Holanda hace justicia con Srebrenica
Casi dos d¨¦cadas despu¨¦s del genocidio en Bosnia, un tribunal holand¨¦s acuerda indemnizar a tres v¨ªctimas de la peor matanza en Europa desde la II Guerra Mundial
La justicia holandesa fall¨® ayer a favor de las v¨ªctimas del genocidio de Srebrenica, sentando un precedente cuya trascendencia podr¨ªa ser hist¨®rica. Seg¨²n el Tribunal de Apelaci¨®n de La Haya, el Estado es responsable de la muerte de tres musulmanes, asesinados en 1995 por las tropas serbobosnias del general Ratko Mladic. Aunque la sentencia subraya que se trata de "un caso particular separado del conjunto del genocidio", es la primera vez que las autoridades holandesas se enfrentan al pago forzoso de una indemnizaci¨®n por su papel en la peor matanza registrada en Europa desde la II Guerra Mundial. Sus cascos azules proteg¨ªan Srebrenica, y la tragedia sigue pesando en la memoria colectiva nacional. Adem¨¢s, la nueva doctrina jur¨ªdica generada por la decisi¨®n, podr¨ªa acabar aplic¨¢ndose a otros pa¨ªses involucrados en misiones de paz de la ONU.
"El Ej¨¦rcito no debi¨® expulsar a las tres v¨ªctimas de su base militar", reza el fallo
La sentencia puede acabar aplic¨¢ndose a otros pa¨ªses con misiones de la ONU
Los jueces han resuelto que "Holanda ostentaba el control efectivo de sus tropas en 1995, y no debi¨® expulsar a las tres v¨ªctimas de su base militar". Se trata del electricista Rizo Mustafic, y de Ibro y Mohamed Nuhanovic, padre y hermano de Hasan, un traductor oficial. "El batall¨®n holand¨¦s hab¨ªa sido ya testigo del maltrato y muerte de hombres musulmanes a manos de efectivos serbobosnios", reza la resoluci¨®n. Y contin¨²a: "Los cascos azules deber¨ªan haber comprendido que el tr¨ªo en cuesti¨®n ser¨ªa asesinado".
Como empleado regular de la base, Mustafic suplic¨® quedarse protegido dentro del recinto. No le hicieron caso y lo llevaron fuera de la valla de la ONU. Poco despu¨¦s muri¨® tiroteado por las tropas de Mladic. La familia Mustafic interpuso la demanda. A pesar de los esfuerzos de Hasan Nuhanovic, el otro demandante, sus familiares corrieron igual suerte. Al ver que los acontecimientos se precipitaban, pidi¨® para los suyos un pase similar al que hab¨ªa recibido de los soldados holandeses. A su padre y hermano les hubiera servido de salvoconducto para escapar de la muerte. El Ej¨¦rcito serbobosnio entr¨® en Srebrenica el 11 de julio de 1995. Dos d¨ªas despu¨¦s, y ante las c¨¢maras de las televisiones internacionales, los cascos azules permitieron que los hombres de entre 12 y 77 a?os fueran separados de las mujeres. Ellos cayeron abatidos. A ellas las deportaron junto con sus hijos peque?os y los ancianos. Mustafic y los Nuhanovic fueron los ¨²ltimos refugiados en abandonar la base. En el interior, hab¨ªa entre 4.000 y 5.000 personas. A sus puertas se agolpaban hasta 20.000 civiles m¨¢s.
Hasan Nuhanovic sobrevivi¨® porque los oficiales holandeses le mantuvieron en activo hasta el final. Los cad¨¢veres de su familia y el del electricista aparecieron a?os despu¨¦s en una fosa com¨²n. Ayer, el traductor apenas pod¨ªa creerse que hab¨ªa ganado el caso. "Busco a los asesinos de mi familia, que siguen en Serbia. Uno de ellos incluso trabaja en el mismo edificio que yo. Este es un paso muy positivo. No lo esperaba", dijo en un ingl¨¦s impecable. "Estoy muy contento. Sobre todo porque dentro de poco podr¨¦ enterrar a mi padre", a?adi¨® Damir Mustafic, pariente del muerto. El pr¨®ximo 11 de junio, habr¨¢ otro sepelio colectivo en Srebrenica. Son los cuerpos de 600 v¨ªctimas arrojadas en su d¨ªa a fosas comunes.
Hasta ahora, las familias de Srebrenica hab¨ªan perdido todas las demandas interpuestas en Holanda. Los cascos azules operan a las ¨®rdenes de Naciones Unidas, que goza en principio de inmunidad. As¨ª que no hab¨ªa forma de traspasar esa barrera. En 2008, ya vieron rechazado un recurso similar por ese motivo. Cogido por sorpresa, el Ministerio de Defensa holand¨¦s ha dicho que estudiar¨¢ a fondo la actual decisi¨®n judicial. "Hemos ganado en todas las instancias anteriores. Necesitamos tiempo", a?adieron los portavoces de Defensa.
Munira Subasic, presidenta de la Asociaci¨®n de Madres de Srebrenica, no ten¨ªa dudas. "Por fin se ha hecho justicia a los muertos. Ojal¨¢ que el Ej¨¦rcito holand¨¦s haya aprendido la lecci¨®n y esto no vuelva a pasar", proclam¨®. La abogada holandesa de los tres demandantes, Liesbeth Zegveld, fue algo m¨¢s cauta. "El sumario est¨¢ muy claro, pero sigue siendo un asunto muy delicado pol¨ªticamente. No cre¨ª que fuera posible. Tal vez puedan ganarse otros casos a partir de ahora. Aunque las v¨ªctimas no buscan compensaciones millonarias. Es una cuesti¨®n de principios", asegur¨®.
En la ¨²ltima d¨¦cada, Holanda ha ido perdiendo la inocencia poco a poco. El primer asalto fue el genocidio de Srebrenica. Luego la golpearon los asesinatos pol¨ªticos del l¨ªder xen¨®fobo Pim Fortuyn, y del cineasta Theo van Gogh.
En 2002, siete a?os despu¨¦s de Srebrenica, el Gobierno de centro-izquierda dimiti¨® porque se sent¨ªa "moralmente responsable, aunque no culpable" de lo ocurrido. Un instituto especializado en estudios sobre la guerra, calific¨® de "imposible", la misi¨®n militar de los cascos azules holandeses destacados en Bosnia. Tambi¨¦n subray¨® que en 1995 pidieron, sin ¨¦xito, refuerzos a la OTAN.
Pero a¨²n sigue viva una doble imagen poderosa: el brindis de Ratko Mladic con el general holand¨¦s Thom Karremans, y la posterior despedida final de los hombres y mujeres musulmanes bosnios de Srebrenica.
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