Lloros de cocodrilo
Dar¨ªa pena y ser¨ªa digno de compasi¨®n el presidente de la Comisi¨®n Europea (CE), Dur?o Barroso, cuando protesta porque la agencia de calificaci¨®n de riesgos Moody's degrada la deuda de su pa¨ªs de origen (Portugal), si no fuese uno de los m¨¢ximos representantes pol¨ªticos de los ciudadanos europeos en el momento en que habla. A nuestros representantes no se les pueden consentir ni l¨¢grimas de cocodrilo ni expresiones de impotencia como las de Dur?o. Porque degradan la calidad de la democracia; porque asumen acr¨ªticamente la derrota del poder pol¨ªtico por el econ¨®mico. Con la que est¨¢ cayendo. Alzan la voz de la ret¨®rica despu¨¦s de cuatro a?os de crisis econ¨®mica en la que estas agencias han campado seg¨²n sus intereses, pasando de la AAA a los bonos basura, sin rendir cuentas de sus errores.
Tres empresas privadas, en r¨¦gimen de oligopolio, doblan el pulso a las autoridades pol¨ªticas europeas
Escandaliza saber que despu¨¦s de que el tr¨ªo de instituciones compuesto por la CE, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional haya logrado forzar la mano a Grecia para que aplique un plan de rigor mortis que supondr¨¢ el empobrecimiento de su poblaci¨®n durante m¨¢s de una generaci¨®n, a cambio de nuevas ayudas y una reestructuraci¨®n de la deuda, la agencia Standard & Poor's amenace con declarar el "impago selectivo" (la suspensi¨®n de pagos) del pa¨ªs heleno, si esas instituciones siguen adelante con su plan de involucrar al sistema financiero privado en el rescate. ?C¨®mo es posible tanta fatal arrogancia?
Mientras la Comisi¨®n remata la regulaci¨®n del sector de las calificadoras de riesgo -empresas privadas, que se autorregulan a s¨ª mismas- o concreta si va a crear una agencia europea, ?no puede abrir un expediente informativo a tres sociedades que act¨²an en r¨¦gimen de oligopolio (controlan m¨¢s del 90% del mercado de calificaciones de pa¨ªses y empresas), para determinar si hay abuso de poder dominante, de las que se sospecha que en su interior no se respetan las murallas chinas que han de evitar los conflictos de intereses, para conocer los ¨ªndices sint¨¦ticos con los que elaboran sus informaciones (algo as¨ª como la f¨®rmula de la Coca-Cola en las finanzas), etc¨¦tera? ?No puede el poder pol¨ªtico ense?ar los dientes sin violentar las garant¨ªas, pero sin permanecer al tiempo aborregado, an¨¦mico, ante interpretaciones sesgadas y cuyo trabajo "no es ¨®ptimo", como expresan el mismo Dur?o Barroso o el a¨²n presidente del BCE? ?Puede Europa investigar, por ejemplo, el monopolio de Microsoft y no el de las agencias?
No es verdad que todos los analistas que trabajan en las agencias de calificaci¨®n sean treinta?eros que saben mucho de su especialidad y nada del contexto y las consecuencias para el bienestar de lo que analizan. Algunos de ellos son veintea?eros.
No busquemos chivos expiatorios. No hay un solo responsable. Ni siquiera solo el conjunto de ideas autorreguladoras en las que se han apoyado las calificadoras para manifestar su poder omn¨ªmodo.
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