La subjetividad del periodista
DEFENSORA DEL LECTOR. Padres adoptivos se quejan por un reportaje que califica de "verdaderos" padres a los biol¨®gicos. En los conflictos, la utilizaci¨®n de determinadas palabras implica parcialidad
La asepsia total no existe en periodismo. Ninguna informaci¨®n, por muy factual que sea, queda totalmente libre de las impregnaciones ideol¨®gicas o culturales del periodista. Pero entre una asepsia ideal y una interpretaci¨®n totalmente moldeada por la subjetividad de quien escribe hay un largu¨ªsimo trecho que los periodistas pueden recorrer en diferente medida. ?Hasta d¨®nde es leg¨ªtimo que las ideas personales o la subjetividad del periodista afloren en las informaciones? Esta es una pregunta a la que he de responder a menudo, pues recibo con frecuencia cartas de lectores que consideran que una determinada informaci¨®n est¨¢ excesivamente sesgada por la opini¨®n del periodista.
Dos adjetivos y un p¨¢rrafo del reportaje "Madre e hija se encuentran 29 a?os despu¨¦s", de la serie Vidas Robadas, ha motivado esta semana las quejas de un buen n¨²mero de padres adoptivos. Estos son los p¨¢rrafos que han soliviantado a los lectores: "El de Alejandro Alcalde Ruiz es un caso ins¨®lito: el de un padre adoptivo que se volc¨® de lleno con su hija adoptiva para intentar localizar a la madre biol¨®gica de esta. No es lo habitual. Lo habitual es que los padres adoptivos se muestren reticentes, cuando no abiertamente opuestos, a que sus hijos adoptivos se dediquen a hurgar en el pasado para encontrar sus or¨ªgenes". "Pilar, hoy, al fin, ha logrado ver coronado su sue?o: besar y abrazar a su aut¨¦ntica madre, Mar¨ªa Luisa Torres Romero". "Por su parte, Alejandro Alcalde tard¨® poco en confesar a su hija Pilar que ¨¦l y su esposa no eran sus verdaderos padres".
"No podemos calificar de manipulaci¨®n una noticia porque no nos guste"
Y as¨ª de dolida se muestra Mar¨ªa Jos¨¦ Barl¨¦s Ariz¨®n: "Yo soy la verdadera madre de mis hijos. Me cuesta mucho tener que justificarlo. No los par¨ª, pero los he buscado, criado, curado, educado, mimado, re?ido, ayudado, acompa?ado, y lo que me queda. A mi hija la abandonaron con cinco d¨ªas. Cuando me pida buscar a su madre biol¨®gica, la ayudar¨¦. A mi hijo lo abandonaron con tres meses. Vivi¨® con una familia de acogida con la que mantenemos contacto. Cuando me pida buscar a su madre biol¨®gica, le ayudar¨¦. Hay que estar a a?os luz de las familias adoptivas actuales para afirmar semejantes barbaridades. (...) Si no desterramos este lenguaje del pleistoceno al hablar de la adopci¨®n, nuestros hijos verdaderos, adoptados o paridos, qu¨¦ m¨¢s da, ser¨¢n los afectados", dice. Para Carmen Badim¨®n, utilizar las expresiones "aut¨¦ntica madre" o "verdaderos padres" para referirse a los padres biol¨®gicos, por oposici¨®n a los que se supone "falsos padres" adoptantes, indica que "se ha escrito desde el mayor desconocimiento de la realidad".
Leonor Mu?oz Pastrana, que se presenta como "una madre, sin m¨¢s adjetivos", critica "este tipo de lenguaje que sale desde lo m¨¢s profundo del inconsciente y que hiere, da?a y echa por tierra el trabajo del d¨ªa a d¨ªa con nuestros hijos". En parecidos t¨¦rminos se expresan Jos¨¦ Ignacio Bustillo, Reyes Trist¨¢n, Marian Izaguirre, Bego Madariaga, Rosa Avia, Eva Mart¨ªnez y otros padres.En una primera respuesta, los autores de la informaci¨®n, Jes¨²s Duva y Natalia Junquera, se remiten a las definiciones de los diccionarios de las palabras 'aut¨¦ntico' y 'verdadero', y tambi¨¦n de la palabra 'madre' ("mujer que ha engendrado" y "hembra que ha parido"), para demostrar que no son "expresiones trasnochadas", como dice Marian Izaguirre, ni despectivas. "Otra cosa son las consideraciones que cada uno pueda hacer y entendemos que los padres adoptivos se sientan y act¨²en como padres "a secas", sin ning¨²n adjetivo".
"Hemos conversado", a?aden, "con decenas de padres que adoptaron de forma cuando menos irregular. Eso nos permiti¨® decir que hay una buena parte de ellos que se muestran reticentes u opuestos a que sus hijos indaguen en busca de sus or¨ªgenes. Pero no pretend¨ªamos generalizar a todos los padres adoptivos, sino a los implicados en esta investigaci¨®n. Por eso lamentamos muy profundamente que estos lectores se hayan sentido molestos. Nada m¨¢s lejos de nuestro ¨¢nimo."
Posteriormente, Natalia Junquera matiza que, digan lo que digan los diccionarios, su opini¨®n es: "Madre es cualquier mujer que cuida, se preocupa y quiere a un ni?o como a un hijo. Cuando en el reportaje nos expres¨¢bamos en los t¨¦rminos 'madre verdadera' y 'madre adoptiva' lo hac¨ªamos en un contexto muy concreto, que no es el de las adopciones, sino el del robo de ni?os o las adopciones irregulares, y con el ¨²nico objetivo de diferenciar a la madre que fue enga?ada en el hospital en que dio a luz para quitarle a su hijo, de la madre a la que lo entregaron y lo cri¨®".
Las definiciones del diccionario no nos protegen contra los errores de apreciaci¨®n o de expresi¨®n. Debemos evitar hacer definiciones gen¨¦ricas basadas en impresiones personales y acotar bien el alcance de nuestras descripciones. Pero hay veces que la propia sociedad est¨¢ dividida sobre la forma de definir una determinada realidad. Estos casos provocan muchas quejas, a veces cruzadas. El conflicto entre Israel y Palestina es un ejemplo paradigm¨¢tico, pero tambi¨¦n lo que ocurre en el Pa¨ªs Vasco. Ra¨²l Espada escribi¨® a la Defensora para criticar el titular y el enfoque de la noticia "Bildu impone el euskera como ¨²nica lengua en sus apariciones p¨²blicas". Lo considera partidista y argumenta que nunca se ha utilizado ese verbo para referirse a la actitud del lehendakari Patxi L¨®pez, que siempre utiliza el castellano. (Pueden encontrar los detalles de esta queja en la p¨¢gina de la Defensora en ElPais.com).
Por su parte, Juan G¨®mez de Lorca considera que el periodista asumi¨® como propia la visi¨®n de ETA y algunos sectores abertzales en esta frase de la entrevista al m¨¦dico forense Francisco Etxeberr¨ªa, publicada el 28 de junio: "Recuerda con nitidez meticulosa sus comienzos en los a?os ochenta, una ¨¦poca convulsa por la lucha armada intensa de ETA". "Me parece que ese eufemismo es m¨¢s propio del lenguaje de Bildu, Sortu o Batasuna que de un diario como EL PA?S", afirma. La subdirectora Berna Gonz¨¢lez Harbour da la raz¨®n al lector: "En los ¨²ltimos a?os nos hemos ido haciendo m¨¢s conscientes de la necesidad de evitar las palabras con las que los propios terroristas han intentado imponer su punto de vista (tregua, comando, activista, alto el fuego). Creo que 'lucha armada' puede ser utilizada como sin¨®nimo si ya hemos usado la palabra 'terrorista', pero no como primera opci¨®n".
C¨®mo trascender la parcialidad o la subjetividad y representar de la forma m¨¢s objetiva posible la realidad ha sido siempre una cuesti¨®n medular en periodismo. "El periodista transmite a los lectores noticias comprobadas, y se abstiene de incluir en ellas sus opiniones personales", reza nuestro Libro de Estilo. Pero, en un periodismo cada vez m¨¢s interpretativo, ?d¨®nde termina la interpretaci¨®n y comienza la opini¨®n personal? Es muy dif¨ªcil de determinar.
Los lectores tienen raz¨®n en quejarse cuando la visi¨®n que ofrece la noticia no est¨¢ suficientemente anclada en datos y hechos comprobables. Pero han de tener en cuenta que la asepsia total es imposible, como muy bien se?ala Guillermo Jim¨¦nez en la aportaci¨®n que ha hecho desde Heidelberg (Alemania) al debate que he abierto a ra¨ªz de las cr¨ªticas del movimiento 15-M al periodismo: "No podemos calificar de manipulaci¨®n una noticia porque no nos guste o no estemos de acuerdo con ella y de veraz otra porque cuenta las cosas como nosotros las vemos. Rectifico que podemos, pero creo que al hacerlo nos estamos enga?ando".
"No creo en una informaci¨®n completamente objetiva, ni siquiera la busco", a?ade. "El manual de estilo de la agencia de noticias Reuters estipula que no se utilice la palabra 'terrorista' excepto cuando se est¨¦ citando a alguien, pues 'lo que para unos es un terrorista, para otros es un guerrero de la libertad'. (...) Ese esfuerzo de Reuters por la objetividad me parece encomiable pero inevitablemente infructuoso. Tengo mis dudas de que el lenguaje, de momento nuestra mejor herramienta de comunicaci¨®n, sea objetivo. Las palabras, las im¨¢genes que las acompa?an, tienen inevitablemente una carga subjetiva importante, las use quien las use".
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