M¨¢s seguridad

El Gobierno ha aprobado el documento en el que se contiene la Estrategia Espa?ola de Seguridad, elaborado por Javier Solana y avalado por el Consejo de Defensa Nacional en su ¨²ltima reuni¨®n. El prop¨®sito de la iniciativa era evaluar, jerarquiz¨¢ndolos, los riesgos potenciales que pesan sobre el pa¨ªs, as¨ª como dise?ar una estructura institucional integrada y tambi¨¦n nuevos procedimientos para afrontarlos. Era un ejercicio necesario en la medida en que Espa?a carec¨ªa de una visi¨®n de conjunto sobre la seguridad que se traduc¨ªa en una excesiva compartimentaci¨®n de los organismos encargados de ella. El modelo aprobado por el Gobierno se aproxima al que existe en Estados Unidos y en algunos pa¨ªses europeos, como Francia, Reino Unido y Holanda.

Si bien hace tiempo que los diferentes Gobiernos espa?oles asumieron de manera impl¨ªcita el paso del concepto de defensa al de seguridad, este cambio de orientaci¨®n te¨®rica no hab¨ªa encontrado una traducci¨®n pr¨¢ctica. La creaci¨®n de un Consejo Espa?ol de Seguridad vendr¨ªa a realizarla, concretando la idea de que el componente militar, pese a su obvia relevancia, no es el ¨²nico que debe ser tomado en consideraci¨®n. El concepto de seguridad no solo implica estar en condiciones de afrontar los riesgos una vez que se materializan, sino tambi¨¦n, y sobre todo, disponer de la capacidad de desactivarlos antes de que se hagan realidad.

El documento distingue hasta nueve amenazas, que van desde los conflictos armados y el terrorismo a los ataques inform¨¢ticos y las cat¨¢strofes naturales, pasando por la inseguridad econ¨®mica y la vulnerabilidad energ¨¦tica. Con respecto al terrorismo, se?ala con acierto que no debe confundirse su capacidad de infligir graves da?os con la posibilidad de que desestabilice las instituciones democr¨¢ticas, seg¨²n ha demostrado la experiencia. M¨¢s dudoso resulta que considere la inmigraci¨®n como una amenaza, situando su tratamiento en una esfera que, como la de la seguridad, puede acabar confiriendo una legitimidad, siquiera aparente, a las respuestas de las corrientes populistas y xen¨®fobas.

El Gobierno de Rodr¨ªguez Zapatero ha dado un primer paso, que deber¨ªa ir enriqueci¨¦ndose en el inmediato futuro. No parece que esa sea la intenci¨®n del Partido Popular, que se ha desmarcado de la iniciativa, al menos hasta que pasen las elecciones.