Hipnotizados por el dios Mamm¨®n
Hac¨ªa tiempo que la palabra revoluci¨®n no restallaba en el cerebro de tantos. En el de muchos griegos, por ejemplo, que saben que tendr¨¢n que seguir apret¨¢ndose el cintur¨®n hasta estrangularse el est¨®mago para satisfacer a los amos del poder financiero, esos que siempre quieren lo mejor para nosotros, a pesar de que somos unos in¨²tiles a los que nos gusta vivir por encima de nuestras posibilidades (por eso acept¨¢bamos los cr¨¦ditos t¨®xicos que nos ofrec¨ªan insistentemente). Leo aterrorizado que cada beb¨¦ heleno nace estos d¨ªas con una deuda de 30.000 euros bajo el brazo: como para pens¨¢rselo antes de traer un hijo al mundo, si es que a¨²n puede llamarse as¨ª a este esquilmado planeta. O como dir¨ªa un Machado nacido all¨ª: grieguito que vienes al mundo, te guarde Zeus, la Europa que manda ha de helarte el coraz¨®n (adem¨¢s del bolsillo). As¨ª que, a este paso, el ¨ªndice de natalidad de nosotros, los europeos (apestados) del sur, lleva camino de alcanzar cotas espeleol¨®gicas, al contrario que nuestra deuda soberana. Porque ya conocen el mantra que unos (la derecha) y otros (la socialdemocracia) repiten hipnotizados a instancias del dios Mamm¨®n y sus sacerdotes: esto es lo que hay, no hay plan b, este es el ¨²nico sistema econ¨®mico posible, y fuera hace fr¨ªo, mucho fr¨ªo. Ese mantra, queridos, es el ¨²ltimo avatar de aquel hip¨®crita deseo de "moralizar el capitalismo" manifestado por los sicofantes cercanos a Wall Street en agosto de 2007. En cuanto a c¨®mo resistir en tiempos sombr¨ªos y con una izquierda descompuesta (cuando no entregada) en este continente cogobernado por los virreyes Merkel y Sarkozy, no tengo ni la menor idea, pero tambi¨¦n s¨¦ -me lo ense?¨® precisamente un griego- que "lo que hay que hacer despu¨¦s de haber aprendido, lo aprendemos haci¨¦ndolo" (?tica a Nic¨®maco, 1103 a). Por eso, y seg¨²n el mismo griego (en realidad, un macedonio), "es manifiestamente imposible que alguien sea constructor sin haber construido nada, o citarista sin haber tocado la c¨ªtara" (Metaf¨ªsica, 1049 b-29). Mientras aprendemos a tocarla con rabia y br¨ªo, les pregunto a mis topos en la judicatura si ser¨ªa posible plantear una demanda por terrorismo (o, al menos, acoso) laboral contra los del C¨ªrculo de Empresarios de Madrid, esos emprendedores todo ternura que, siguiendo las ense?anzas del presidente de la CEOE, proponen un nuevo sistema de relaciones en el que los salarios se liguen a la "productividad", es decir: a sus beneficios. Si esto no es un nuevo atajo hacia la mano de obra esclava, que venga Marx (o Bakunin: en esto coincidir¨ªan) y lo vea. Por lo dem¨¢s, de entre las lecturas m¨¢s enrojecidas que han llegado a las librer¨ªas al socaire de la indignaci¨®n rampante, selecciono dos muy diferentes. En primer lugar Memorias de un revolucionario (Veintisieteletras), de Victor Serge, el relato apasionante de un revolucionario fracasado que combati¨® primero contra el capitalismo y m¨¢s tarde contra el Leviat¨¢n concentracionario en el que se transform¨® la revoluci¨®n por la que luch¨®. La otra es El imposible capitalismo verde (Viento Sur / La Oveja Roja), de Daniel Tanuro, una propuesta razonada y discutible desde posiciones ecosocialistas que convendr¨ªa tener en cuenta en futuros debates de la izquierda. Suponiendo que alg¨²n d¨ªa, quiero decir.
Dec¨ªa Joyce que un fantasma es alguien que se ha esfumado por muerte, por ausencia o por falta de costumbre Me gustar¨ªa recomendar una novela que empec¨¦ con escepticismo y acab¨¦ con entusiasmo. Se trata de 'Verano y amor', de William Trevor
Festivales
Dec¨ªa Joyce -a quien conviene citar al menos cada mes de junio- que un fantasma es alguien que se ha esfumado por muerte, por ausencia o por falta de costumbre. A la pobre Nessie, el monstruo del lago escoc¨¦s que le dio nombre, le ha pasado algo parecido. Durante d¨¦cadas el supuesto plesiosaurio -uno de los ¨²ltimos espec¨ªmenes del poblado bestiario criptozool¨®gico- reaparec¨ªa en esta ¨¦poca para rellenar columnas en los peri¨®dicos brit¨¢nicos y, por extensi¨®n, europeos. En los ¨²ltimos a?os (y salvo sorpresas de ¨²ltima hora) el viejo monstruo se ha esfumado, y su lugar en la prensa ha sido ocupado por los festivales literarios. Ahora se celebran por docenas. Con sus franquicias nacionales (como el Hay) y una oferta en la que cabe casi todo. El lema de todos ellos podr¨ªa ser "cultura al aire libre" o "la ocasi¨®n para abordar a su escritor favorito en un ambiente distendido". De modo que a las cl¨¢sicas (y rentables) universidades de verano les han salido competidores menos formales. Y cada vez m¨¢s "especializados". Me llega informaci¨®n, por ejemplo, de que entre los d¨ªas 7 y 9 de julio se celebrar¨¢, muy cerca de la agradable ciudad de Salisbury, el Chalke Valley History Festival, dedicado a los amantes de la historia. En el texto explicativo se afirma que el pasado est¨¢ en auge (is blooming), ya sea porque en ¨¦pocas de incertidumbre la gente busca en ¨¦l respuestas, ya sea (por el contrario) como v¨ªa de evasi¨®n. En el de Chalke se desarrollar¨¢n asuntos tan variopintos como Montgomery versus Rommel, The Popes, Nelson & Wellington, Giants of Napoleonic Wars o In search of Alexander. En el festival intervienen, entre otros, historiadores tan conocidos (y medi¨¢ticos: algo fundamental para atraer clientela) como Antony Beevor, Amanda Vickery, Michael Wood o John Julius Norwich. En cuanto a lo de que el pasado est¨¢ de moda, totalmente de acuerdo: basta sumergirse un rato en algunos debates televisivos y emerge uno perdido de caspa ideol¨®gica pos-posfranquista. Y es que, como dec¨ªa Faulkner (Luz de agosto), "la memoria cree antes de que el conocimiento recuerde".
Verano
Pronto, y siguiendo las consabidas pautas estacionales, los medios (sobre todo los escritos) empezar¨¢n a preguntar a sus colaboradores cu¨¢les son las lecturas que recomiendan (o se llevar¨¢n en la maleta) para las vacaciones. A veces se lo preguntan a celebridades (y no s¨®lo literarias): hay quien quiere saber qu¨¦ va a leer Rubalcaba (el pol¨ªtico que la derecha adora odiar p¨²blicamente) o la se?ora Aguirre (la presidenta que el PSM odia envidiar secretamente). Hay, por ejemplo, quien tiene curiosidad por saber qu¨¦ libros leer¨¢ este verano el cantautor Sabina (?se fijaron en su biblioteca interclasista: pino de Valsa¨ªn y encuadernaciones bibli¨®filas?), a quien tanto nombro. Yo no soy famoso (todav¨ªa: denme tiempo hasta que logre incendiar el templo de Artemisa), pero me gustar¨ªa recomendar a mis (improbables) lectores una novela que empec¨¦ con escepticismo y acab¨¦ con entusiasmo. Se trata de Verano y amor (Salamandra), del veterano irland¨¦s William Trevor (en el original ingl¨¦s el t¨ªtulo es Love and Summer y, cr¨¦anme, no puedo entender por qu¨¦ el orden -nada casual- de los sustantivos ha sido modificado). En torno a la historia de amor (de final imprevisible) entre una granjera casada y un joven fot¨®grafo que aparece con su bicicleta un d¨ªa de verano (a?os cincuenta), se desarrolla un estupendo drama de personajes contado con mano firme y capaz de mantener en vilo al lector. Trevor es un narrador consumado que no descuida a ninguna de sus criaturas, un maestro de la t¨¦cnica y un perspicaz psic¨®logo dotado de la sabidur¨ªa que confiere la experiencia (y una veintena de novelas por encima de la media). Ya ver¨¢n como, si nada les interrumpe, no podr¨¢n dejarla hasta que pasen la ¨²ltima p¨¢gina.
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