Aubry promete la uni¨®n de la izquierda
La l¨ªder del Partido Socialista franc¨¦s competir¨¢ en las primarias de octubre para aglutinar a todos los partidos progresistas frente a Nicolas Sarkozy
En su feudo de Lille, donde es alcaldesa desde 2001, Martine Aubry, de 60 a?os, primera secretaria del Partido Socialista franc¨¦s (PS), dio ayer el paso adelante y anunci¨® que se presentar¨¢ a las primarias de su partido con la intenci¨®n de convertirse en la candidata de la izquierda que se enfrente a Nicolas Sarkozy en las elecciones presidenciales de 2012. Situada en el centro de su formaci¨®n -un partido de natural convulso, con m¨²ltiples tendencias diferenciadas ideol¨®gicamente- y con buenas relaciones con ciertos dirigentes ecologistas, Aubry record¨® en su discurso que pretende ser la candidata de la "uni¨®n de la izquierda en Francia", condici¨®n indispensable para vencer el a?o que viene. Y, con una sonrisa algo t¨ªmida, finaliz¨® su discurso con una frase determinante: "Adquiero hoy ante vosotros el compromiso de la victoria en 2012".
Simpatizantes de izquierda pagar¨¢n un euro por votar en las primarias
La desaparici¨®n de la escena pol¨ªtica de Strauss-Kahn ha sacudido el PS
Durante las ¨²ltimas semanas, todo eran especulaciones en el mundillo pol¨ªtico franc¨¦s sobre si Aubry se decidir¨ªa al final y disputar¨ªa el liderazgo socialista a los ya candidatos Fran?ois Hollande y S¨¦gol¨¨ne Royal. La prensa francesa titulaba siempre con la misma cantilena: "?Pero de verdad Aubry tiene ganas?". Y muchos recordaban que su padre, el conocido pol¨ªtico franc¨¦s Jacques Delors, exministro de Econom¨ªa durante muchos a?os y brillante expresidente de la Comisi¨®n Europea, renunci¨® en 1995 a presentarse como candidata socialista en lo que muchos le reprocharon entonces como una suerte de deserci¨®n a los suyos.
Al final, la hija ha dado el paso que no dio el padre, y Aubry, que fue ministra con 41 a?os y n¨²mero dos del Gobierno de Lionel Jospin en 1997, encargada de las ¨¢reas de Empleo y Solidaridad, se embarca en estas primarias de resultado incierto, que se resolver¨¢n en octubre y en las que podr¨¢n votar, por primera vez en la historia del Partido Socialista franc¨¦s, no solo los militantes, sino tambi¨¦n los que aseguren simpatizar con la izquierda, siempre que abonen un euro.
El ex primer ministro Laurent Fabius, que acierta muchas veces con la frase del d¨ªa, minimiz¨® la cr¨ªtica de su falta de decisi¨®n y de deseo de embarcarse: "Eso de tener o no tener ganas es para comer chocolate, no para esto". Con todo, Aubry deber¨¢, si quiere salir victoriosa del envite, sacudirse pronto el estigma de candidato algo reticente que arrastra desde que hace unos meses, en Marraquech, llegara a un pacto de no agresi¨®n con Dominique Strauss-Kahn, por entonces el pol¨ªtico socialista m¨¢s mimado por todo tipo de sondeo. Decidieron no presentarse el uno contra el otro. De ah¨ª que todos pensaran -hasta la detenci¨®n en Nueva York de DSK, acusado de intento de violaci¨®n- que Aubry renunciar¨ªa a la batalla y quedar¨ªa en segunda fila, tras la figura del ex director general del Fondo Monetario Internacional (FMI). Pero la desaparici¨®n fulminante de la escena pol¨ªtica de Strauss-Kahn lo ha cambiado todo.
En su discurso de ayer, una alocuci¨®n solemne, breve y televisada, Aubry dibuj¨® un panorama sombr¨ªo de la Francia de Sarkozy, al que describi¨® como un poder "que lo toca todo y que no arregla nada (...), que confunde energ¨ªa con agitaci¨®n y que ha gobernado, aplicando ciertas recetas liberales, para los privilegiados". Y a?adi¨®: "No podemos seguir pidiendo a los que ya han dado todo y no reclamar a los que tienen mucho".
Seria, firme, de car¨¢cter autoritario pero capaz de llorar en ciertas y definitivas reuniones de partido (la ¨²ltima vez, en Par¨ªs, dos d¨ªas despu¨¦s de la detenci¨®n de DSK), al¨¦rgica a la prensa del coraz¨®n y a airear su vida privada, Aubry es una enamorada del trabajo. Eficiente, constante, avanza paso a paso hasta que alcanza su objetivo: ha impuesto su tempo a todos aquellos que le ped¨ªan que adelantase su decisi¨®n a fin de cortocircuitar las especulaciones envenenadas.
En noviembre de 2008 se hizo con las riendas de un partido derrotado, deshecho y fracturado casi por la mitad, tras su enfrentamiento con S¨¦gol¨¨ne Royal. Ahora renunciar¨¢ al puesto para consagrarse a las primarias. Lo devuelve tras dos elecciones menores ganadas (las europeas y las regionales) y sin grandes traumas internos. La apoyan pesos pesados del partido anclados a la izquierda de la formaci¨®n y a la derecha. Ella presume de su privilegiada situaci¨®n en el centro de la balanza.
La derecha, empezando por Sarkozy, le reprocha pertenecer a la escuela de un socialismo periclitado. "Es la dama de las 35 horas semanales", repiten constantemente los diputados de la UMP, recordando una de las medidas estrella de la exministra de Empleo de Jospin, ejemplo, para los sarkozistas, de propuesta errada y antigua.
Arranca en su particular carrera electoral por detr¨¢s de Fran?ois Hollande, anterior primer secretario del PS, favorito en los sondeos, pero por delante de la tercera en discordia, S¨¦gol¨¨ne Royal. Goza, en todo caso, de una ventaja importante: los otros dos llevan varias semanas de campa?a, convertidos ya en candidatos a ser candidatos. Ella empieza ahora.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.