Fuego cruzado
AMOS OZ (Jerusal¨¦n, 1939) es un gran escritor israel¨ª y desde hace a?os se le propone para el Premio Nobel.
Marwan Barghouti (Ramala, 1959) es el m¨¢s popular dirigente palestino y cumple cinco cadenas perpetuas por asesinato. Hace tres meses, Oz envi¨® a Barghouti la traducci¨®n al ¨¢rabe de su obra autobiogr¨¢fica Una historia de amor y oscuridad (Siruela), con la siguiente dedicatoria: "Esta historia es nuestra historia.
Espero que la lea y nos comprenda mejor, como nosotros intentamos comprenderles a ustedes. Con la esperanza de encontrarnos pronto en paz y libertad, Amos Oz".
PREGUNTA. ?Ha recibido alguna respuesta de Marwan Barghouti?
RESPUESTA. No. Ni siquiera estoy seguro de que Barghouti recibiera el libro. Yo se lo entregu¨¦ a un amigo que le visita de vez en cuando, y mi amigo tuvo que entregar el libro a un carcelero. Ignoro qu¨¦ hizo el carcelero. La entrevista con Amos Oz se desarrolla en su apartamento de Tel Aviv, un lugar de paso porque el escritor vive en el desierto del Neguev, cerca del mar Muerto. La ¨²nica lenguamaterna de Oz es el hebreo, pero su ingl¨¦s resulta extremadamente limpio y exacto, tal vez por herencia gen¨¦tica: su padre hablaba unos 15 idiomas; su madre 12 o 13. Parec¨ªa apropiado comenzar con la an¨¦cdota del libro dedicado, porque refleja en cierta forma el papel de Amos Oz en Israel: adem¨¢s de ser un gigante literario tiene algo de profeta y algo de polemista.
"Suelo verme en medio del fuego cruzado, lo cual, creo, tiende a confirmar que voy por el buen camino"
"Es muy dif¨ªcil escribir sobre hombres buenos y cuerdos de forma convincente, sin caer en la moralina"
"Cuando era un ni?o cre¨ªa en la necesidad de derrotar al enemigo, ahora quiero hacer la paz con ¨¦l. Pero lo b¨¢sico permanece igual"
P. Esa dedicatoria provoc¨® un enorme esc¨¢ndalo en gran parte de la sociedad israel¨ª. ?Lo esperaba?
R. S¨ª, por supuesto. Estoy acostumbrado a que me ataquen desde la extrema derecha y desde la izquierda radical. Suelo verme en medio del fuego cruzado, lo cual, creo, tiende a confirmar que voy por el buen camino. Esperaba una aut¨¦ntica explosi¨®n de rabia por la dedicatoria. Muchos israel¨ªes no le ven como un luchador por la libertad ni como elMandela palestino, sino como un asesino de masas.
P. Le envi¨®
Una historia de amor y oscuridad,
considerada de forma casi un¨¢nime su obra maestra, que cuenta su infancia bajo elmandato brit¨¢nico, la guerra, el suicidio de sumadre. Es una obra narrada por un ni?o, usted, que idolatraba a la derecha sionista y esperaba que el futuro Israel ocupara todo el territorio palestino. ?Qu¨¦ habr¨ªa pensado ese ni?o al leer la dedicatoria?
R. Se habr¨ªa enfurecido. El peque?o Amos era un tremendo chovinista. Pero tambi¨¦n sent¨ªa fascinaci¨®n por comunicarse con los otros, con los brit¨¢nicos, con los ¨¢rabes. Quiz¨¢ ese ni?o estar¨ªa enfadado y a la vez interesado, a la espera de respuesta.
P. Su familia proced¨ªa de Rusia y Polonia y en los a?os treinta se instal¨® en un barrio pobr¨ªsimo de Jerusal¨¦n, KaremAbraham. Usted escribi¨® con sarcasmo: "?Tendr¨¢ este lugar alg¨²n d¨ªa alguien que lo a?ore?". En realidad, ha escrito casi siempre sobre Karem Abraham. ?Lo a?ora?
R. S¨ª, claro. A?oro aquel Karem Abraham, un gigantesco campo de refugiados.
Todo el mundo manten¨ªa una relaci¨®n de amor frustrado con su pa¨ªs de origen y todo el mundo quer¨ªa iniciar aqu¨ª algo completamente nuevo. Por supuesto, nadie consigui¨® iniciar nada completamente nuevo. El Karem Abraham de hoy no me interesa [ahora es un barrio de religiosos ultraortodoxos], como nome interesa Jerusal¨¦n, una ciudad de fan¨¢ticos.
P. ?Cu¨¢l era el ambiente entonces?
R. Acababa de ocurrir el Holocausto. La incertidumbre era absoluta. Mucha gente pensaba que cuando los brit¨¢nicos se fueran, los ¨¢rabes nos matar¨ªan a todos. Al mismo tiempo hab¨ªa grandes expectativas, de nivel mesi¨¢nico: todo iba a cambiar si un d¨ªa exist¨ªa el Estado jud¨ªo; todo iba a ser m¨¢s elevado, m¨¢s noble.
P. Y usted, el ni?o ultranacionalista, ?qu¨¦ expectativas ten¨ªa?
R. Esperaba a que se fueran los brit¨¢nicos para que llegara la guerra. Me parec¨ªa muy excitante. Imag¨ªnese: no ir a la escuela, pasar los d¨ªas entre tanques y ca?ones...
P. ?Cu¨¢ndo descubri¨® lo que es realmente la guerra? ?En 1948, cuando la vivi¨® de ni?o? ?En 1967 y 1973, cuando la vivi¨® como soldado?
R. Entend¨ª para siempre lo que era la guerra en 1948, cuando la Legi¨®n ?rabe de Jordania cerc¨® la zona jud¨ªa de Jerusal¨¦n.
Fueron meses de hambre y sed, bajo constantes bombardeos. Entonces vi por primera vez un cad¨¢ver en la calle, y otro, y otro...
P. En Espa?a se publica ahora La Colina del Mal Consejo, un libro de relatos que usted escribi¨® en 1974 y que aborda, desde la ficci¨®n, la misma ¨¦poca y los mismos acontecimientos que
Una historia de amor y oscuridad (2003). ?Pensaba entonces que alg¨²n d¨ªa iba a ser capaz de relatar su infancia en primera persona?
R. S¨®lo pude escribir Una historia de amor y oscuridad hacia los 60 a?os. S¨®lo entonces pude hacer las paces con mis padres. Durante mucho tiempo sent¨ª demasiada furia contra ellos. Pero lleg¨® el momento en que, por edad, pod¨ªan haber sido mis hijos. Y logr¨¦ contar mi historia.
P. La Colina del Mal Consejo [as¨ª se llamaba el lugar donde ten¨ªan su cuartel general los brit¨¢nicos] es ficci¨®n; aunque el peque?o Uri que enlaza los tres relatos es casi id¨¦ntico al peque?o Amos Klausner [el escritor cambi¨® su apellido al romper con su padre] y ambos hacen las mismas cosas, por alguna raz¨®n parecen personas distintas.
R. Son ni?os con id¨¦ntica biograf¨ªa que viven en el mismo barrio y hacen las mismas cosas, pero no son el mismo ni?o.
P. Escribi¨® La Colina del Mal Consejo poco despu¨¦s de combatir en la guerra de 1973. ?Influy¨® la guerra al pensar los relatos?
R. No, creo que no. Lo que ocurri¨® fue que al volver a mi vida como civil percib¨ª que el recuerdo de los a?os treinta y cuarenta se estaba perdiendo. La mayor¨ªa de la poblaci¨®n estaba formada por j¨®venes e inmigrantes recientes que no vivieron aquella ¨¦poca. Y sent¨ª la necesidad de hablar sobre esos a?os, de hablar sobre una Jerusal¨¦n que ya no exist¨ªa. Me dedico a eso, a contar historias.
P. El tercer relato del libro, 'Nostalgia', es profundamente triste.
R. El protagonista es un hombre que va a morir, justo en v¨ªsperas de un momento hist¨®rico. Sabe que algo grande va a ocurrir y sabe que ¨¦l no lo ver¨¢. Era muy importante param¨ª describir la vida desde el punto de vista de alguien que est¨¢ a punto de perderla. Un hombre amable, filos¨®fico, un doctor rural. No es f¨¢cil escribir sobre un buen hombre. Los grandes personajes literarios son perversos.
P. Don Quijote no es perverso.
R. De acuerdo, pero est¨¢ loco. Corrijo mi afirmaci¨®n: es muy dif¨ªcil escribir sobre hombres buenos y cuerdos de forma convincente, sin caer en el sentimentalismo o la moralina.
P. El protagonista de 'Nostalgia' es un jud¨ªo llegado de Viena que acaba de asistir a la destrucci¨®n de su mundo.
R. Es un europeo furioso con Europa que intentamantener un peque?o enclave europeo enmedio de Jerusal¨¦n, en el coraz¨®n de Oriente Pr¨®ximo. Eso es lo tragic¨®mico del personaje: que cuando Europa enloqueci¨®, ¨¦l trat¨® de preservar un pedacito de ella en un lugar tan imposible como Jerusal¨¦n. Mis padres eran como ¨¦l. Los jud¨ªos tuvieron la desgracia de sentirse europeos cuando nadie m¨¢s lo hac¨ªa. Ahora es com¨²n, los europeos se sienten europeos. Hace 80 a?os eso no ocurr¨ªa. S¨®lo eran europe¨ªstas los jud¨ªos, y por esa raz¨®n se les acusaba de cosmopolitas y antipatri¨®ticos. Fue una triste historia de amor. Los europeos expulsados violentamente de Europa en los a?os treinta tuvieronm¨¢s suerte que los que se quedaron, porque a esos se les extermin¨® en los cuarenta.
P. Sus padres hablaban ruso, polaco y y¨ªdish entre ellos. Con usted, en cambio, s¨®lo hablaban hebreo. ?C¨®mo se siente uno cuando se le considera uno de los creadores de un lenguaje, el hebreo moderno?
R. Ese honor corresponde a la generaci¨®n anterior a la m¨ªa. Cuando yo empec¨¦ a escribir, el hebreo moderno era ya un instrumento utilizable.
P. Utilizable, pero envarado: era un idioma religioso.
R. Admito tener la sensaci¨®n de que puedo legislar sobre el idioma. Incluso a veces me permito inventar nuevas palabras, cierto.
P. Y ahora existe una generaci¨®n de j¨®venes escritores que...
R. Que va m¨¢s all¨¢, que construye una lengua a¨²n m¨¢s coloquial, m¨¢s ¨¢gil, m¨¢s popular. La evoluci¨®n del hebreo cl¨¢sico al moderno es rapid¨ªsima. Lo que en otras lenguas ha supuesto un proceso de varios siglos, para el hebreo han sido unas pocas generaciones. La distancia entre Miguel de Cervantes y Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, en t¨¦rminos hebreos, es de 120 a?os.
P. Usted ha contribuido de forma fundamental a esa evoluci¨®n acelerada. Pero tambi¨¦n ha vivido toda la historia de Israel, y esa historia, llena de virajes imprevistos, se percibe en su propia biograf¨ªa: del ni?o derechista y belicista al adulto fundador de una organizaci¨®n como Paz Ahora. ?Se refleja eso en su literatura?
R. Por fuerza. Cuando nac¨ª, la comunidad jud¨ªa en este pa¨ªs era de apenas 400.000 personas. Ahora est¨¢ cercana a los seis millones. Cuando nac¨ª el hebreo era hablado por muy pocos. Ahora lo hablan todos los israel¨ªes. Cuando era un ni?o, el futuro era absolutamente incierto. Tambi¨¦n ahora lo es, pero de forma distinta. El futuro, antes, era muy amenazante. Cuando era un muchacho, nadie en el mundo reconoc¨ªa el derecho de los jud¨ªos a tener un Estado propio. Ahora ese derecho est¨¢ reconocido por una gran mayor¨ªa; con reservas, con cr¨ªticas justas y con las que yo en parte me identifico. Cuando era un ni?o flotaba un gran interrogante sobre nuestra propia supervivencia. S¨ª, he vivido historia. He luchado en dos guerras, en la de 1967 y la de 1973. Fueron experiencias amargas para un hombre de paz como yo. He visto el primer tratado de paz, con Egipto, algo que consideraba casi imposible. Pero no escribo sobre la historia de Israel. Yo escribo siempre sobre familias. Muy a menudo sobre mi propia familia. Si me pide que defina sobre qu¨¦ escribo en una sola palabra, dir¨¦ "familias". Si me permite dos palabras, dir¨¦ "familias infelices".
P. Pero a trav¨¦s de esas familias vemos Israel.
R. Porque entendemos la historia a trav¨¦s de la literatura. Para entender la Inglaterra isabelina no leemos documentos oficiales, sino a Shakespeare. Para entender la Rusia del siglo XIX leemos a Tolst¨®i o Dostoievski o Ch¨¦jov.
P. Ya existe Israel. Es un pa¨ªs fuerte y reconocido. ?A¨²n hace falta sionismo?
R. El t¨¦rmino "sionismo" puede significar cosas muy diversas. Para m¨ª significa algo muy simple: que los jud¨ªos que se consideran parte de un pueblo tienen un pa¨ªs propio. Ese es mi sionismo y no ha cambiado desde que era un ni?o. Entonces era maximalista en cuanto al territorio, cre¨ªa que necesit¨¢bamos mucha tierra, y ahora ya no. Cuando era un ni?o cre¨ªa en la necesidad de derrotar al enemigo, ahora quiero hacer la paz con ¨¦l. Pero lo b¨¢sico permanece igual.
P. El proyecto sionista est¨¢ cumplido.
R. S¨ª, y precisamente por eso resulta decepcionante. Los pa¨ªses nacen por la historia, por la geograf¨ªa, por la pol¨ªtica, por la demograf¨ªa. Este pa¨ªs, en cambio, naci¨® de un sue?o. Y cualquier cosa so?ada est¨¢ condenada a decepcionar. Cualquier sue?o se estropea cuando se hace realidad.
P. Entonces, ?por qu¨¦ sigue usted proclam¨¢ndose sionista?
R. Mientras exista alguien en el mundo que cuestione el derecho de Israel a la existencia, har¨¢ falta sionismo. Cuando se nos acepte como se acepta que los holandeses pueden vivir en Holanda y los noruegos en Noruega, podremos hablar de otras cosas.
P. ?Cree que es com¨²n en el mundo cuestionar la existencia de Israel?
R. Israel es como un hombre que camina por una cuerda floja a m¨¢s de cien metros de altura. Una multitud mira desde abajo, esperando en secreto que el hombre caiga. La multitud que mira puede considerar el espect¨¢culo terrible, emocionante o magn¨ªfico, pero nadie cree que vaya a durar mucho. Creo que el subconsciente delmundo, tanto amigos como enemigos, nos contempla de esa forma.
P. Al menos usted estar¨¢ convencido de que Israel durar¨¢.
R. No, no estoy convencido. La historia es caprichosa.Mucho depende de que seamos inteligentes y realistas. Por fortuna para los jud¨ªos, por primera vez en miles de a?os nuestro destino depende de nosotros.
Si los alemanes de Hitler quer¨ªanmatarnos, nos mataban; si los espa?oles de los reyes Cat¨®licos quer¨ªan expulsarnos, nos expulsaban. Durante muchos siglos fuimos objetos, ahora somos sujetos: una gran diferencia. Evidentemente, eso no significa que no podamos buscarnos la ruina. Lo que significa es que, si eso ocurre, ser¨¢ nuestra responsabilidad, no de otros.
P. ?Se siente usted confortable en una sociedad como la israel¨ª?
R. Me cuesta decir "nosotros" cuando hablo de los israel¨ªes, pero por alguna raz¨®n me siento confortable aqu¨ª. Me gusta Israel incluso cuando no me gusta. Esto no es un pa¨ªs, es una colecci¨®n de discusiones feroces. Ochomillones de ciudadanos, ochomillones de primerosministros, ocho millones de profetas y mes¨ªas. Todo elmundo conoce las respuestas, todos gritan, nadie escucha. Yo escucho a veces, es mi forma de ganarme la vida. La gente de fuera tiende a pensar que los israel¨ªes est¨¢n divididos por el futuro de los territorios ocupados, o por los asentamientos en los territorios. No, los israel¨ªes est¨¢n divididos por todo.
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