Las causas de la indignaci¨®n
Los lectores exponen algunos de los motivos del malestar hacia los medios expresados en las asambleas del 15-M. Muchos creen que la prensa no refleja bien la realidad
El esc¨¢ndalo provocado por el diario brit¨¢nico News of the World, que ha obtenido datos confidenciales de miles de personas mediante escuchas ilegales, ha puesto a la prensa sensacionalista en la picota. News of the World ha llevado el "todo vale" en la competencia por el mercado hasta niveles delictivos, y aunque ha sido un medio riguroso como The Guardian el que ha investigado y denunciado esas pr¨¢cticas perversas, el da?o que ha generado puede repercutir negativamente sobre el conjunto de los medios. El esc¨¢ndalo se produce justo en un momento en que se cuestiona su fiabilidad y su capacidad de intermediaci¨®n, como se ha visto en los debates auspiciados en Espa?a por el Movimiento 15-M. La falta de reacci¨®n de los profesionales del periodismo para atajar este tipo de comportamientos ha puesto en cuesti¨®n adem¨¢s su capacidad de autorregulaci¨®n.
La correspondencia recibida a prop¨®sito de mi anterior art¨ªculo, Indignados con los periodistas, me ha brindado la oportunidad de comprobar la amplitud del malestar hacia la prensa y los t¨¦rminos en que se expresa. Algunos de los lectores que me han escrito pertenecen al Movimiento 15-M y muchos otros simpatizan con sus postulados. En sus exposiciones se perfilan dos posiciones. Una de ellas, minoritaria entre mis interlocutores, hace una descalificaci¨®n global, radical, del actual sistema de medios: ninguna concesi¨®n al periodismo que se vende en forma de producto. Para este segmento, el periodismo que ahora se ejerce en los medios tradicionales est¨¢ condenado a morir, pues las redes contienen el germen de un nuevo sistema de comunicaci¨®n que ya no precisar¨¢ de este tipo de intermediaci¨®n.
Uno de los trabajos m¨¢s elaborados de esta corriente de opini¨®n es el que me env¨ªa Javier Molt¨®. Se titula La democracia no puede depender del periodismo y fue publicado en su blog en abril pasado. La otra posici¨®n considera que el periodismo sigue siendo necesario, pero para cumplir su funci¨®n debe cambiar profundamente.
Marcos Velasco, integrante del Movimiento 15-M, lo explica as¨ª: "Hay una corriente dentro del 15-M en tal punto de indignaci¨®n, que arremete por igual contra todo lo establecido. Forma parte de ese enfado colectivo que provoca reacciones emocionales, no por esto menos justificadas, pero s¨ª desmedidas. Esta corriente desea un nuevo sistema. Una catarsis. Pero mueren de idealismo y cuando tienen que exponer sus argumentos en asamblea no llegan a consenso".
"Hay" prosigue, "una corriente m¨¢s moderada que pretende aportar soluciones creativas (...) con un af¨¢n constructivo pero severo y exigente". En todo caso, para Velasco, "el verdadero cambio del periodismo est¨¢ en la Red".
Aunque con diferentes argumentos y ¨¦nfasis, hay una serie de cr¨ªticas que se repiten en casi todos los escritos. Intentar¨¦ sintetizarlas. En primer lugar, los lectores consideran que los medios no reflejan bien la realidad, porque la distorsionan o porque ocultan partes relevantes. En segundo lugar, observan una tendencia a incluir opini¨®n en los titulares y en los textos informativos. Algunos observan que los titulares de portada son, al menos en una parte de la prensa, cada vez m¨¢s valorativos y m¨¢s alejados de la pretensi¨®n de objetividad. Tanto la valoraci¨®n como la presentaci¨®n de las noticias se decanta cada vez con mayor descaro en funci¨®n de las posiciones pol¨ªticas a las que el medio es af¨ªn.Muchos lectores se refieren, en tercer lugar, al peso que tienen los intereses propios de las empresas period¨ªsticas en los contenidos informativos de sus medios. Desde intereses econ¨®micos de grupo a servidumbres pol¨ªticas. Y en este contexto de creciente atrincheramiento empresarial, tambi¨¦n cuestionan la capacidad de los periodistas para sustraerse a las presiones del propio medio.
Otra causa de malestar es, seg¨²n estos lectores, la tendencia a mezclar informaci¨®n y entretenimiento. Lo cual no se traduce solo en un aumento de los contenidos espectaculares, sino tambi¨¦n en una tendencia a exagerar los aspectos m¨¢s llamativos o impactantes de cualquier noticia. Finalmente, observan una gran vulnerabilidad de los medios frente a inercias del mercado y modas que pueden parecer espont¨¢neas, pero que en realidad son el resultado de una estrategia dise?ada con criterios de mercadotecnia por quienes comercializan esos productos.
Pido perd¨®n a los lectores que me han escrito largas reflexiones, algunas de varios folios, por la inevitable simplificaci¨®n de las ideas que ellos han expresado con lujo de argumentos y ejemplos. Encontrar¨¢n ustedes una muestra de las aportaciones que he recibido -m¨¢s de 40 hasta ahora- en el espacio "Los lectores opinan de periodismo", en la p¨¢gina de la Defensora en Elpais.com.
Pero voy a detenerme ahora en el primero de los motivos de malestar, el que podemos resumir en la frase "el periodismo no nos representa". No nos representa, dicen, porque oculta una parte de la realidad o la distorsiona. Entre los que desarrollan este argumento est¨¢ Alejandro Mart¨ªnez, de la Plataforma Democracia Real Ya de Santiago de Compostela. Pone como ejemplo la tardanza de los medios en reconocer al movimiento. "Nos hemos preguntado por qu¨¦ ustedes nos obviaban, nos ninguneaban. Tal vez por no perjudicar a sus accionistas, a sus amigos en el Congreso, o a sus empresas", escribe.
Para Lois Doce, una forma de distorsionar la realidad es tomar la parte por el todo y magnificarla, como cuando en ciertos diarios se present¨® al movimiento como un energ¨²meno capaz de zarandear a un ciego y robarle su perro. Distorsi¨®n es tambi¨¦n repetir una y otra vez, en cientos de titulares, que se va a rescatar a Grecia, "cuando es a los bancos a quien se va a rescatar", dice. Varios lectores, entre ellos Andr¨¦s Sempere, Clara Ar¨¦valo, Marta Cantero o M. H., un bloguero que no quiere revelar su identidad, critican la incapacidad de muchos periodistas para sustraerse a la versi¨®n y los intereses de las fuentes. Y la de los medios para reflejar el sentir de los movimientos sociales y recoger ideas diferentes de las que proceden del poder establecido. Consideran que los contenidos de los medios est¨¢n demasiado dominados por las agendas que les imponen desde fuera y que muchas veces las noticias omiten datos muy relevantes para los ciudadanos.
Vean algunos ejemplos. Miguel Cereceda critica que no se explique qui¨¦n est¨¢ detr¨¢s de las agencias de calificaci¨®n de riesgo y los intereses econ¨®micos que hay tras las valoraciones que hacen. Por su parte, Xo¨¢n Loances Fandi?o y su madre Olga Fandi?o exponen dos casos, uno de ellos referido a este diario. Critican que cuando se anunci¨® la incorporaci¨®n de Arianna Huffington al Consejo de Administraci¨®n de la empresa que edita EL PA?S se explic¨® que hab¨ªa vendido The Huffington Post al grupo AOL por 315 millones de d¨®lares, pero se omiti¨® que algunos de sus blogueros hab¨ªan presentado una demanda colectiva por la que le reclaman una parte del dinero obtenido en esa venta, noticia que hab¨ªa sido publicada en el diario unas semanas antes.
El segundo ejemplo se refiere a los informes emitidos por FEDEA. Consideran que cada vez que se publica uno de sus estudios, deber¨ªa informarse de qui¨¦n integra esa fundaci¨®n, pues entre sus patronos figuran los principales banqueros del pa¨ªs. En general, deber¨ªa publicarse siempre este dato, ya que muchos de los informes econ¨®micos que se presentan con apariencia de independencia no lo son tanto como se pretende, pues han sido promovidos o financiados por entidades con intereses pol¨ªticos y econ¨®micos muy concretos.
Todo ello lleva a Juan Carlos Lorenzana a un diagn¨®stico bastante duro: "Su profesi¨®n, no digo que haya muerto, pero le aseguro que ha perdido el respeto que sus antecesores se ganaron". Lectores como M. H. son muy cr¨ªticos, pero a¨²n conf¨ªan en la capacidad del periodismo para reaccionar. "Todo esto no quiere decir que pueda ni deba prescindirse de la prensa, ni de los medios. Tampoco de la profesionalidad de los periodistas. Pero queremos (...) medios que salvaguarden la independencia de los buenos periodistas, que sepan que la funci¨®n crucial que ejercen en una democracia exige un ejercicio de responsabilidad y honestidad". Para Marcos Velasco: "La responsabilidad de los profesionales de la informaci¨®n es poner orden a todo ese caos. Y no olvidar los valores: honestidad, veracidad e independencia".
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