Afpak, paquete explosivo
En Afpak hay de todo: talibanes, Al Qaeda, armas nucleares, mafias tribales, campos de amapolas, tropas extranjeras, emboscadas guerrilleras contra las tropas de la OTAN, asesinatos selectivos con aviones no tripulados estadounidenses, Gobiernos que gobiernan poco y mal, tr¨¢fico il¨ªcito de capitales, autoridades corruptas, madrasas fundamentalistas, mujeres con burka.
Hay m¨¢s cosas que nada tienen que ver unas con otras, por una raz¨®n muy sencilla: Afpak, sigla que une los nombres de Afganist¨¢n y Pakist¨¢n, no existe, ni ha existido nunca, salvo en los papeles del Departamento de Estado y de la Casa Blanca. E incluso su existencia virtual es y ser¨¢ cada vez m¨¢s d¨¦bil, a medida que se vaya hundiendo la estrategia que puso en marcha esta denominaci¨®n.
Empez¨® en Afganist¨¢n, pero el peligro est¨¢ en Pakist¨¢n, de donde deb¨ªa llegar la soluci¨®n
Afpak debe su precaria existencia a la actual presidencia de Estados Unidos. Barack Obama no criticaba a George Bush ¨²nicamente por su guerra de Irak, sino que inclu¨ªa la escasa atenci¨®n prestada a la guerra de Afganist¨¢n y la ausencia de una estrategia regional que comprendiera a Pakist¨¢n. La rectificaci¨®n conduc¨ªa a salir de Irak, desplazar los esfuerzos militares a Afganist¨¢n y abrir un cap¨ªtulo nuevo que atacara las causas de la inestabilidad cr¨®nica en la frontera afgano-paquistan¨ª.
Dos razones justificaban, junto al desplazamiento de esfuerzos, la creaci¨®n de un paquete que abarcara a los dos pa¨ªses. No se pod¨ªa ganar la guerra de Afganist¨¢n sin la colaboraci¨®n de Pakist¨¢n: sus poderosos servicios secretos crearon la guerrilla talib¨¢n que venci¨® a los sovi¨¦ticos y nunca han dejado de jugar a dos barajas, con los aliados occidentales y con los grupos terroristas, Al Qaeda incluida. Esta es la segunda raz¨®n: Bin Laden se guarec¨ªa en Afpak, qui¨¦n sabe si en la zona fronteriza entre los dos pa¨ªses o incluso m¨¢s adentro de Pakist¨¢n.
El primer objetivo, conseguir algo parecido a la victoria en Afganist¨¢n, ha quedado descartado. Y ha sido el segundo objetivo ya alcanzado, liquidar a Bin Laden, el que ha echado una mano al primero y permitir¨¢ a Washington presentar la retirada como un movimiento digno y vencedor. Descabezada Al Qaeda, la organizaci¨®n enemiga en la guerra contra el terror, es m¨¢s f¨¢cil poner fecha en 2014 para empezar a salir de Afganist¨¢n y proclamar cumplidos los objetivos. Con un problema adicional y creciente: los talibanes se est¨¢n encargando de desmentirlo tantas veces como pueden con sus atentados y ahora con el asesinato de Ahmed Wali Karzai, el hermano del presidente afgano y buen aliado de los servicios secretos estadounidenses.
Tras el asalto de Abbotabad, el inexistente Afpak ha dejado de existir del todo. Estaba compuesto por un pa¨ªs sin Estado como Afganist¨¢n, que no lo ha tenido nunca y que ha sido secularmente una trampa para elefantes, es decir, para los imperios; y por otro, como Pakist¨¢n, que se ha convertido, seg¨²n expresi¨®n ya consagrada por la diplomacia y el periodismo "en el pa¨ªs m¨¢s peligroso del mundo". Ambos seguir¨¢n exactamente igual durante muchos a?os.
El escaso prestigio de EE UU en la regi¨®n, tras esta d¨¦cada b¨¦lica, ha ca¨ªdo todav¨ªa m¨¢s, especialmente en los dos ¨²ltimos a?os de la estrategia Afpak. Seg¨²n el Pew Research Center, un 63% de los paquistan¨ªes desaprueba la muerte de Bin Laden; un 73% tiene una mala imagen de EE UU, al que un 69% considera un pa¨ªs enemigo; y un 68% desconf¨ªa de Obama. Un dato que explica buena parte del problema es que para un 57% de los paquistan¨ªes India es la mayor amenaza para su pa¨ªs, frente a un 19% que considera que son los talibanes, y solo un 5% Al Qaeda.
Lo m¨¢s explosivo del paquete abandonado de Afpak no es donde todo empez¨®, Afganist¨¢n, sino de d¨®nde deb¨ªa llegar la soluci¨®n, Pakist¨¢n, anta?o un estrecho aliado de Washington, que desde la guerra fr¨ªa ha ido alej¨¢ndose cada vez m¨¢s de las capitales occidentales. EE UU le va a cortar m¨¢s de un tercio de la ayuda militar. Las relaciones siempre dif¨ªciles con el Inter Service Intelligence, sus servicios secretos, y con sus militares se hallan en un punto de m¨¢xima tensi¨®n despu¨¦s de la liquidaci¨®n de Bin Laden. Pakist¨¢n sigue con sus armas nucleares de dudoso control y con una creciente inestabilidad pol¨ªtica que hace temer por las manos que puedan controlarlas alg¨²n d¨ªa.
Afpak no existe, pero es un paquete altamente peligroso: el fuego prende en la mecha afgana, pero los explosivos son paquistan¨ªes.
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