La espuela de Nadal
A pesar de la derrota, Santana cree que los ¨¦xitos anteriores del mallorqu¨ªn inspirar¨¢n a los j¨®venes tenistas espa?oles
Le ofrecen cerveza, le piden fotos y aut¨®grafos y le felicitan por el vino que apadrina. Es imposible acercarse a la puerta principal de Wimbledon con Manuel Santana, el campe¨®n de 1966, sin que le detengan los admiradores, algunos socios que le vieron alzarse con el t¨ªtulo o j¨®venes aficionados que le han visto en el palco real.
De Santana a Rafael Nadal, cinco veces finalista de Wimbledon, dos ganador, hubo un vac¨ªo de 40 a?os sin un espa?ol en el partido decisivo. Antes, los enviados especiales espa?oles ni so?aban con el privilegio de asistir a la cena de los campeones, honor que ocupa solo uno de la misma nacionalidad del vencedor. Ahora no hay urgencias. Nadie se pelea por la silla. Santana lo entiende y es optimista. Pese al vac¨ªo que viene, sin canteranos que despunten como sus predecesores, cree que habr¨¢ m¨¢s ediciones de Wimbledon protagonizadas por espa?oles.
"Es importante que los j¨²niors vengan aqu¨ª", dice el campe¨®n de 1966
"Los espa?oles no jugaban antes en Londres a su nivel", a?ade
"Pienso que las nuevas generaciones estar¨¢n convencidas de la necesidad de jugar aqu¨ª como lo hace Rafa", explica el ganador de cuatro t¨ªtulos del Grand Slam, que asisti¨® at¨®nito a 40 a?os de desprecio hacia el torneo por parte de los espa?oles. "Este a?o hemos visto a Feli [Feliciano L¨®pez] de nuevo en cuartos; a David Ferrer llegando lejos, aunque esta no sea su superficie... Por eso pienso que es importante que los j¨²niors vengan aqu¨ª, que conozcan la hierba y la vean. Creo que Javier Mart¨ª, el que m¨¢s despunta entre los de la generaci¨®n de los de 18 o 19 a?os, jam¨¢s ha venido a Wimbledon", prosigue.
"Veremos qu¨¦ pasa, pero ah¨ª est¨¢ el ejemplo de Nadal. Los j¨®venes se fijan en ¨¦l porque es un tenista impresionante, uno que ha demostrado que aqu¨ª se puede jugar. Es una inspiraci¨®n. La inspiraci¨®n que yo, desgraciadamente, no pude ser", concluye.
Santana no abri¨® las puertas del torneo a otros tenistas espa?oles. Pag¨® el que en aquella ¨¦poca Espa?a fuera un erial deportivo y que su especialidad viviera tiempos turbulentos. Andr¨¦s Gimeno, que gan¨® Queen's, otro prestigioso torneo sobre hierba, no pod¨ªa participar en Wimbledon porque estaba reservado a los jugadores aficionados, los amantes del tenis que no ganaban dinero con su deporte, mientras que ¨¦l era profesional. Solo tuvo tiempo de llegar a las semifinales, en 1970, cuando comenz¨® la era abierta (1968), igual que Manuel Orantes lo logr¨® en 1972. Desde entonces, casi un desierto.
Nadal invirti¨® esa tendencia. Sus ¨¦xitos, retransmitidos por Internet y las televisiones, llegados desde Londres a todas las esquinas del planeta, ser¨¢n una espuela en el ¨¢nimo de las nuevas generaciones, seg¨²n insiste Santana.
"Antes, los espa?oles no jugaban aqu¨ª a su nivel", dice el excampe¨®n. "Ahora, s¨ª. Hay un j¨²nior por ah¨ª, Alberto Alcaraz [16 a?os, el n¨²mero 1.581], que me gusta porque es alto, tiene un buen servicio y juega bien. ?l, como el resto, ha visto el prodigio de Nadal, c¨®mo un espa?ol es capaz de adaptarse a todas las superficies. Yo le admiro. Para m¨ª, es un orgullo decir que soy su amigo".
Santana es testimonio vivo de lo especial que es Wimbledon. En la solapa luce una insignia de plata del club. Al otro lado, la chapa morada que le distingue como campe¨®n. En el club m¨¢s exclusivo, todos son puertas abiertas para los que levantaron la corona. Est¨¢n Nadal y ¨¦l, pero ambos sue?an con tener compa?¨ªa alg¨²n d¨ªa.
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