sab¨ªa si podr¨ªa seguir", confes¨®.
Para cuando baja el tel¨®n la noche y su negritud ya hablaban en el encuentro. El pie, actor principal del partido, ya hab¨ªa callado tras cuchichear al campe¨®n las bondades de la retirada. El p¨²blico, un clamor, ya era silencio. Quedaban solo los n¨²meros, algunos incre¨ªbles (el mallorqu¨ªn sum¨® 61 golpes ganadores por 16 errores no forzados) y las pasiones convertidas en cifras. Nadie como Nadal para jugarse el destino en la ruleta rusa de los desempates. El n¨²mero uno mundial es el mejor de los mejores en los tie-breaks de 2011. Se ha impuesto en el 73% de los afrontados por el 72% del brit¨¢nico Andy Murray, el 70% del suizo Roger Federer y el 55% del serbio Novak Djokovic.
Para llegar a ese punto, ayer sufri¨® una tortura. Todo empez¨® con el 6-6 de la primera manga. Nadal conversa con el fisioterapeuta. Le duele un pie. Sufre.
-Sent¨ª algo agudo. Lo siento cuando hago fuerza.
-?Sent¨ªas el dolor antes del partido?
-No. Esto es muy raro, muy doloroso.
-Es un sitio inusual. Lo vamos a vendar. A ver qu¨¦ tal.
Los duques de Cambridge, Eduardo y Katherine, observan el tratamiento desde el palco real. Esto ven antes y despu¨¦s los nobles espectadores.
A Nadal, defendiendo su corona con un homenaje al c¨¦sped. A la hierba lo que es de la hierba, parece decir. Su propuesta, construida desde el fondo, tiene mucho del librillo de los grandes campeones de la catedral del tenis. Subidas a la red. Voleas de dise?o. Tiros cortados que doblan la voluntad de Del Potro igual que le van partiendo el espinazo.
El argentino, sin embargo, es tenista de una pieza. A los cambios de ritmo de Nadal opone el mazo de su derecha. A las opciones de break que se procura su adversario, un saque pleno de colocaci¨®n y fuerza. Su tenis es un grito, un berrido, un gigante de pu?os cerrados en pos de la victoria. Al p¨²blico le encanta. Pocos tenistas pueden discutir a Nadal el apoyo de la grada. Delpo es uno de ellos. Su juego, su fuerza y su deseo bien valen una entrada.
Del Potro compite regalando gestos. A un juez de l¨ªnea le pide que se ponga gafas. Al juez de silla le protesta ("?me mientes!") sus decisiones, desde que deje que atiendan a Nadal antes del desempate hasta que pida que se reanude el juego despu¨¦s de que ¨¦l lo pierda: "?Estamos en un partido a cinco sets, pasan dos segundos y ya cant¨¢s tiempo? Perfecto".
La boca, sin embargo, no interfiere en el juego. Del Potro es un tenista fiero, derrotado tras ceder solo un break. La medida de un Nadal dolorido, frenado en la movilidad y, aun as¨ª, capaz de discutir el encuentro con 13 aces y sin sentirse atenazado por la presi¨®n de jugar en realidad mucho m¨¢s que un partido.
Nadal defiende el t¨ªtulo, el n¨²mero uno mundial y un sue?o: por encima del pie maltrecho, volver a bailar en la cena de los campeones.

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