Mladic demora el inicio de su juicio por genocidio en La Haya

Ratko Mladic consigui¨® retrasar ayer la apertura del juicio en su contra ante el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY). En cuesti¨®n de pocos minutos, el exgeneral serbobosnio protagoniz¨® uno de los sucesos m¨¢s tensos recordados en La Haya, sede del tribunal. Desafiante, se encar¨® con el presidente de la sala, el holand¨¦s Alphons Orie, para denunciar "el pisoteo de los derechos humanos" que sufr¨ªa. Cada vez m¨¢s confiado, puso luego en duda la credibilidad de una corte que, seg¨²n dijo, "me impide tener un defensor de mi elecci¨®n". Cuando la situaci¨®n rayaba lo insostenible, anunci¨® al juez que no pensaba "escuchar la lectura de uno solo de los cargos en mi contra". En ese punto, y al ver que Mladic se dirig¨ªa a voces a la galer¨ªa del p¨²blico, con sus seguidores, pero tambi¨¦n v¨ªctimas de las guerras de los Balcanes, le echaron por alterar el orden.

El tribunal tiene que investigar ahora a los abogados que propone el acusado

A Mladic la fiscal¨ªa le imputa 11 cargos de genocidio, cr¨ªmenes de guerra y contra la humanidad. El primero de ellos es el m¨¢s grave, y se refiere a los 8.000 varones musulmanes asesinados en 1995 en Srebrenica (Bosnia). El antiguo comandante en jefe de las tropas serbobosnias, presuntas autoras de esas muertes por orden suya, deb¨ªa declararse ayer inocente, o bien culpable. No solo declin¨® hacerlo. Desafiante desde el principio, apost¨® fuerte. La formaci¨®n de Mladic es estrictamente militar y necesita un abogado profesional que le represente. De momento, cuenta con uno de oficio, Aleksander Aleksic. Pero no le gusta. Quiere que le defienda Milos Saljic, conocido de su familia, y otro colega ruso. La identidad de ambos, as¨ª como la del resto de juristas incluidos en la lista que Mladic present¨® hace d¨ªas, est¨¢ siendo comprobada por la Secretar¨ªa del TPIY. Se trata de un trabajo delicado y el secretario ha pedido una pr¨®rroga. El tribunal intent¨® tranquilizar a Mladic record¨¢ndole que era cuesti¨®n de pocos d¨ªas. No hubo forma.

"Cuenta usted con Aleksic y la posibilidad de disponer de otros letrados en cuanto aclaremos su competencia profesional", le dijo el juez Orie. "?Qui¨¦n se cree usted? No me deja respirar", contest¨® Mladic. Conocido por su serenidad, el magistrado no se inmut¨® y volvi¨® a pedirle que se quitara de una vez la gorra de estilo militar que cubr¨ªa su cabeza.

Despu¨¦s de un tira y afloja que roz¨® el bochorno, Orie tom¨® una decisi¨®n: "Deduzco que no va a querer declararse inocente o culpable. Le recuerdo que la sala puede hacer, en nombre suyo, una declaraci¨®n de inocencia, y continuar el juicio".

"No, no, no. No pienso seguir aqu¨ª", dijo Mladic, levant¨¢ndose. Sin m¨¢s dilaci¨®n, fue expulsado de la sala. El problema es saber qu¨¦ pasar¨¢ ahora, porque la sesi¨®n se levant¨® sin fecha concreta para su reanudaci¨®n.