Un paso decisivo
Aprobado el plan de ajuste para Grecia, Europa y el FMI deben revisar los criterios de los rescates
En su tormentoso camino para evitar la quiebra nacional y salvar la estabilidad del euro, el Gobierno griego dio ayer un paso decisivo al conseguir que el Parlamento aprobara el plan de ajuste 2012-2015, que es la moneda de cambio para que Bruselas y el Fondo Monetario Internacional (FMI) liberen el quinto tramo de las ayudas (unos 12.000 millones de euros) del primer plan de rescate. El paso es tan importante como la ruina que evita. Si el plan se hubiera rechazado, el sistema financiero europeo al completo hubiera sufrido una profunda crisis y el euro hubiese entrado en din¨¢mica de disoluci¨®n. Pero el acuerdo del Parlamento ha conjurado el riesgo de cat¨¢strofe en Europa, permite a la econom¨ªa griega eludir el riesgo de impago al menos durante 2011 y abre el camino a un nuevo plan de rescate que, esta vez s¨ª, deber¨ªa ser un factor de crecimiento para Grecia y no un rosario de pr¨¦stamos punitivos.
El esfuerzo pol¨ªtico del Gobierno socialista de Yorgos Papandreu para aprobar el plan de austeridad debe ser valorado no solo por la cuant¨ªa del ajuste que se va a ejecutar (unos 78.000 millones de euros entre recortes de gasto p¨²blico, subidas de impuestos y privatizaciones hasta 2015) sino tambi¨¦n por la atm¨®sfera de hostilidad social exacerbada contra los recortes del gasto que ha enrarecido la negociaci¨®n pol¨ªtica y la propia votaci¨®n parlamentaria. Ayer, la sesi¨®n del Parlamento se celebr¨® con una huelga general en las calles de Atenas. Papandreu se enfrenta a tareas que son extremadamente complejas en cualquier pa¨ªs, como reducir el tama?o de la Administraci¨®n y desmantelar un rosario de empresas p¨²blicas extremadamente onerosas y poco rentables o eficaces.
Una vez que Atenas ha aceptado un doloroso recorte de las rentas, un empobrecimiento equivalente a un descenso de la riqueza de un 15% del PIB, las instituciones europeas (la Comisi¨®n, el Banco Central Europeo) y el propio FMI deber¨ªan someter a una profunda revisi¨®n todos los criterios aplicados hasta ahora para rescatar a un pa¨ªs. Uno de los pilares de las ayudas futuras debe ser el diferimiento voluntario de los plazos de la deuda, en l¨ªnea con el plan aceptado por los bancos franceses y alemanes la semana pasada. El cumplimiento del objetivo de d¨¦ficit, en cuant¨ªa y plazos, no puede convertirse en un h¨¢ndicap para el crecimiento econ¨®mico, sin el cual no hay devoluci¨®n de la deuda y sume al pa¨ªs en una espiral de endeudamiento y depresi¨®n.
Los modelos de rescate basados en el rigor presupuestario no funcionan por s¨ª solos. En situaci¨®n de asfixia econ¨®mica, el rescatado suele volver a reclamar nuevas ayudas, mientras los mercados entran en una fase oscilante de euforia y depresi¨®n, seg¨²n se vayan parcheando los problemas coyunturales. El segundo plan de financiaci¨®n para Grecia ser¨¢ un buen laboratorio para experimentar con f¨®rmulas m¨¢s flexibles que afiancen los factores del crecimiento, no solo de Grecia, sino de Portugal e Irlanda; y, adem¨¢s, consoliden la estabilidad de Espa?a o Italia.
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