CiU-PP, una alianza coherente

Decimos una y otra vez que la globalizaci¨®n nos afecta a todos cada d¨ªa m¨¢s y en m¨¢s aspectos de la vida, pero a veces no acabamos de extraer las consecuencias correspondientes. Ahora mismo, el esc¨¢ndalo por las malas pr¨¢cticas period¨ªsticas del grupo Murdoch en el Reino Unido puede parecer un asunto interno de la pol¨ªtica brit¨¢nica. Y desde luego que lo es. Pero en el Consejo de Administraci¨®n de News Corporation, la empresa de Murdoch, se sienta el expresidente del Gobierno espa?ol Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, presidente tambi¨¦n de la Fundaci¨®n FAES, desde la que se emiten las propuestas ideol¨®gicas conservadoras seg¨²n las cuales act¨²a el PP. Al imperio empresarial de Murdoch pertenec¨ªa no solo el diario sensacionalista News of the World. Pero no es solo una cuesti¨®n de amarillismo: el grupo destaca tambi¨¦n por el conservadurismo, que difunde a trav¨¦s de medios de enorme influencia en Estados Unidos como la cadena Fox de televisi¨®n y diarios como The Wall Street Journal, y adem¨¢s en el Reino Unido por un euroescepticismo militante predicado tanto en sus diarios sensacionalistas como en The Times.

Hace ya tiempo que los democristianos de anta?o, al estilo de lo que fue Jordi Pujol, se han hecho neoliberales

Es en estos medios -aunque por supuesto no solo en ellos, porque la galaxia comunicacional que emite en clave neoliberal es inmensa- donde se ha puesto en la picota en los ¨²ltimos tres a?os a los Gobiernos socialistas de Portugal, Grecia y Espa?a, hasta lograr que se arrodillaran ante los mercados financieros, expresi¨®n que en realidad significa los bancos y fondos de inversi¨®n que predican en beneficio propio las bondades de la desregulaci¨®n de los mercados financieros a escala mundial. Y en algunas ocasiones incluso con art¨ªculos firmados por Aznar referidos a la econom¨ªa espa?ola.

De manera que cuando una fuerza pol¨ªtica como CiU decide aliarse con el PP, como sucede en la actualidad en Catalu?a, tal decisi¨®n debe ser considerada en el contexto global en el que se produce. Sabe qu¨¦ hace. Conoce bien a su partenaire. El acuerdo es en realidad una cristalizaci¨®n solemne de la mayor¨ªa conservadora existente en el Parlament, tras la derrota de las izquierdas registrada en las elecciones auton¨®micas de noviembre pasado. Y es tambi¨¦n congruente con las principales decisiones en materia de alianzas adoptadas por CiU tras las elecciones municipales del 22 de mayo: entregar la alcald¨ªa de la tercera ciudad de Catalu?a por su n¨²mero de habitantes, Badalona, a un pol¨ªtico del PP y elegir tambi¨¦n al PP como socio para gobernar la Diputaci¨®n de Barcelona.

Pero es, sobre todo, expresi¨®n de un alineamiento pol¨ªtico-ideol¨®gico de CiU coherente en el contexto global, que se materializa en los varios escenarios pol¨ªticos en que act¨²a. A estas alturas no es una sorpresa. Hace ya bastantes a?os que los partidos democristianos o socialcristianos en cuyos par¨¢metros ideol¨®gicos se inscrib¨ªa la CiU de Jordi Pujol en sus ya lejanas primeras andaduras se disolvieron en el magma del conservadurismo puro y duro. Ahora se sit¨²an todos en el campo de neoliberalismo y han dejado a los socialdem¨®cratas de toda Europa sin el gran socio con el que defender el Estado de bienestar. De esto se quejaba amargamente semanas atr¨¢s en Barcelona el expresidente de la Comisi¨®n Europea Jacques Delors. Los partidarios del Estado de bienestar y la uni¨®n de Europa eran los democristianos, no los conservadores, advert¨ªa. Los conservadores conceb¨ªan Europa, cuando m¨¢s, como una zona econ¨®mica de librecambio. Ahora, los democristianos de anta?o se han hecho conservadores. Juntos predican el sacrificio de las pol¨ªticas m¨¢s o menos sociales a los mercados financieros y son, desde luego, incapaces de revitalizar un proyecto europeo que sacrifican siempre a sus respectivas urgencias nacionales.

El pacto presupuestario CiU-PP es coherente con la oposici¨®n mantenida por el partido de Artur Mas frente al Gobierno socialista en Espa?a, que apenas se distingue de la llevada a cabo por Mariano Rajoy. Es congruente con sus recientes alianzas municipales m¨¢s significativas. Y se inscribe plenamente en el marco pol¨ªtico-ideol¨®gico compartido por ambas fuerzas, en el que Aznar ejerce como predicador ora desde la FAES, ora desde los medios de Murdoch. Todo lo dem¨¢s, toda la impostaci¨®n nacionalista de unos y otros, es puramente instrumental. Y es obvio que ahora "no toca".