?C¨®mo mejorar la pol¨ªtica?

Leo en las p¨¢ginas de EL PA?S que 26 cargos institucionales est¨¢n pendientes de renovar y que ello afecta directamente a ¨®rganos constitucionales de m¨¢xima importancia. Parece evidente que la renovaci¨®n no se llevar¨¢ a cabo hasta una vez celebradas las pr¨®ximas elecciones generales, ya que el PP espera tener entonces una mayor¨ªa parlamentaria y, en consecuencia, una mejor posici¨®n para obtener una cuota mayor en esos ¨®rganos. Tambi¨¦n es de esperar que entonces el PSOE no muestre el obstruccionismo del que ahora mismo hace gala el PP y se conforme con colocar a un menor n¨²mero de los suyos. Porque es de lo que se trata, cada partido intenta colocar el mayor n¨²mero posible de personas afines en todos los ¨®rganos de este pa¨ªs.

En cuanto al Tribunal Constitucional, hay que pensar que hay que elegir a los mejores y parece obvio que los mejores jueces de este pa¨ªs, a priori, deber¨ªan estar en los puestos m¨¢s altos del escalaf¨®n judicial y ser magistrados de nuestro m¨¢ximo ¨®rgano jurisdiccional: el Tribunal Supremo. Proponer a un magistrado de la Audiencia Nacional para ser miembro del TC es como proponer a un profesor ayudante de derecho en lugar de a un catedr¨¢tico de esa disciplina, que en principio parece mejor cualificado para ocupar un sill¨®n en el Constitucional. El problema reside en que aqu¨ª hace mucho que dej¨® de importar proponer a los mejores, y los partidos tienen mucha gente a la que colocar que siempre guardar¨¢n la fidelidad debida, salvo honrosas excepciones.