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Tiene un evidente inter¨¦s seguir los avatares del caso del dominical sensacionalista brit¨¢nico News of the World. El servicio de escuchas particular que la publicaci¨®n hab¨ªa levantado para tener acceso a informaciones privadas, interfiri¨® el buz¨®n de voz del m¨®vil de soldados muertos en servicio y de una joven desaparecida, llevando a sus padres a creer que estaba viva cuando ya hab¨ªa sido asesinada. Es tal el grado de conmoci¨®n por la infiltraci¨®n de un noticiario en casos que conmovieron al pa¨ªs, que la polic¨ªa ha ordenado que se revisen los tel¨¦fonos relacionados con casos de desapariciones desde el a?o 2001, incluido el de la ni?a Madeleine McCann, para conocer si era pr¨¢ctica habitual.
En este quiosco enlodado, hasta el detective privado que fue condenado por las escuchas a la Casa Real brit¨¢nica y a actores como Sienna Miller o Hugh Grant, ha enviado un comunicado para asegurar que sus esfuerzos para la publicaci¨®n no persegu¨ªan otro fin que el de ayudar a la investigaci¨®n policial. Como todo buen mordisco sobre el poder establecido, las ramificaciones son sustanciales. Uno de los editores del News fue Andy Coulson, secretario de comunicaci¨®n y spin doctor de David Cameron hasta que se forz¨® su dimisi¨®n. Y el due?o de la publicaci¨®n, el grupo de Murdoch, capitaliza la enorme tajada del sensacionalismo brit¨¢nico con su publicaci¨®n hermana, The Sun, y hoy aspira a quedarse con el 100% de la cadena Sky.
Hasta ahora, en la jerga popular, el News of the World era conocido como Screws of the World, algo as¨ª como Folleteos del mundo, por su dedicaci¨®n hist¨¦rica a revelar qui¨¦n se acostaba con qui¨¦n en este planeta nuestro. He aqu¨ª el punto de reflexi¨®n m¨¢s interesante. Mientras las v¨ªctimas del espionaje de este periodismo delincuente eran carne de ca?¨®n del apetito cotilla, todo era placer y venta.
Pero al tocar elementos m¨¢s sensibles se retiraron incluso anunciantes, esos que nunca quieren manchar su limpia imagen con sangre de verdad. Una vez m¨¢s los delitos son juzgados en funci¨®n de las v¨ªctimas y no del propio delito. Este estilo de informaci¨®n era sostenido por m¨¢s de dos millones de compradores, pero el domingo que viene, no la rentabilidad, sino la verg¨¹enza, conducir¨¢ al cierre de la cabecera.
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