Cinco novios para cinco hermanas
Anda el Teatro Espa?ol empe?ado en reivindicar parte de la obra menos conocida de Pablo Soroz¨¢bal, uno de nuestros ¨²ltimos compositores de zarzuela, en cuya compa?¨ªa trabaj¨® el bar¨ªtono Manuel Gas, padre de Mario Gas, su director actual, nacido en una de aquellas giras por el Cono Sur. La idea es buena: hay que hacer memoria de esa ¨¦poca medio olvidada de nuestro teatro l¨ªrico, para no andar descubriendo la p¨®lvora todos los d¨ªas.
Las de Ca¨ªn no posee el aliento ni la ambici¨®n de los grandes t¨ªtulos de Soroz¨¢bal, pero s¨ª tiene una ligereza muy de comedia musical norteamericana de la ¨¦poca, y varios n¨²meros pegadizos. En lo dram¨¢tico, sigue de cerca el sainete original de los hermanos ?lvarez Quintero, que a mediados del siglo pasado volvi¨® a obtener un ¨¦xito tan grande como para que en 1957 Antonio Momplet rodara su segunda versi¨®n f¨ªlmica. Su punto d¨¦bil es un comienzo salpicado de chistes esterilizados por el paso del tiempo: a esa escena en el parque del Retiro no hay qui¨¦n le coja el pulso. Tampoco este montaje, que se va entonando poco a poco hasta encontrar su justo tono al final del primer acto, donde la m¨²sica marca el car¨¢cter absurdo y el tempo humor¨ªstico exactos de una despedida interminable abortada cuando, tras decirse mil adioses, todos los personajes salen de escena al tiempo y con el mismo rumbo.
LAS DE CA?N
M¨²sica de los Pablo Soroz¨¢bal, padre e hijo, a partir de la obra hom¨®nima de los ?lvarez Quintero. Int¨¦rpretes: Marisol Ayuso, Luis ?lvarez, Francisco Valladares... Direcci¨®n musical: Montserrat Font. Direcci¨®n: ?ngel Fern¨¢ndez Montesinos. Teatro Espa?ol. Hasta el 7 de agosto.
Salvo en el citado arranque, la obra original de los ?lvarez Quintero, retratistas notables en blanco y negro y en dos dimensiones, conserva un encanto sedante y costumbrista. Buena parte de sus chistes mantienen su gracia, aguda incluso cuando sus int¨¦rpretes aciertan a colocarlos en tiempo y forma. El propio Soroz¨¢bal, que firma la partitura con su hijo, autor de m¨²sica para el cine, se encarg¨® de hacer la adaptaci¨®n literaria, fidel¨ªsima, y de acoplar la melod¨ªa y las letras de los cantables. Entre estos destacan el agradecido concertante del segundo acto, y el muy pegadizo d¨²o "Canta la creaci¨®n" que entonan Alfredo y Rosal¨ªa cuando, despu¨¦s de haber conseguido casar al resto de las hermanas de ella, ven por fin expedito el camino de su boda.
?ngel Fern¨¢ndez Montesinos, director de musicales mil, hace gala de oficio en el movimiento de las escenas corales, a las que a?ade alg¨²n gag bien tra¨ªdo. Luis ?lvarez est¨¢ m¨¢s actor que nunca en su papel de padre propagandista de las cinco j¨®venes casaderas, y Marisol Ayuso le presta a la se?ora Ca¨ªn un car¨¢cter donde lo temible va entreverado sabiamente con lo apacible. Paco Valladares acent¨²a el perfil de figur¨®n c¨®mico del t¨ªo Cayetano, exministro y acumulador de cargos. Hevila Carde?a y Javier Gal¨¢n resuelven su d¨²o con gracia, y Noem¨ª Mazoy, ?ngel Ruiz y Trinidad Iglesias imprimen nervio c¨®mico genuino a sus arquet¨ªpicos personajes, certeramente vestidos de ¨¦poca por Javier Arti?ano. Salvo excepciones, el reparto cumple mejor en lo l¨ªrico que en lo dram¨¢tico. Esta vez funciona la mezcla de escenograf¨ªa corp¨®rea (de Wolfgang Burman) y paisajes proyectados tridimensionales. Dirigida por Montserrat Font, la orquesta acompa?¨® con tacto y clav¨® los preludios.
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