Obama urge al Congreso a un pacto para evitar la quiebra de EE UU

Barack Obama urgi¨® ayer al Congreso a alcanzar un acuerdo que evite el riesgo, ya visible e inmediato, de que el Gobierno de Estados Unidos se declare en quiebra, una posibilidad de catastr¨®ficas consecuencias para este pa¨ªs y para la econom¨ªa mundial. Para evitarlo, dem¨®cratas y republicanos est¨¢n obligados a un compromiso que exige enormes sacrificios pol¨ªticos y que nadie parece por ahora dispuesto a aceptar.

Si no se consigue ese acuerdo en unos pocos d¨ªas m¨¢s, EE UU se ve abocado a una situaci¨®n sin precedentes, en la que simplemente no podr¨¢ hacer frente a los pagos a los que est¨¢ obligado. Las consecuencias para EE UU y sus repercusiones en otras econom¨ªas son tan alarmantes que nadie puede pensar en que se llegue a eso. "Se producir¨ªa una crisis de credibilidad en EE UU, los tipos de inter¨¦s aumentar¨ªan dr¨¢sticamente y todas las familias sufrir¨ªan", advirti¨® ayer Obama en una conferencia de prensa que forma parte de un esfuerzo tit¨¢nico de la Casa Blanca por reconducir la situaci¨®n. Este asunto monopoliza estos d¨ªas la actividad pol¨ªtica de este pa¨ªs y seguir¨¢ siendo as¨ª hasta que se consiga un acuerdo.

La clase empresarial est¨¢ alarmada y la Bolsa de Nueva York abri¨® con p¨¦rdidas

La gravedad de la crisis har¨ªa pensar que, antes o despu¨¦s, se llegar¨¢ a una soluci¨®n. Y eso, que todav¨ªa es posible, ser¨ªa tambi¨¦n lo m¨¢s l¨®gico si no estuvieran en juego en esta batalla intereses pol¨ªticos en los que los dos partidos arriesgan gran parte de sus opciones en las presidenciales de 2012.

El asunto se remonta a muchos meses atr¨¢s, en realidad hasta el momento en que el Partido Republicano gan¨® el control de una de las c¨¢maras del Congreso, la C¨¢mara de Representantes. De acuerdo a las leyes de este pa¨ªs, el Congreso tiene que autorizar al Gobierno a asumir la nueva deuda que necesite para cubrir sus pagos. As¨ª se ha ido haciendo de forma rutinaria durante a?os sin que nadie prestara atenci¨®n. Pero esta vez, los republicanos, liderados por su facci¨®n m¨¢s conservadora, advirtieron que no dar¨ªan luz verde para m¨¢s deuda a menos que el Gobierno aceptase reducir el d¨¦ficit p¨²blico.

Empezaron hace meses negociaciones para cumplir esa condici¨®n. La Administraci¨®n present¨® un plan de recortes que inclu¨ªa un aumento de impuestos a los ingresos m¨¢s altos a partir de 2013. La oposici¨®n quer¨ªa recortes de gastos, pero no subidas de impuestos. En ese tira y afloja se lleva mucho tiempo. El l¨ªmite para asumir nueva deuda se ha ido prorrogando por periodos cortos mientras avanzaban las negociaciones. Esas pr¨®rrogas han acabado ya. Obama dijo ayer que se niega a extender el plazo por 30, 60 o 90 d¨ªas m¨¢s. "Esto hay que resolverlo ahora", dijo. Ahora significa antes del 2 de agosto, la fecha en la que se llega al l¨ªmite para asumir nueva deuda. Despu¨¦s de ese d¨ªa, el Gobierno se quedar¨¢ sin dinero para pagar sus facturas y sus cr¨¦ditos.

Es de suponer que el Tesoro tendr¨¢ alg¨²n plan de contingencia para afrontar una situaci¨®n como esa, pero el secretario Tim Geithner ha asegurado que no hay mucho margen. "El riesgo al que hacemos frente ha empezado ya en julio, pero a partir del 2 de agosto estaremos administrando humo", declar¨® ayer.

Los republicanos m¨¢s radicales no se creen esa amenaza y sospechan que es solo una t¨¢ctica de la Administraci¨®n para forzarles a firmar un acuerdo con el que no est¨¢n satisfechos. Pero lo cierto es que la clase empresarial est¨¢ alarmada y la Bolsa de Nueva York perd¨ªa ayer un 1,20% cuando acababa de hablar el presidente.

Una de las paradojas de este caso es que eran los republicanos los que m¨¢s inter¨¦s ten¨ªan en reducir el d¨¦ficit. Pero su insistencia, ideol¨®gica y filos¨®fica, en hacerlo sin subir los impuestos les deja ahora en una posici¨®n muy complicada. La ¨²ltima propuesta de Obama supone una reducci¨®n de cuatro billones de d¨®lares en 10 a?os, incluidos recortes en la Seguridad Social y en las ayudas a los pobres. Esta propuesta ha sido muy criticada por la izquierda, y la jefa de los dem¨®cratas en la C¨¢mara, Nancy Pelosi, ha amenazado con no respaldarla. Pese a eso, tampoco ha satisfecho a la derecha porque incluye alrededor de 800.000 millones de d¨®lares en aumentos de impuestos a los ingresos superiores a los 250.000 d¨®lares anuales.

Obama ha convocado a las dos partes a reuniones diarias hasta encontrar un arreglo.