Narcos de antes
Desde tiempos remotos aseguran las infalibles audiencias que La 2 no la ve nadie, aunque resultara de buen tono entre los falsarios afirmar que les apasionaba su oferta cultural y los documentales centrados en la naturaleza y en la inexplorada vida de sus animalitos. Consecuentemente, urg¨ªa su privatizaci¨®n o cerrar el garito. Discrepo del maximalista "nadie". Aunque uno sea muy poquita cosa, como cualquier persona, soy alguien. Y aunque me cargue mucho la obsesi¨®n de La 2 por ejercer de reivindicativa, nada selectiva y machacante filmoteca del cine patrio y maldito de autor (que l¨®gicamente resulta inestrenable en los cines una parte notable de ¨¦l), es uno de los escasos canales gratuitos en los que no me siento tratado como un imb¨¦cil, que no me provocan el racional impulso de apagar la tele.
Existe criterio en la programaci¨®n de documentales, hay entrevistas con sentido a gente que tiene algo interesante que contar, los g¨¦neros est¨¢n tratados con conocimiento y mimo. Me resulta dif¨ªcil irme a dormir ante el enganche que me crea la casi siempre mod¨¦lica La noche tem¨¢tica. Pillo en la noche del jueves un reportaje, Los que caminan solos, protagonizado por pl¨¢cidos jubilados. Su pasado no lo fue. Formaban parte del Grupo Costa del Sol, una brigada de ¨¦lite especializada en los a?os setenta en detener a la gente que traficaba con una cosa ex¨®tica llamada droga. Se fumaba, se llamaba hach¨ªs y generaba mucho m¨¢s beneficio que el contrabando de cualquier otra cosa. Pero en los ochenta lleg¨® el esplendor de una sustancia blanca o marr¨®n que daba aun m¨¢s pasta. Se llamaba hero¨ªna. Daba infinito placer. A cambio pod¨ªa matar o convertir al usuario en una piltrafa. Lo que narran sin ¨¦nfasis estos profesionales es muy interesante. Tambi¨¦n aclaran que ninguno se hizo rico, aunque tuvieran un mill¨®n de oportunidades para pringarse. El documental ser¨ªa todav¨ªa m¨¢s inquietante y complejo si a?adieran el testimonio de los malos. Pero nos cuentan que todos ellos se negaron.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.