Italia, radiograf¨ªa de la cuerda floja
El ajuste no servir¨¢ para resolver los problemas largamente enquistados de la econom¨ªa
El hombre del momento se llama Giulio Tremonti. Es bajito, tiene el pelo blanco y pronuncia las erres de una manera endiablada incluso cuando habla ingl¨¦s. Es el superministro de Econom¨ªa del Gobierno italiano. El chef que est¨¢ cocinando la salvaci¨®n del pa¨ªs y, de paso, tambi¨¦n la del euro. O al menos eso dice ¨¦l: "Esto es el Titanic, y si cometemos errores no se salvar¨¢n ni los pasajeros de primera clase", afirm¨® en el Senado, mirando al tendido alem¨¢n.
Seg¨²n Silvio Berlusconi, Tremonti es un torero: "Se cree el m¨¢s listo de todos y cree que todos los dem¨¢s somos tontos". Desde que el primer ministro pronunci¨® esa hist¨®rica frase, Italia acapara el foco de atenci¨®n mundial y Berlusconi ha sido amordazado por sus asesores. Mientras el pa¨ªs se hund¨ªa ha estado desaparecido en combate; seg¨²n han dicho sus ¨ªntimos, preparando un viaje a su casa de Antigua. Mientras tanto, Italia vive en el alambre. Unos dicen que el hundimiento vivido esta semana solo es el principio del fin y que el pa¨ªs arrastra problemas tan profundos que la ¨²nica perspectiva es la recesi¨®n y, quiz¨¢, la quiebra. Pero Tremonti, desde la sala de mandos del Titanic, acaba de despejar el iceberg hacia delante con un ajuste a sangre y l¨¢grimas que parece aplazar los problemas hasta dentro de dos a?os.
Mientras el pa¨ªs se hund¨ªa, Berlusconi ha desaparecido en combate
Las tres mafias italianas facturan unos 150.000 millones anuales
La ruptura entre el primer ministro y Giulio Tremonti es definitiva
Italia lleva ya 10 a?os con un crecimiento medio del PIB del 0,25%
"Sin crecimiento, iremos tras Grecia y Portugal", advierte un analista
Una juez ha pedido el arresto de la mano derecha del titular de Econom¨ªa
Los expertos dudan de que el ajuste sirva para cambiar los malos usos italianos
Draghi y Napolitano han sustituido a un Gobierno casi desaparecido
Los expertos temen que la tragedia degenere en farsa en el caso de Italia
El pa¨ªs resiste gracias a las pymes y la econom¨ªa sumergida
Seguramente, no pod¨ªa ser de otra manera. Italia ten¨ªa que ponerse en primera l¨ªnea de fuego precisamente este a?o, que festeja el 150? aniversario de su unificaci¨®n. Ya se sabe que cuando los italianos se ponen a celebrar no reparan en gastos. Pocos pueblos en el mundo promocionan, empaquetan y venden sus productos con m¨¢s arte que este. Vean, por ejemplo, el folleto que alguien dej¨® el otro d¨ªa en el buz¨®n: "Chef a domicilio. Cocina de alta categor¨ªa. Directamente en su casa. Preparo especialidades culinarias de gran nivel, ocup¨¢ndome escrupulosamente de toda la organizaci¨®n del evento. Cada m¨ªnimo detalle ser¨¢ cuidado con toda atenci¨®n. Y al final, encontrar¨¢ su cocina y su sal¨®n en perfecto orden. Comuniones, bautizos, veladas con amigas, una rom¨¢ntica cena a d¨²o, un discreto almuerzo de negocios, una despedida de soltero, la diplomatura. Ofrezco mis prestaciones all¨¢ donde ustedes deseen. En su residencia urbana, su casa de la playa, su chal¨¦ de la monta?a, a bordo de su barca o de su avi¨®n privado. En Italia y en el extranjero".
Eso es Italia: dinero, recursos, marketing, simpat¨ªa, imaginaci¨®n, improvisaci¨®n, seducci¨®n, ret¨®rica, oratoria. Arte natural para etiquetar y vender lo que sea. O, como ha dicho esta semana Mario Draghi, el flamante y pr¨®ximo gobernador del Banco Central Europeo (BCE), apostando por el futuro del pa¨ªs en plena tormenta financiera: "Creatividad para los negocios, energ¨ªa para trabajar, iniciativa privada".
Con cerca de un 90% de pymes familiares, Italia es todav¨ªa el segundo productor y exportador de Europa. La tercera econom¨ªa de la zona euro. La s¨¦ptima potencia mundial. El imperio de la moda, el dise?o y el made in Italy. Un lugar extraordinario, donde Pompeya se cae a trozos, donde el Estado cede el Coliseo en exclusiva durante 15 a?os a un empresario del calzado para que lo restaure por 25 millones de euros y donde las velinas televisivas ejercen en tropel como ministras y diputadas.
Y, sobre todo lo dem¨¢s, es un pa¨ªs con una econom¨ªa extra?a, casi incomprensible, un caso casi ¨²nico de burocracia y derroche, desempleo bajo y ocupaci¨®n todav¨ªa m¨¢s baja (el 50% de las mujeres no trabajan), deuda p¨²blica estratosf¨¦rica (1,89 billones, el 120% del PIB) y crecimiento casi nulo (un 0,2% acumulado desde 2001 hasta ahora, solo mejor que Hait¨ª y Zimbabue), d¨¦ficit moderado (4,6%) y actividad sumergida a espuertas. Como en Espa?a, o m¨¢s.
Las tres mafias italianas facturan unos 150.000 millones anuales, seg¨²n las estimaciones de diversas asociaciones de comerciantes y de la patronal, Confindustria. La corrupci¨®n cuesta cada a?o, seg¨²n el Tribunal de Cuentas, 70.000 millones de euros. Y la evasi¨®n fiscal, seg¨²n ha declarado Tremonti hace unos d¨ªas al Financial Times, se eleva a 150.000 millones. "Incre¨ªble", apostillaba Tremonti, como si las tres amnist¨ªas fiscales que su Gobierno ha aprobado en nueve a?os no las hubiera hecho ¨¦l.
Ese es el maravilloso y contradictorio belpaese. Partido entre norte y sur. Martirizado por las mafias, que, sin embargo, contribuyen al enorme flujo de dinero l¨ªquido y son la gran mamma social del sur, donde el Estado no llega. Un pa¨ªs acostumbrado a soportar a gobernantes de la peor ralea y liderado desde hace 20 a?os por un personaje llamado Silvio Berlusconi: la tercera fortuna del pa¨ªs, due?o de una docena de casas y palacios, sult¨¢n (con har¨¦n) de un imperio valorado en 13.000 millones; varias veces imputado (corrupci¨®n, evasi¨®n fiscal, prostituci¨®n infantil, abuso de poder...) y reci¨¦n condenado a pagar 560 millones a su principal competidor editorial, CIR, tras un litigio de 20 a?os, porque seg¨²n los jueces compr¨® al magistrado que decidi¨® el Laudo Mondadori a su favor en 1991.
Ese es, m¨¢s o menos, el ambiente, el caldo de cultivo. Ideal para un esperpento de Valle-Incl¨¢n o una comedia de Bertolt Brecht. Entra?able y adictivo, si uno acepta sus rarezas. El nivel de vida en las ciudades medianas sigue siendo estupendo, la comida es un lujo al alcance de cualquiera, la fruta y la verdura no tienen rival. Aunque hay algunos problemas, claro. La econom¨ªa real lleva muchos a?os lanzando se?ales preocupantes. Que nadie parece haber escuchado.
En 2010, en Italia hab¨ªa 1.156.000 familias en condiciones de pobreza absoluta: m¨¢s de tres millones de personas. Y 8.272.000 residentes que viven con menos de 500 euros al mes, seg¨²n los datos del instituto de estad¨ªsticas, ISTAT. Otra encuesta reciente se?ala que solo uno de cada cinco italianos saldr¨¢ este verano de vacaciones. De ellos, el 62% solo se ir¨¢ una semana.
Para entender lo que est¨¢ pasando hoy hace falta mirar al pasado. Seg¨²n el poeta ?ngel Amezketa, que lleg¨® aqu¨ª huyendo del franquismo en los a?os sesenta, Italia vive desde hace d¨¦cadas "una guerra civil subterr¨¢nea". "La gente est¨¢ habituada a desconfiar del Estado y no espera nada bueno de sus pol¨ªticos, al considerarlos parte inevitable del espect¨¢culo y, eminentemente, unos ladrones".
"El verdadero problema es que el Gobierno lleva tres a?os contando mentiras a los italianos", afirma Gianfranco Fini, presidente de la C¨¢mara de Diputados y exaliado de Silvio Berlusconi. Gran parte de los problemas pol¨ªticos actuales comenzaron con su purga del Pueblo de la Libertad, en julio de 2010. Fini fue desterrado sin juicio por el l¨ªder m¨¢ximo y se acab¨® el disenso en el PDL. Berlusconi se qued¨® sin materia gris, en manos de Tremonti, de Umberto Bossi y de unos coroneles tan fieles como poco instruidos.
"Una de las razones de mi expulsi¨®n fue que en 2009 suger¨ª celebrar unos estados generales sobre la econom¨ªa porque el pa¨ªs no estaba bien", recuerda Fini. "El 13 de abril de 2008, Berlusconi gan¨® las elecciones con la mayor¨ªa m¨¢s amplia de la historia de la Rep¨²blica. Pudo hacer las reformas que el pa¨ªs necesitaba, pero no las hizo. Prefiri¨® entregarse a la propaganda y mitificar la realidad. La situaci¨®n es buena, hemos salido de la crisis mejor que los dem¨¢s, dec¨ªan ¨¦l y Tremonti. Ahora estamos pagando esa miop¨ªa. ?C¨®mo se puede decir que todo va bien y, de repente, contar que viajamos a bordo del Titanic?", pregunta el presidente de la C¨¢mara.
As¨ª estaba m¨¢s o menos el panorama cuando, de repente, llegaron los especuladores. El d¨ªa D fue el viernes 8 de julio. Tras una semana dura para la Bolsa, coronada con el viernes negro, llegaba el lunes sangriento. Mil¨¢n pierde cerca del 20% del ¨ªndice en seis d¨ªas. El p¨¢nico, compartido por Madrid, se extiende a Europa. Los bancos se hunden, las telecos y los seguros siguen la ruta. El regulador, la CONSOB, que ha tratado de limitar las operaciones especulativas, no da abasto para suspender cotizaciones. En paralelo, la prima de riesgo de los bonos a 10 a?os bate todos los r¨¦cords, y el diferencial con los bund alemanes se acerca m¨¢s que nunca al espa?ol: la tercera y la cuarta econom¨ªas del euro bailan en la cuerda floja.
Italia es demasiado grande para ser salvada, demasiado complicada para ser comprendida, demasiado corrupta para tener remedio. Ese parece el sentido del mensaje que, el domingo 10, Angela Merkel transmite a Berlusconi por tel¨¦fono. El primer ministro se olvida de comunicarlo a la opini¨®n p¨²blica. Es la propia Merkel quien lo cuenta, el lunes, dando a entender que Italia se las debe arreglar sola, pero a?adiendo que Alemania tiene confianza en el ajuste que prepara Tremonti.
La tempestad, en realidad, se lleva fraguando desde el viernes d¨ªa 1. Ese d¨ªa, Berlusconi est¨¢ preocupado por la inminente sentencia de apelaci¨®n sobre el caso Mondadori. Tras pactar un primer borrador del ajuste con Tremonti y Bossi para evitar que las medidas sean demasiado impopulares, intenta colar una norma a medida, destinada a salvar a su empresa, Fininvest. Sin importarle lo que piensen la Comisi¨®n Europea o el presidente de la Rep¨²blica, que debe dar su visto bueno al texto antes de mandarlo a las C¨¢maras. El ajuste llega al Quirinal, el palacio donde reside Giorgio Napolitano, y la noticia, a la prensa. El esc¨¢ndalo es de ¨®rdago. Dos d¨ªas despu¨¦s, Berlusconi retira la medida. La sensaci¨®n de que esta vez ha superado todos los l¨ªmites y ya no controla sus propios actos es un¨¢nime.
Antes de esconderse, concede una entrevista a La Repubblica y acusa a Tremonti de "creerse el m¨¢s listo" y de no pensar en los votos. Tremonti cancela la presentaci¨®n del ajuste con un sarcasmo: dice que no puede llegar a Roma por "mal tiempo". Al d¨ªa siguiente da por fin la rueda de prensa, e insulta a su colega de Gabinete Renato Brunetta. A micr¨®fono abierto, Tremonti dice: "T¨ªpica intervenci¨®n suicida, es tonto, ?no le oyes?". "No, ni siquiera le sigo", responde otro ministro, Maurizio Sacconi. No parece la mejor se?al para los mercados.
La ruptura entre el primer ministro y el titular de Econom¨ªa es definitiva. La fidelidad de Tremonti a Berlusconi ha sido siempre de hierro, pero ahora tiene aspiraciones de suceder al jefe y este no soporta la idea. Buen cat¨®lico, norte?o, de oratoria arrogante y lucida, Tremonti presume por el mundo de ser el campe¨®n del rigor, el hombre que ha puesto finalmente orden en las ca¨®ticas finanzas italianas. Pero su m¨ªmesis con Berlusconi ha sido total desde hace m¨¢s de dos d¨¦cadas. "Tremonti y Berlusconi son una misma cosa", recuerda Masismo Giannini, subdirector de La Repubblica y analista econ¨®mico. "La deuda p¨²blica baj¨® al 103% del PIB cuando Romano Prodi gobern¨® en los a?os noventa, y volvi¨® a subir al 120% con ellos al frente. Lejos de ser un monstruo del pasado, como dice Tremonti, la deuda la han construido ellos".
El fil¨®sofo Paolo Flores d'Arcais coincide plenamente: "Aunque da la impresi¨®n de que, para el mercado, Berlusconi es malo y Tremonti es bueno, en realidad son id¨¦nticos. Han elaborado juntos la pol¨ªtica de todo un periodo hist¨®rico, y Tremonti ha gestionado las finanzas de Berlusconi y del pa¨ªs a la vez, porque ha sido el asesor fiscal personal de sus ingentes bienes privados".
Lo cierto es que el superministro no parece ajeno al clima de corrupci¨®n y cleptoman¨ªa que define el ventennio berlusconiano. Hace dos semanas, una juez de N¨¢poles pide permiso a la C¨¢mara para arrestar a Marco Milanese, un diputado del PDL que desde 2001 ha sido la mano derecha de Tremonti en el Ministerio. Los magistrados que investigan la logia P4, infiltrada en la presidencia del Gobierno, afirman que Milanese paga el alquiler de 8.500 euros mensuales de la casa romana donde vive el ministro. Tremonti replica que la casa no es suya, pues ¨¦l duerme tres veces por semana en Roma desde hace 15 a?os, pero solo tiene casa en Pav¨ªa. A?ade que Milanese le ofreci¨® ocupar su vivienda "temporalmente" y que acept¨® (?quiz¨¢ para reducir gastos?). Pero que, en fin, dado como est¨¢n las cosas, esta misma noche hace las maletas y se larga.
El problema es que la investigaci¨®n revela mucho m¨¢s: sobornos, chantajes cruzados, compraventas de cargos en empresas controladas por el Tesoro, lujos excesivos y ajustes de cuentas en la c¨²pula tanto del Ministerio como de la Guardia de Finanzas, la polic¨ªa financiera que depende del Tesoro y de la que era alto oficial Milanese, imputado por corrupci¨®n y revelaci¨®n de secretos oficiales.
Seg¨²n la juez Amelia Primavera, la relaci¨®n entre Milanese y Tremonti sigue siendo "estrecha y pr¨®spera" y "muy poco clara", y el primero ha explotado su "posici¨®n privilegiada" de asesor del segundo para filtrar informaci¨®n secreta de la Guardia de Finanzas a empresarios. Siendo como era, dice la jueza, "uno de los m¨¢ximos exponentes del ministerio para reprimir la evasi¨®n fiscal", la mano derecha de Tremonti ha amasado con los a?os un tesoro digno de un jeque: joyas, relojes, una villa en Cannes, un yate de 15 metros, dos porsches, un Aston Martin, un Ferrari, pendientes de diamantes, vacaciones pagadas en suites de 8.500 d¨®lares en el hotel Plaza de Nueva York. Y cuatro cajas de seguridad que aun no han sido abiertas.
La coincidencia de los ataques con este clima suscita algunas dudas. ?Han tenido que ver estos asuntos sucios en la actitud de los mercados? ?Todo es culpa, como dice Tremonti, de la inacci¨®n y asimetr¨ªa de la Uni¨®n Europea y de las extremas derechas que trabajan contra el esp¨ªritu del Tratado europeo? ?Es admisible tanta corrupci¨®n? ?Servir¨¢ el ajuste de fuego aprobado a toda prisa y tolerado por la oposici¨®n para cambiar de verdad a Italia y los usos de la mala pol¨ªtica?
Seg¨²n Flores d'Arcais, "a los mercados no les interesan los problemas de la justicia, ni la justicia social, sino la deuda y la solvencia, y la falta de credibilidad pol¨ªtica. Y Berlusconi es incre¨ªble al cien por cien no solo por su capacidad o incapacidad, sino por todas las dem¨¢s razones. La culpa, se dice, es de los especuladores, la iron¨ªa es que esta vez los especuladores est¨¢n en el Gobierno".
"El r¨¦gimen es una cloaca", contin¨²a el director de Micromega. "Quiz¨¢ suene exagerado, pero basta pensar una cosa. ?Es posible tener un presidente de Gobierno que posee m¨¢s poder medi¨¢tico que Rupert Murdoch, intereses en decenas de sectores y plenos poderes sobre una mayor¨ªa parlamentaria que le obedece ciegamente? Ahora sabemos que Murdoch es un peligro para la democracia. Berlusconi lleva 20 a?os dominando la pol¨ªtica italiana junto a una banda de ladrones y par¨¢sitos".
Un par de d¨ªas despu¨¦s de la conferencia de prensa adobada de insultos se hunden la Bolsa y la deuda. El sue?o de De Gasperi, Padoa Schioppa, Romano Prodi y tantos otros italianos, convencidos impulsores de la Uni¨®n Europea, se torna en pesadilla. Tremonti vuelve apresuradamente a Roma y deja plantado al Ecofin. Pero es otra cosa lo que calma a los mercados: el BCE empieza a pedir precios por la deuda soberana italiana. "Coordinados en todo momento, Napolitano y el gobernador del Banco de Italia, Mario Draghi, han tomado en sus manos la situaci¨®n", explica Massimo Giannini, "y han sustituido as¨ª a un Gobierno desaparecido".
"El descr¨¦dito de la pol¨ªtica y la econom¨ªa italianas en el mundo es absoluto", explica Mario Seminerio, analista macroecon¨®mico y autor del blog Phastidio.net, de apasionada ideolog¨ªa liberal. "Nuestros dos c¨¢nceres son el disparatado coste de la pol¨ªtica, que alimenta la corrupci¨®n, y los privilegios de las corporaciones", prosigue. "La derecha gobierna para sus taxistas y sus abogados. La izquierda considera ricos a todos cuantos ganan m¨¢s de 40.000 euros al a?o. La crisis no cambiar¨¢ eso. Nadie tiene la m¨ªnima intenci¨®n de reformar nada. La decisi¨®n de los abogados y notarios del PDL de no votar el ajuste si se aprobaba la medida liberalizadora es la mejor prueba. El plan final recorta ocho millones de euros a los costes de la pol¨ªtica y 47.000 millones de gasto p¨²blico. Es un Gobierno de ladrones, y continuar¨¢n chupando la sangre de los precarios y los m¨¢s d¨¦biles para intentar sobrevivir como sea".
Tito Boeri, economista de la Universidad Bocconi, tampoco cree que la crisis vaya a cambiar a Italia. M¨¢s a¨²n, opina que "la fragilidad pol¨ªtica nos expone a nuevos riesgos. La situaci¨®n puede llegar a ser muy grave, aunque el estado real del pa¨ªs no justifica el pesimismo de los mercados. Las cuentas est¨¢n bajo control, m¨¢s que en otros pa¨ªses, y aunque la deuda es muy alta, las finanzas p¨²blicas son relativamente sanas y la estructura de la deuda nos protege. El bajo crecimiento es un problema estructural que no se ha afrontado nunca y ha explotado. Pero el desencadenante de la crisis han sido las pu?aladas en el Gobierno".
Para Seminerio, el ajuste, lejos de cuanto se ha dicho, es un ejercicio de irresponsabilidad. "No se puede pedir a los pavos anticipar el d¨ªa de Acci¨®n de Gracias, pero los recortes indiscriminados y la reducci¨®n de las desgravaciones desmantelar¨¢n el Estado de bienestar. Las consecuencias ser¨¢n nefastas. La tasa de ahorro bajar¨¢, los ciudadanos ya no podr¨¢n comprar deuda, se crear¨¢n nuevos agujeros de balance y vendr¨¢n nuevos ajustes".
?Volver¨¢n tambi¨¦n los ataques? Massimo Giannini cree que estamos solo ante "una tregua moment¨¢nea debida al gran trabajo diplom¨¢tico de Napolitano, que ha encontrado terreno f¨¦rtil en los dos polos para salvarnos del suicidio. Pero todos los problemas siguen sobre el tapete. El di¨¢logo sobre las reformas es imposible, y, desde el lunes, la batalla ser¨¢ todav¨ªa m¨¢s ¨¢spera. Berlusconi tratar¨¢ de cesar a Tremonti, pero las fibrilaciones seguir¨¢n".
Seg¨²n el subdirector de La Repubblica, "los pol¨ªticos no han entendido que los mercados act¨²an as¨ª: primero mandan un ataque preventivo para probar la resistencia, y luego vuelven. Esto es solo el principio. En Italia, la tragedia, a menudo, degenera en farsa, pero es dif¨ªcil adivinar c¨®mo acabaremos. Berlusconi dif¨ªcilmente aceptar¨¢ la idea de salir de la escena, pero nunca ha estado tan d¨¦bil y aislado. Es una situaci¨®n dram¨¢tica, y viviremos todav¨ªa venenos, esc¨¢ndalos e incertidumbre. El panorama no es oscuro, sino negro. Cuando tocamos fondo, los italianos solemos ponernos a excavar para hundirnos m¨¢s todav¨ªa".
"La crisis volver¨¢ y el hundimiento ser¨¢ inevitable", pronostica Seminerio. "La prima de riesgo no baja, y ese coste es insostenible para un pa¨ªs que crece cero. Llevamos 10 a?os creciendo de media un 0,25%; Portugal lo hac¨ªa al 0,5% anual. Adem¨¢s", apunta, "la contracci¨®n de la oferta de moneda en la zona euro suele anticipar en seis meses una recesi¨®n. La M1 italiana ha bajado un 7%, un claro dato recesivo. Los indicadores de actividad son negativos. Si en el primer trimestre crecimos al 0,1% y los datos de actividad eran buenos, en el segundo hay un riesgo muy alto de recesi¨®n. Entonces tomaremos el camino griego o portugu¨¦s".
Gianfranco Fini anuncia que en unos d¨ªas presentar¨¢ un plan de ahorro de los gastos de la C¨¢mara de Diputados (que cuesta 1.000 millones anuales al erario) y se encomienda a Napolitano. "Su autoridad moral y su prestigio internacional nos guiar¨¢n hacia las reformas necesarias para sanear el pa¨ªs. Pero todo depender¨¢ de que Berlusconi entre en raz¨®n. Si sigue pensando que es el mejor, y que todo es culpa de la oposici¨®n, de los jueces y de Fini, pondr¨¢ en grav¨ªsimas dificultades a Italia".
No cree lo mismo el cura de G¨¦nova Paolo Parinella. "La crisis se agravar¨¢ a¨²n m¨¢s, los pol¨ªticos italianos sienten que esto es el final y robar¨¢n cuanto puedan. Este Gobierno liberal solo defiende los intereses de clase; es de derechas, pero act¨²a como si fuera el Partido Comunista. Y de la oposici¨®n no debemos esperar nada. Ha renunciado a oponerse a este ajuste y eso es una barbaridad. Al no presentar enmiendas han permitido aprobar todo tipo de porquer¨ªas. Si no hay una revoluci¨®n es porque, tras 30 a?os de berlusconismo, las conciencias est¨¢n drogadas".
Giannini cree que "Italia tardar¨¢ generaciones en superar la mentalidad berlusconiana. Si sobrevivimos es gracias al pulm¨®n de las pymes que exportan a todo el mundo y a la econom¨ªa mafiosa sumergida. Pero eso no durar¨¢ siempre. Es solo cuesti¨®n de tiempo. Saltaremos por los aires antes o despu¨¦s".
La nueva vida del gobernador Draghi
La vida de Mario Draghi, el gobernador del Banco de Italia que en noviembre se convertir¨¢ en el nuevo presidente del Banco Central Europeo -si para entonces sigue existiendo el euro-, est¨¢ a punto de convertirse en una experiencia extraordinaria. Con su pa¨ªs metido en el torbellino de la deuda, una situaci¨®n que todos los analistas piensan que se prolongar¨¢ en el tiempo, Draghi ha preferido no dar estos d¨ªas entrevistas, mientras ocultaba sus diferencias de criterio con Giulio Tremonti y trabajaba a fondo con el presidente de la Rep¨²blica, Giorgio Napolitano, y la instituci¨®n que todav¨ªa dirige Jean-Claude Trichet para tratar de desactivar la crisis italiana. Por tel¨¦fono y en reuniones, Draghi ha ayudado a pilotar la salida de la crisis a un Gobierno con el que nunca se ha llevado bien y su capacidad de persuasi¨®n se ha unido a la de Napolitano para convencer a la oposici¨®n de que lo ¨²nico que se pod¨ªa hacer para salvar los platos rotos era votar a favor de un ajuste que el propio Draghi no comparte en l¨ªneas generales. La fren¨¦tica actividad de Draghi es comprensible, porque cuando llegue a Francfort, los retos del BCE estar¨¢n muy probablemente supeditados al comportamiento de la deuda italiana y presentarse a su nuevo cargo con un posible fracaso nacional sobre la espalda, cuando muchos analistas achacan las ca¨ªdas de estos d¨ªas a la irresponsabilidad de su clase dirigente, ser¨ªa un bald¨®n demasiado pesado.
Sus colaboradores explican que Draghi solo hablar¨¢ a la vuelta del verano, porque est¨¢ en situaci¨®n cesante como gobernador de la Banca d'Italia, y para conocer su impresi¨®n sobre la crisis remiten al discurso que ley¨® el otro d¨ªa ante la asamblea de la Asociaci¨®n Bancaria Italiana (ABI).
En su intervenci¨®n, Draghi elogi¨® la solidez del sistema bancario italiano, que ¨¦l ha reformado en los ¨²ltimos dos a?os: "Los bancos est¨¢n m¨¢s sanos que en 2008. Mucho mejor capitalizados y m¨¢s preparados para el riesgo. Han demostrado capacidad de resistencia y de reacci¨®n en tiempos graves. Despu¨¦s de una d¨¦cada de estancamiento, han soportado la recesi¨®n y han seguido prestando dinero a empresas y familias, subiendo el cr¨¦dito en un 6% y un 5%, respectivamente. El sufrimiento de las empresas comienza a descender. No han sufrido burbujas inmobiliarias y han sufrido p¨¦rdidas reducidas que no han dado lugar a crisis. Su cultura empresarial es poco propensa a las aventuras. Han hecho ingentes aumentos de capital y se han preparado con tiempo para las pruebas de estr¨¦s. No tienen problemas de financiaci¨®n y han resistido la tempestad adapt¨¢ndose a los est¨¢ndares de Basilea. Ahora es esencial seguir reduciendo costes, premiar la productividad de los empleados, aprobar reglas sobre el conflicto de intereses y emprender una decidida acci¨®n antirreciclaje".
El gobernador habl¨® tambi¨¦n sobre el plan de ajuste concordado por el Gobierno de Berlusconi con la Comisi¨®n Europea. "El coste del cr¨¦dito ha sido hasta ahora similar para todos los pa¨ªses, pero desde ahora ya no ser¨¢ as¨ª", dijo. "Por eso hace falta un crecimiento alto y sostenible, adem¨¢s de tener las cuentas en orden. Los pa¨ªses que crecen menos deber¨¢n pagar m¨¢s por el cr¨¦dito. Por eso las reformas estructurales son ahora m¨¢s esenciales que nunca".
Como mensaje de despedida antes de emprender su nueva vida, no pudo ser m¨¢s claro. El Gobierno con el que ha convivido a rega?adientes los ¨²ltimos seis a?os no est¨¢ a la altura de las circunstancias. Seguramente, Draghi espera que cuando en noviembre tome posesi¨®n de su nuevo cargo, la era del t¨¢ndem Berlusconi-Tremonti sea ya historia.
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