Vladimir Dimitrijevic, el editor que puso rumbo Este

Vladimir Dimitrijevic (Skopje, actual Macedonia, 1935) de 77 a?os, muri¨® a finales de junio en un accidente de tr¨¢fico cuando viajaba de Lausanne a Par¨ªs. Entre esas dos ciudades hab¨ªan transcurrido los ¨²ltimos a?os de su vida. En la capital francesa se encuentra ahora la sede social de L'?ge de l'homme, editorial que ¨¦l mismo hab¨ªa fundado en 1966 en la ciudad suiza. De origen serbio, Dimitrijevic abandon¨® Yugoslavia en 1954 para instalarse en Suiza. All¨ª levant¨® a pulso un sello que en la actualidad cuenta con 4.500 t¨ªtulos, pionero en la publicaci¨®n en Europa occidental de los autores del Este, empezando por el ahora c¨¦lebre Vassili Grossmann. Hasta que Marta Reb¨®n la tradujera directamente del ruso en 2007, la primera versi¨®n de Vida y destino en castellano se hizo a partir del franc¨¦s.

La labor editorial de Dimitrijevic fue m¨¢s all¨¢ de una reivindicaci¨®n geogr¨¢fica que termin¨® siendo pol¨ªtica. Su cat¨¢logo incluye la reedici¨®n integral del diario de Amiel, considerado un t¨ªtulo pionero del g¨¦nero, y la obra completa de un autor tan inclasificable y fronterizo como el propio editor: Albert Caraco. Jud¨ªo, historiador de las religiones, n¨®mada y suicida, Caraco es autor de Post Mortem, un libro descarnado e inclasificable en el que relata su amorosa relaci¨®n de odio con su madre y con el universo mundo. En Espa?a est¨¢ editado por S¨ªgueme, con traducci¨®n de Justo Navarro.

Otro de los t¨ªtulos de Caraco, Breviario del caos, lo public¨® en espa?ol la editorial Sexto Piso, sello que adem¨¢s edit¨® La vida es un bal¨®n redondo, obra en la que Vladimir Dimitrijevic reuni¨® sus dos grandes pasiones: la edici¨®n y el f¨²tbol. "Es mi breviario como hombre y como editor", dijo quien, aunque dej¨® el f¨²tbol por una lesi¨®n, era capaz de identificar la obsesi¨®n de los goleadores con la de los escritores, de establecer paralelismos entre la m¨ªstica de los aficionados y la oralidad hom¨¦rica o de analizar la figura de Franz Beckenbauer como si se tratase de un disc¨ªpulo de Paul Val¨¦ry.