Esto es el Tour
Wiggins se retira con la clav¨ªcula rota en otra etapa de ca¨ªdas y con victoria de Cavendish
Que un l¨ªder necesita a sus equipiers tanto como estos necesitan un l¨ªder es una de las verdades universales del ciclismo con la que, seguramente, no est¨¢ de acuerdo Kiryienka, que ni es l¨ªder ni equipier, sino ¨¦l mismo y que por eso prefiri¨® llegar fuera de control el jueves a colaborar con nadie. Cuando el at¨®mico bielorruso gan¨® una etapa en el Giro, uno de sus compa?eros, un ciclista con autoridad moral en el Movistar, le dijo: "Me alegro mucho por tu victoria, pero eres un jeta". Una semana antes, cuando el objetivo que daba sentido a su participaci¨®n en el Giro era la victoria por equipos, el bielorruso respondi¨® levantando el pie cuando le pidieron un esfuerzo para llegar lo m¨¢s delante posible en una etapa de monta?a. "El mayor premio para uno que trabaja para los dem¨¢s es subir al podio todos juntos", dice Jos¨¦ Luis Arrieta, su primer Tour como director. "Y Kiryienka les priv¨® de ello".
"Es el Tour m¨¢s nervioso que he corrido desde hace siete a?os", dice Barredo
El premio que est¨¢ buscando este Tour el Movistar, el objetivo que une a todos, que genera el compromiso necesario, no incluye una subida colectiva al podio, sino un maillot verde para uno de ellos, el campe¨®n de Espa?a, Jos¨¦ Joaqu¨ªn Rojas, quien, tras haberlo cedido por un punto a Gilbert el jueves lo recuper¨® ayer despu¨¦s de puntuar en los dos sprints del d¨ªa ayudado por sus siete compa?eros. "Ser¨¢ complicado, pero voy a luchar hasta el final", dice el r¨¢pido de Cieza. "A Hushovd creo que le cansar¨¢ tantos d¨ªas de amarillo, por lo que creo que el mayor rival ser¨¢ Cavendish, uno que es capaz de encadenar cuatro o cinco victorias y sumar much¨ªsimos puntos". Lo dec¨ªa Rojas en Le Mans, al lado del circuito, antes de salir, entre chaparr¨®n y chaparr¨®n, casi seis horas antes de que Cavendish, para darle la raz¨®n, y tambi¨¦n para dar sentido al trabajo de sus equipiers, ganara en Ch?teauroux, donde hace tres a?os consigui¨® su primer triunfo (lleva 17), una etapa que, como todas las de la semana, se gan¨® a pulso el apelativo de etapa Tour. "Quiero ganar todas las etapas que pueda", dijo el ingl¨¦s, que gracias al lanzamiento de Renshaw en los ¨²ltimos metros resisti¨® el intento de anticipaci¨®n a lo Petacchi de Greipel. "El maillot verde lo veo m¨¢s complicado. El nuevo m¨¦todo [punt¨²an los 15 primeros en meta y en un sprint intermedio] favorece a otro tipo de corredores como Gilbert o Rojas que quiz¨¢s no sean tan r¨¢pidos, pero que estar¨¢n todos los d¨ªas".
Tambi¨¦n en Le Mans, entre r¨¢faga y r¨¢faga de viento, ya preocupado antes de montar en la bici, Carlos Barredo dice: "Es el Tour m¨¢s nervioso que he corrido desde hace siete a?os". Es una apreciaci¨®n que tiene ¨¦xito, a nadie nada le parece tanto como lo de ahora, que, sin embargo, en el caso del escalador asturiano tenga su raz¨®n objetiva en el hecho de que este es el primer Tour que corre como equipier para un l¨ªder que piensa en la victoria. Mientras que antes funcionaba m¨¢s o menos como electr¨®n libre, sin preocuparse por perder tiempo por ir mal colocado, en el Rabobank solo debe pensar en las necesidades de Robert Gesink, en su tensi¨®n, en sus nervios, uno que no debe perder ni un segundo en la semana de eliminaci¨®n, la primera, aquella que se niega a robarle el sentido al t¨®pico ese que dice que son d¨ªas en que no se puede ganar el Tour pero s¨ª perderlo. La mano inocente que d¨ªa tras d¨ªa saca papeletas aciagas con el n¨²mero desafortunado acert¨® ayer con Bradley Wiggins, el ingl¨¦s que roz¨® el podio en 2009, que perdi¨® 13 kilos para poder con las monta?as y que, tras ganar la Dauphin¨¦, con sus aspiraciones en el Tour daba sentido este a?o a la existencia del Sky, y a la vida de sus equipiers, de gente como Flecha, Zandio y Ur¨¢n, que deber¨¢n superar la sensaci¨®n de orfandad y la desorientaci¨®n que lleva aparejada.
La primera semana, dice Contador, que arrastra un retraso de m¨¢s de minuto y medio, terminar¨¢ entre hoy con la subida a Super-Besse, en la regi¨®n del Puy de D?me, y, sobre todo, ma?ana, con los primeros puertos dignos de ese nombre. Dos d¨ªas a partir de los cuales las diferencias entre los mejores las decidir¨¢n las piernas, no la fortuna. Sus escaladores, que diariamente pierden tiempo para estar m¨¢s fuertes los d¨ªas m¨¢s necesarios, encontrar¨¢n por fin una raz¨®n para seguir.
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