El emperador Murdoch pierde pie
El magnate y amante de la prensa canalla se balancea entre el delito y la verg¨¹enza
Cuando Rupert Murdoch lleg¨® a Londres hace ahora una semana para salvar su imperio medi¨¢tico, a¨²n ten¨ªa el aspecto de bucanero que le ha hecho famoso. Desafiante a sus 80 a?os, se dio el gusto de pasearse con la ni?a de sus ojos, Rebekah Brooks. Una semana despu¨¦s, Brooks se ha visto forzada a dimitir; su antecesor en News International y hombre fuerte en The Wall Street Journal, Les Hinton, tambi¨¦n ha tenido que irse, y el propio Murdoch se balancea ahora en la cuerda floja de la verg¨¹enza y el delito.
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