Cajas en la Bolsa
Dos bancos creados tras la agrupaci¨®n de varias cajas de ahorros saldr¨¢n a cotizar en el mercado de acciones a lo largo de este mes. Se trata de Bankia y Banca C¨ªvica, aunque no cabe descartar nuevas incorporaciones en los pr¨®ximos meses. Son decisiones que pueden ser favorables para el conjunto del sistema bancario espa?ol, aunque por s¨ª solas no solucionar¨¢n los problemas que tiene planteados. Dos grupos de consideraciones son relevantes al respecto. La primera tiene que ver con la propia necesidad o utilidad de que empresas propiedad de las cajas coticen en los mercados de acciones. El momento de esa apertura accionarial y la situaci¨®n del conjunto del sistema bancario tras esas salidas son las otras dos cuestiones de cierta importancia.
La cotizaci¨®n en los mercados organizados, adem¨¢s de constituir una potencial fuente de financiaci¨®n adicional, suele asumirse como un exponente de transparencia, de capacidad para rendir cuentas a una base amplia de accionistas. Que esa sea una de las ventajas esperadas no significa que la cotizaci¨®n p¨²blica sea por s¨ª sola una garant¨ªa de esas bondades. La historia de la infamia financiera est¨¢ plagada de empresas cotizadas en los m¨¢s amplios y profundos mercados de acciones que quebraron, defraudaron o enga?aron a propietarios y supervisores.
Las posibilidades de que los mercados burs¨¢tiles garanticen acceso a capital suficiente no depende tanto de la voluntad de las cajas como de la propia situaci¨®n de los mercados. Los valores bancarios en toda Europa llevan m¨¢s de un a?o castigados por la influencia de la crisis econ¨®mica, y muy especialmente por la correspondiente a los mercados de deuda p¨²blica de la eurozona. El momento no es el mejor, y dice mucho de la contundencia de la decisi¨®n adoptada por esas cajas y del respeto a las recomendaciones de las autoridades que opten por esa flotaci¨®n de capital en un momento que no es precisamente el ¨®ptimo. A las cajas les viene bien ese escrutinio amplio y el aumento de las exigencias sobre la calidad de los ¨®rganos de gobierno. No tan grave como el control de los pol¨ªticos es que la mayor¨ªa de estos (con algunas honrosas excepciones reflejadas en la calidad de la gesti¨®n y los resultados de las cajas) han designado a responsables que no siempre han satisfecho las exigencias t¨¦cnicas requeridas. Algunos presidentes de cajas para garantizar su pervivencia han sido especialmente habilidosos en liquidar a ejecutivos t¨¦cnicamente mejores que ellos mismos. Otros han asumido riesgos manifiestos al margen de la prudente gesti¨®n. Las exigencias de buen gobierno asociadas a la cotizaci¨®n p¨²blica son muy convenientes.
La otra gran cuesti¨®n que suscitan estas salidas es la suficiencia sobre la estabilizaci¨®n del sistema bancario y la normalizaci¨®n (muy necesaria) de los flujos crediticios al sector real. La contracci¨®n del cr¨¦dito est¨¢ da?ando el crecimiento econ¨®mico y acelerando la mortalidad empresarial. En s¨ªntesis, impide la modernizaci¨®n de la econom¨ªa espa?ola. Bueno ser¨ªa que el empe?o en esta legitimaci¨®n con los est¨¢ndares de la econom¨ªa de mercado las autoridades se empe?aran otro tanto en supervisar el correcto cumplimiento de las funciones para las que fueron licenciadas todas las entidades bancarias. De no ser as¨ª, de poco servir¨¢ la irrupci¨®n en los mercados de acciones de las cajas de ahorros.
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